
La maternidad adolescente frena el crecimiento de Honduras y cobra el 1,18 % del PIB anual
Tegucigalpa, 25 sep (EFE).- El embarazo adolescente y la maternidad temprana en Honduras, que lidera la tasa de fecundidad juvenil en América Latina con 97 nacimientos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 19 años, le cuestan al país centroamericano el 1,18 % del producto interno bruto (PIB) cada año, según un informe presentado este jueves en Tegucigalpa.
El informe «Consecuencias Socioeconómicas del Embarazo en la Adolescencia en Honduras», elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), enfatiza que el impacto económico del embarazo temprano sobre la actividad productiva se estima en «297,1 millones de dólares”, lo que constituye el 1,18 % del PIB.
El documento detalla que el costo total se distribuye en tres componentes principales: 73,3 millones de dólares por costo de oportunidad de la actividad laboral, 30,2 millones de dólares por costo de oportunidad del empleo y 193,5 millones de dólares por costo de oportunidad del ingreso laboral.
El Unfpa sostiene que estas cifras reflejan desigualdades persistentes: las mujeres que fueron madres en la adolescencia perciben ingresos más bajos, alcanzan niveles educativos menores y enfrentan mayores tasas de inactividad, desempleo e informalidad en comparación con quienes tuvieron su primer hijo en la edad adulta.
Según el estudio, el 58,8 % de las madres adolescentes tiene educación primaria, el 35 % secundaria, el 3,4 % nunca ingresó al sistema educativo y apenas el 2,8 % cuenta con estudios superiores.
“Ser madre antes de los 20 años afecta el desarrollo humano y las posibilidades de progreso social y económico”, subraya la investigación, que aborda también las dimensiones educativa y sanitaria, además, de la participación laboral.
Maternidad temprana frena el bono demográfico
El representante del Unfpa en Honduras, Iván Castellanos, advirtió a EFE que el embarazo adolescente es “un tema de derechos” que produce un impacto económico a nivel individual, familiar y estatal.
Destacó que muchas jóvenes al salir embarazadas «salen de la escuela y si no tiene un curso escolar, es más complicado para ellas acceder a un empleo bien pagado, digno», lo que no les permite ahorrar recursos para servicios de salud, lo cual se convierte en un «círculo intergeneracional de la pobreza».
El informe, que utilizó la metodología Milena 1.0, concluye que la maternidad temprana limita la inversión en capital humano y la incorporación al mercado laboral, por los cuidados que demanda un hijo, y aumenta las brechas socioeconómicas, especialmente la educativa.
El embarazo y la maternidad temprana impiden que Honduras, donde el 22,9 % de las mujeres entre 15 y 19 años ha estado alguna vez embarazada, aproveche plenamente su población en edad de trabajar o “bono demográfico”, porque cuando una niña da a luz se suma «una nueva persona inactiva laboralmente, lo que ralentiza el crecimiento del país», precisa el estudio.
Castellanos afirmó que Honduras debe aumentar la inversión en prevención del embarazo adolescente —tanto en calidad como en alcance— ante una población joven de 1,9 millones de personas, que equivale al 21,2 % del total del país.
El embarazo temprano es un problema «grave» en Honduras, donde la tasa de fecundidad adolescente es de 97 nacidos vivos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años, lo que indica que una gran parte de las jóvenes «no esta contribuyendo a la fuerza laboral, lo que impide que el país alcance su máximo potencia».
En ese sentido, el representante del Unfpa reclamó políticas públicas integrales: prevención y educación integral de la sexualidad basadas en evidencia, programas de apoyo a madres adolescentes y medidas para mejorar su inserción educativa y laboral, con el fin de romper el «círculo de pobreza» que, alertan, perpetúa la exclusión y frena el crecimiento económico. EFE
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