La lucha de camellos, la pasión de una mujer turca en un mundo de hombres
Sedat Suna
Bayramiç (Turquía), 1 feb (EFE).- Para Habibe Yüksel, una mujer turca de 55 años, la lucha de camellos es mucho más que un deporte: es todo un legado familiar.
Siguiendo una tradición que su abuelo inició hace siete décadas y tuvo que dejar hace cuatro, la pasión de Yüksel por este deporte la convierte en una de las pocas mujeres de Turquía en un ámbito dominado por los hombres.
«La lucha de camellos es algo que requiere valor. La gente cree que el valor es sólo cosa de hombres. Quise probar suerte y funcionó», explica Yüksel en declaraciones a EFE en Bayramiç, un poblado a unos 350 kilómetros al sur de Estambul.
LA PASIÓN GENERA ÉXITO
No sólo se ha hecho un nombre como la única mujer de la costa egea de Turquía que se dedica a la lucha de camellos, sino que ha ganado en la última década varios títulos con sus dromedarios Efecan y Mega.
Cuando no está en los escenarios de lucha donde ha alcanzado la fama, Yüksel trabaja como contable, lo que le ayuda a pagar las facturas y a mantener a su familia, incluyendo a su anciana madre.
En 2009 compró sus dos becerros de entonces tres años y decidió retomar el deporte que su abuelo se había visto obligado a abandonar en los años setenta al no poder hacer frente a las exigencias financieras de criar y alimentar camellos de competición.
A la familia Yüksel le cuesta entre 75.000 y 100.000 liras (unos 5.300 dólares) al año cuidar de los camellos, fondos que salen directamente de su bolsillo, ya que no ganan nada con los festivales.
Pero Habibe Yüksel cree que es un precio más que justo por seguir sus sueños y mantener viva parte de la historia familiar y su cultura local.
«Tenemos este entusiasmo y este amor desde que éramos muy jóvenes», dice, y lo describe como «una pasión indispensable».
«No puedes renunciar a ello. Para mí es una cultura que me viene de mi abuelo y mi abuela. De alguna manera intentamos continuar esta cultura», añade.
Como un preciado potro de carreras, los camellos son alimentados y cuidados con esmero durante la primavera y el verano, mientras se preparan para la temporada.
Los camellos, que permanecen encerrados en establos durante largos periodos fuera de temporada, reciben una dieta específica, rica en nutrientes a base de cebada, veza, uvas y avena, y no se utilizan para soportar cargas ni ningún otro tipo de trabajo.
«Este trabajo exige dedicación. Tanto uno mismo como el camello debe gozar de buena salud», explica Yüksel.
¿CULTURA O ABUSO?
Los camellos utilizados en las pruebas de lucha son de la raza Tulu, criados específicamente para este tipo de competición.
Aunque la popularidad de la lucha de camellos se ha desarrollado y crecido sobre todo en Turquía -sobre todo en su costa occidental-, la mayoría de los camellos son importados de Irán y Afganistán.
Este deporte enfrenta a dos camellos machos en combates que suelen durar unos 10 minutos.
Como se necesita una camella cercana para excitar a los machos, los combates suelen celebrarse durante la época de celo, de noviembre a marzo.
Aunque es raro que se produzcan heridas graves o muertes, algunos propietarios han sacrificado a un camello derrotado y han distribuido la carne entre los aldeanos locales.
La salchicha de camello es habitual en estas regiones, sobre todo durante la temporada de los festivales.
Los grupos defensores de los derechos de los animales en Turquía llevan mucho tiempo haciendo campaña contra este deporte y contra lo que consideran un trato poco ético de los camellos.
«Los organizadores dicen que la violencia física no es un daño en la lucha de camellos, (pero) allí hay violencia psicológica», asegura Haytap, una organización turca de derechos de los animales.
«No se puede obligar a los animales a luchar entre sí. Queremos que se ponga fin a la lucha de camellos», señala la ONG en un comunicado.
Sin embargo, las autoridades locales son más tolerantes: los ayuntamientos organizan los festivales y sufragan los gastos de transporte y alojamiento de los camellos y sus adiestradores, mientras que este deporte está protegido legalmente como parte del patrimonio social y cultural de Turquía.
LUCHA LIBRE, CONCURSO DE BELLEZA
Este año, Yüksel y sus camellos salieron este año por primera vez de su pueblo para participar en el gran Festival Internacional Efes Selçuk, el mayor de Turquía, en el que miles de personas abarrotan las gradas para presenciar unos 160 combates.
Si bien sus camellos no ganaron en las luchas, uno de sus discípulos, Efecan, fue al final galardonado con la Campana de Oro «al camello más bello».EFE
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