La concesión de créditos a pymes cae un 12 % en Lima por el incremento de extorsiones
Lima, 31 oct (EFE).- La concesión de créditos a pequeñas y medianas empresas (pymes) registró una caída del 12 % en Lima, la capital de Perú, y en la vecina provincia portuaria de Callao, a causa del incremento de las extorsiones por parte de bandas criminales a negocios en estas zonas, según un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE) difundido este viernes.
En este informe, en colaboración con el diario El Comercio, el IPE reveló que, hasta agosto de 2025, las denuncias por delincuencia (particularmente extorsión), amenaza de violencia o el cobro de cupos en ciertas zonas de la capital, habían aumentado en más de un 100 % en comparación al año pasado.
En consecuencia, diferentes entidades financieras concesoras de ayudas bancarias habían recurrido a cancelar sus visitas a las zonas afectadas como medida preventiva, haciendo imposible la evaluación del negocio y posterior otorgamiento del crédito, lo que es un requisito indispensable.
A este problema se suma la informalidad, presente en siete de cada diez empleos, según datos del IPE, lo que impide la acreditación de ingresos por parte de los trabajadores y la regulación necesaria para evaluaciones crediticias.
Esto impulsa a estas microempresas a optar por visitas presenciales que elevan los costos operativos y se supeditan al contexto de la zona.
Más cuentas, menos créditos
Según el informe, el número de cuentas bancarias ha aumentado del 29 % al 57 % en la última década, una evolución que, sin embargo, no se ve reflejada en la concesión de préstamos, que se mantienen congelados en torno a un 30 %.
En retrospectiva, una de cada cuatro microempresas accede a un crédito, y el 96 % de ellas mantienen el mismo estatus tras una década, mientras que más de la mitad de las pymes sí lo hace, y, pese a ello, un 93% de las empresas pequeñas se mantuvo o descendió de categoría pasados los diez años, según registró un estudio del Ministerio de Producción y la administración tributaria (Sunat), citado por el IPE.
En relación a la tenencia de créditos o la solicitud de los mismos, el IPE identificó la falta de educación financiera como uno de los puntos claves de este conflicto, traducida en una desconfianza hacia el sistema financiero y sus productos.
Según evaluaciones desarrolladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2021, los microempresarios peruanos alcanzaron un puntaje de 59 sobre 100 puntos en una prueba de educación financiera, siendo el resultado más bajo de todos los países participantes, entre los que se incluían Brasil, con 69 puntos, y México, con 64.
En este contexto, la Superintendencia de Banca y Seguros del Perú (SBS) registró en 2022 que uno de cada cinco adultos sabía calcular una tasa de interés simple.
Como alternativa al conflicto, el IPE presentó la banca digital como una solución eficaz para registrar en tiempo real la capacidad de ingreso de una microempresa, con historiales digitales que, en función de sus registros podrían resultar en el préstamos de microcréditos. EFE
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