
Lecornu excluye tasar a las grandes fortunas pero aboga por una profunda reforma fiscal
París, 26 sep (EFE).- El nuevo primer ministro francés, Sébastien Lecornu, excluyó este viernes los impuestos a las grandes fortunas que le piden los sindicatos y la izquierda, pero propuso «más justicia fiscal» con una reforma en la que «ciertos impuestos subirán y otros bajarán».
En una entrevista al diario Le Parisien, el jefe del Gobierno, nombrado el pasado 9 de septiembre un día después de que su antecesor, el centrista François Bayrou, perdiera una moción de confianza, aseguró que nombrará su nuevo Gobierno antes del inicio de la sesión parlamentaria, programada para el próximo miércoles.
Señaló que los nuevos miembros del Ejecutivo tendrán que estar comprometidos en la adopción del presupuesto para 2026, sabedor de que este debe superar la fase parlamentaria donde no tienen mayoría, lo que les obligará a intensas negociaciones.
«Presentaré un presupuesto transparente, con evolución de los gastos, evolución de los ingresos y evolución del déficit (…) Pero será el Parlamento el que tenga que aprobarlo. Al final no será el presupuesto Lecornu, será el del Parlamento», aseguró.
Pero en sus proposiciones iniciales no incluye resucitar el Impuesto a las Fortunas (ISF), suprimido tras la llegada de Emmanuel Macron al Elíseo en 2017 y que tasaba a los más ricos del país.
También rechazó la llamada ‘tasa Zucman’, que reclaman la izquierda y los sindicatos, que han convocado una nueva jornada de movilización para el próximo jueves tras haber reunido a un millón de personas en las calles el pasado día 18.
De esta forma, Lecornu da un portazo a dos de las principales reivindicaciones del Partido Socialista, de cuyos votos depende para seguir en el cargo.
El jefe del Gobierno apeló a la responsabilidad de ese partido para avanzar en los compromisos que permitan obtener un presupuesto para 2026.
Lecornu aseguró que la trayectoria presupuestaria comprometida con Bruselas, que prevé recortar el déficit público al 3 % del PIB para 2029, será mantenida, para lo que apostó por una mayor eficacia de la maquinaria estatal y recortar gastos innecesarios, aunque reconoció que para 2026 se desviarán una décima y tendrán un 4,7 %, al haber renunciado a la supresión de dos festivos que había propuesto su antecesor.
«El dinero público es precioso como nunca. Voy a proponer la disminución de 6.000 millones de euros de los gastos del Estado y de su tren de vida», aseguró Lecornu, que descartó «un presupuesto de austeridad o de regresión social» y anunció «6.000 millones más para las pensiones y 5.000 millones para la sanidad».
Al mismo tiempo, propuso «un proyecto de ley ambicioso de lucha contra los fraudes sociales y fiscales» en paralelo a los presupuestos para optimizar la recaudación y los gastos.
El jefe del Gobierno se mostró esquivo sobre otra de las reclamaciones sindicales, abandonar la reforma de las pensiones de 2023, aunque se mostró abierto a posibles enmiendas.
Sobre su futuro Gobierno, aseguró que los ministros tendrán que «saber negociar con el Parlamento, con los agentes sociales y con las administraciones locales» y sobre la entrada de personalidades socialistas en el mismo aseguró que solo se hará «si apoyan al Gobierno».
Antes de su formación, aseguró, tendrá una primera copia de los presupuestos y los nuevos ministros deberán comprometerse a defenderlos. EFE
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