
Los altos precios y la competencia sofocan el turismo en Montenegro
Snezana Stanojevic
Belgrado, 7 ago (EFE).- Las playas de Budva, el principal centro del turismo montenegrino en el Mar Adriático, están medio vacías en pleno verano, una imagen que contradice las grandes expectativas que prometía la exitosa pretemporada.
Pocos preparativos y más competencia que el año pasado, cuando Montenegro era uno de los pocos destinos abiertos sin restricciones en plena pandemia, auguran una temporada mala, a lo que contribuyen también los elevados precios que tratan de cobrar los empresarios del sector en la costa montenegrina.
«Los precios en la costa son como en la Costa Azul. Algo nunca visto en Montenegro», advirtió el propio primer ministro del país balcánico, Dritan Abazovic, en una petición para adaptar los precios al bolsillo del turista medio de la región.
«En la costa, una botella de agua cuesta hasta 4 euros, frente a 1,5 euros el año pasado. Unos palafitos se alquilaban por 50 euros, y ahora por 250. Hay que ser realista», ilustró Abazovic la complicada situación del turismo este verano.
Los datos de la agencia de estadísticas Monstat confirman que los precios han subido de media un 13,5 % con respecto al año pasado.
DESTINO PARA MODESTOS
Los expertos del sector consideran que los malos resultados del turismo en lo que va de verano se deben ante todo a la «estructura del mercado», orientado hacia los visitantes de la región e incapaz de generar un turismo sostenible.
Además, Montenegro -un pequeño país balcánico con solo unos 620.000 habitantes- no ha logrado compensar la notable ausencia de turistas rusos y ucranianos, que el año pasado fueron una quinta parte de los visitantes.
«Nos hemos orientado, sobre todo en los últimos tres años, al mercado regional pobre, que, lamentablemente, está cada vez más depauperado. La característica de este mercado es, además, la corta temporada», declaró a Efe Rade Ratkovic, decano de la Facultad de Turismo en Budva.
Aboga por trabajar para atraer más visitantes de Europa Occidental y Escandinavia, de mayor poder adquisitivo y que llegan no sólo en la temporada alta.
POCOS PREPARATIVOS
Al mismo tiempo Ratkovic criticó los retrasos en los preparativos de la temporada.
«Ahora es el momento para intensificar los preparativos si contamos con ese mercado (occidental) para el próximo año, y yo no veo que se haga nada en este sentido», advierte.
Denunció que en una sociedad altamente politizada como la montenegrina todo está supeditado a los intereses de los partidos políticos con poco enfoque sistemático en el turismo.
«Hasta que se aborden los asuntos económicos de forma política, no nos moveremos adelante. Llevamos advirtiendo durante tres décadas del problema, que ha empeorado en los últimos tres años», dijo.
La inestabilidad política que reina en el país desde 2020 desvía la atención del sector estratégico en este país, donde todo suele paralizarse cuando duran los debates políticos para formar nuevas autoridades.
Montenegro, país de mar, lagos y montañas de naturaleza incomparable y aún poco explorada, ofrece buenos hoteles, destinos de lujo, y otras capacidades de alojamiento.
Ratkovic lamenta que Montenegro todavía carece de un sistema integrado de información con datos como el número exacto de visitantes y de camas, mientras la política gasta «la energía social para convencer al público que la temporada es buena cuando no lo es».
OPTIMISTAS A PESAR DE TODO
Los hoteles de Budva tienen un 7 % menos visitantes que el año pasado, pero en los alojamientos privados la situación es peor aún, con un 23 % menos turistas que el año pasado, aunque en los últimos días se registraron más llegadas.
Pese a estos datos, el ministro de Desarrollo Económico y Turismo, Goran Djurovic, asegura que la caída afecta sólo a Budva y que los demás destinos registran más visitas que hace un año.
Según datos del Ministerio de Turismo, en estos momentos hay en Montenegro unos 171.000 turistas, un 2,4 % más que a finales de julio del año pasado, pero un 12,5 % menos que en el año récord de 2019.
«La temporada está lejos de ser mala. Se está creando la fama infundada de algún cataclismo», se lamentó Djurovic en declaraciones a la prensa local.
Pero Ratkovic, de la Facultad de Turismo, asegura que «son historias estériles», y pide centrarse en salvar el resto de la temporada turística.EFE
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