
La búsqueda de atrapados en internado indonesio se alarga: «No sé si mi hijo sigue vivo»
Yakarta, 1 oct (EFE).- Al menos 91 personas continúan bajo los escombros de un internado derrumbado en Indonesia el lunes, según el último recuento de las autoridades.
Susilowati es la madre de uno de los adolescentes que se cree sigue atrapado en la planta baja del inmueble. «No sé si sigue vivo o ya está muerto», dice angustiada.
«Estaba vendiendo arroz. Sobre las 15:00 (del lunes) abrí la tienda. Vi que mi teléfono no dejaba de sonar. Leí un mensaje que decía que el internado se había derrumbado (…). Cerré y fui inmediatamente a la escuela», relata a EFE por teléfono la madre de Reza Sifai, de 15 años, que desde entonces permanece instalada junto al centro en ruinas.
Su hijo figura entre el casi centenar de desaparecidos por el colapso el lunes a las 15:35 hora local (8:35 GMT) del internado Al-Khoziny, en la regencia de Sidoarjo, situada en el este de la isla de Java, la más poblada del vasto archipiélago.
Se desconoce por el momento el número exacto de personas que había en la zona afectada cuando colapsó el edificio. Hasta ahora, los equipos han evacuado a doce personas de entre los escombros.
Tres de ellas, de entre 13 y 34 años, fallecieron después, y unos cien estudiantes se supone que pudieron salir por su propio pie, si bien las cifras oscilan.
Las autoridades indonesias han explicado que la estrechez de los huecos entre los cascotes apilados está dificultando sacar de allí a más víctimas.
«Hay riesgo de derrumbe si cavan demasiado rápido», apuntó Susilowati, apodada Susi, que desconoce cuánto se prolongarán las labores de rescate.
El centro, que ofrecía a menores de 20 años un currículum de asignaturas enfocado principalmente en estudios islámicos, en el país con más musulmanes del mundo, se desplomó desde la cuarta planta hasta la primera mientras varios operarios vertían cemento como parte de unas obras.
Las autoridades barajan la hipótesis de que la debilidad de los cimientos pudo haber motivado el colapso.
«Busco el nombre de mi hijo -el primero de dos hermanos- y sigue en la lista de desaparecidos», lamenta Susi, en referencia a los balances provisionales que las autoridades ofrecen en el lugar del siniestro.
La última vez que la mujer habló con su hijo fue el domingo, horas antes del derrumbe, por videollamada.
Reza le pidió que le hiciera pan y leche a través de la madre de su compañero Maulana Alfan Ibrahimavic, conocido como Baim, quien regresó ese mismo día al internado desde Surabaya, capital de la provincia de Java Oriental y unos 22 kilómetros al norte de Sidoarjo.
Baim, también de 15 años, es uno de los fallecidos por el derrumbe y fue enterrado la víspera en la isla de Madura, ubicada frente a la costa de Surabaya, según pudo saber EFE a través de Kartika Apriliani, vecina de la familia.
«No puedo comer. No dejo de pensar en mi hijo. No sé si sigue vivo o ya está muerto», lamenta Susi, que seguirá durmiendo en una pequeña mezquita cercana al internado hasta tener noticias de Reza. EFE
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