
La ultraderecha alemana busca sacar rédito de descontento 35 años después de reunificación
Salvador Martínez Mas
Magdeburgo (Alemania), 1 oct (EFE).- La reunificación alemana dejó duros recuerdos en ciudades orientales como Magdeburgo, capital del estado federado de Sajonia-Anhalt, donde los hay ahora que se sienten tan insatisfechos como antes de la revolución pacífica de 1989 y por eso votan en masa al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), formación que desea gobernar.
Annett, una mujer a la que la reunificación pilló con quince años y en un instituto de la República Democrática de Alemania (RDA), dijo a EFE en la plaza de la Catedral de Magdeburgo que vota por AfD porque ya no quiere saber nada de la Alemania reunificada.
«Ya no soporto Alemania. La política, lo que la rodea, lo que está pasando aquí ahora. Me siento como una extranjera por cosas como la política de refugiados o lo que pasó el año pasado en el mercado navideño de Magdeburgo», señala Anett mientras apura un cigarro frente al monumental templo luterano Annett.
En un banco de la Plaza de la Catedral de Magdeburgo, uno de los lugares clave de la revolución pacífica que trajo la reunificación, Annett alude al atentado por atropello múltiple que cometió un médico saudí que había recibido asilo en Alemania y que dejó en esa ciudad seis muertos y casi 300 heridos.
Annett reconoció la reunificación como algo bueno porque trajo libertad, pero también dijo que llegó muy rápido y que tuvo aspectos negativos.
«En la RDA había que hacer cola para comprar plátanos y no había naranjas», pero la reunificación, de la que se celebran 35 años el viernes, «trajo consigo desempleo», comentó.
Pesimismo en la Alemania actual
Annett se mostró pesimista sobre la situación actual del país, que no crece económicamente desde 2023, se ha visto golpeado por la inflación debido a la invasión de Rusia contra Ucrania y en el que, entre otras cosas, el sistema de asistencia social se ha tensionado tras la llegada en una década de 2,6 millones de refugiados.
«Vamos de nuevo cuesta abajo», dijo.
Ella reconoce que su «esperanza» es que el próximo presidente de Sajonia-Anhalt, que celebrará elecciones regionales en otoño de 2026, sea Ulrich Siegmund, el candidato de AfD y el primer político de esta formación con opciones reales de llegar al poder en un estado federado.
Allí, sondeos recientes sitúan a AfD en un 39 % de la intención de voto, algo que celebra Gordon Köhler, diputado regional de ese partido, reconocido en Sajonia-Anhalt como «caso seguro de extremismo de derechas» por la Oficina Federal de Protección para la Constitución, los servicios de inteligencia interiores.
En una estancia situada junto a su despacho en el Parlamento de Sajonia-Anhalt, Köhler comparó, en declaraciones a EFE, el sentir ciudadano de los días de la revolución que trajo la reunificación con el malestar actual de los votantes de AfD.
«La población de Sajonia-Anhalt se ha dado cuenta de lo que significa que los medios de comunicación y, en definitiva, lo que yo llamaría el sistema, te ponga ante hechos consumados y no te permita expresar determinadas opiniones. Por ejemplo, la inmigración, en cuanto se critica o se cuestiona algo se entra rápidamente en una espiral en la que uno queda desacreditado», expuso Köhler.
El peso político del resentimiento
Fuera del parlamento regional, junto al monumento que conmemora desde 2011 la ruptura que supuso la caída de la RDA, Daniel, un joven que apenas tenía tres meses cuando Alemania se reunificó, dijo a EFE que en realidad lo que empuja a votar a AfD es el «resentimiento» creado por una reunificación.
«Si bien ciudades como Magdeburgo, Leipzig o Halle, han quedado muy bien, es cuestionable que eso haya pasado en pequeños pueblos», señaló.
«Hay un resentimiento, pues no se ha aprendido a vivir en democracia durante mucho tiempo. Ahora hay problemas, a la gente le va algo peor y los viejos sentimientos vuelven a la superficie», abundó.
El cordón sanitario, puesto a prueba
Armin, un jubilado de 86 años y votante confeso de la Unión Cristianodemócrata (CDU), partido del canciller Friedrich Merz y del hasta las próximas elecciones primer ministro de Sajonia-Anhalt, Reiner Haseloff, confía en que AfD no llegue al Gobierno, ni en su región ni el país.
«Puede suceder aquí, en Sajonia-Anhalt, pero los otros partidos están tan en contra que creo que eso no va a suceder», comentó Armin a EFE al aludir al «cordón sanitario» que aplican el resto de fuerzas a AfD.
Según explicó a EFE el historiador Ilko-Sascha Kowalczuk, Alemania no está preparada para que haya «un estado federado gobernado por AfD», un partido que apuesta por «un Estado autoritario» e ideológicamente arraigado en un «racismo que en Alemania no se ha trabajado realmente». EFE
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