
La Asociación Española del Aluminio pide aplazar el arancel climático de la UE a ese metal
Bruselas, 1 oct (EFE).- La Asociación Española del Aluminio (AEA) reclama que se paralice la aplicación del arancel climático de la Unión Europea a las importaciones desde terceros (CBAM, en inglés) hasta que se revisen sus parámetros para este metal puesto que, tal como está planteado, sería un «desastre» para el sector.
«Pedimos para el reloj mientras no se revisen bien los efectos y todos los puntos que puedan afectar negativamente al aluminio en la UE «, dijo en declaraciones a EFE el presidente de la AEA, Felipe Quintá, tras participar en un desayuno sobre la cuestión en la Eurocámara junto a otras asociaciones europeas del sector, eurodiputados y expertos.
España es el tercer productor europeo de aluminio, con 1,3 millones de toneladas al año que representan el 10 % del total, y el sector cuenta con más de 400 pymes y genera 17.000 empleos directos, según datos de AEA.
El mecanismo de ajuste de carbono en frontera (CBAM) gravará a partir del 1 de enero de 2026 las importaciones de ciertas materias producidas en países terceros por sus emisiones contaminantes con el fin de equilibrar sus condiciones con los fabricados dentro de la UE, que están sujetos a más exigencias medioambientales.
La AEA no se opone a este mecanismo ni a sus objetivos, pero considera que en su concepción actual no tiene en cuenta la realidad del aluminio, sector en el que la UE importa dos tercios de lo que consume, y se presta a que países competidores eludan sus obligaciones y tengan ventaja sobre los europeos.
Este es, en particular, el caso de Turquía que puede importar aluminio de Rusia (algo vetado en la UE por las sanciones) o India, transformarlo en su territorio y luego venderlo a la UE declarándolo como aluminio secundario (reciclado), que no puede distinguirse del primario pero no paga el gravámen del CBAM, según explica Quintá.
Además, por estar dentro de la Unión Aduanera Europea, Turquía puede venderlo a la UE sin pagar el arancel del 4 % que se aplica a las importaciones de aluminio al mercado comunitario, lo que le da una ventaja frente a los industriales europeos, que para importar aluminio primario de terceros pagarían CBAM y el arancel general.
A ello se suman los aranceles impuestos por la Administración Trump, que además de gravar el aluminio europeo al 50 % están provocando un desvío de aluminio de otros países hacia la UE, el aumento del arancel comunitario del 4 % al 6 % el año próximo; y las sanciones europeas a Moscú por la guerra en Ucrania que impiden comprar a Rusia.
Si bien la UE acaba de aprobar una simplificación del CBAM que dejará exentas las primeras 50 toneladas importadas cada año, Quintá asegura que para el aluminio esto no supondrá un alivio puesto que la mayoría de fabricantes importan bajas cantidades y podrían permitirse hacer pedidos inferiores a ese límite a proveedores extranjeros, con lo que en la práctica da un incentivo para comprar fuera en lugar de a productores de la UE.
Por todo ello, piden paralizar su aplicación y revisar el CBAM para el aluminio. Por ejemplo, podría eliminarse la exención a 50 toneladas o fijarla en un valor simbólico que no afecte al mercado, así como incluir en la aplicación del CBAM los bienes sustitutivos del aluminio, como el plástico PVC, sugiere el presidente de la AEA.
La consultora ODDO calcula que el CBAM podría tener un coste directo de entre 1.211 y 4.361 millones de euros para la industria del aluminio europea a partir de 2034. EFE
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