La yurta, símbolo nómada de Asia Central, reconocida como Patrimonio Cultural por Unesco
Nueva Delhi, 11 dic (EFE).- La Unesco inscribió este jueves los conocimientos tradicionales sobre la fabricación de yurtas, las viviendas nómadas de Asia Central, incorporando a Uzbekistán y a los artesanos de Karakalpakstán a un elemento que ya reconocía a Kazajistán y Kirguistán.
Su inscripción ha ocurrido durante la vigésima reunión del Comité Intergubernamental que se celebra esta semana en Nueva Delhi.
La yurta —una estructura circular de madera cubierta de fieltro y tensada con cuerdas trenzadas— ha sido durante siglos la vivienda portátil de los pueblos túrquicos de la estepa. Más que un refugio es un símbolo de identidad, siguen presentes en festivales, bodas y funerales, y muchas familias las conservan como un legado sagrado transmitido de generación en generación.
«La yurta es uno de los elementos más importantes de la cultura karakalpaca y un símbolo de identidad, unidad y respeto por la diversidad», dijo la delegación encabezada por Kamol Mukhtarov, representante de Uzbekistán ante la Unesco.
La inscripción reconoce el trabajo de los artesanos karakalpakos —carpinteros, tejedores y especialistas en fieltro y decoración interior—, que mantienen vivas técnicas tradicionales enseñadas a jóvenes aprendices.
Según la candidatura, la participación de Uzbekistán refuerza el carácter multinacional de estos conocimientos y subraya a la yurta como un patrimonio compartido entre comunidades con raíces históricas comunes. Las yurtas continúan desempeñando un papel central en rituales del ciclo de vida y en celebraciones como el Nowruz, donde se organizan concursos y exhibiciones artesanales.
Los Estados implicados se comprometen a fortalecer la formación de artesanos, indicó su propuesta de salvaguardia, promover el uso sostenible de la madera y el fieltro y crear plataformas conjuntas de documentación.
Con esta inscripción, Asia Central refuerza la visibilidad internacional de una tradición que, pese a la modernización, sigue simbolizando unidad, hospitalidad y vínculo con la naturaleza en Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán. EFE
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