Los antiguos andinos cazaban y criaban linajes perdidos de camélidos
Redacción Ciencia, 16 dic (EFE).- Las antiguas sociedades andinas dependían de linajes de camélidos ahora extintos para obtener recursos como el alimento y el transporte, según las pruebas de ADN antiguo realizadas en animales de los yacimientos arqueológicos del barranco de Tulán, en Chile.
Los resultados de un estudio que publica ‘Nature Communications’ sugieren que las primeras comunidades del periodo Formativo o preclásico gestionaban los camélidos “de forma compatible con prácticas mixtas de caza y/o pastoreo emergentes, en lugar de un pastoreo claramente establecido”.
El predominio de linajes silvestres o domésticos ahora extintos indica que las comunidades de la región dependían de poblaciones distintas de los antepasados directos de las llamas y alpacas modernas, «lo que ofrece una perspectiva sobre las complejas y variables vías regionales de uso y domesticación de los camélidos en los Andes centro-sur», destaca el artículo.
Los camélidos sudamericanos (una familia de mamíferos rumiantes que incluye a las llamas y las alpacas) eran los únicos animales de gran tamaño domesticados en América y constituían una importante fuente de alimento, fibra y transporte para las antiguas sociedades andinas.
Investigaciones previas demostraron que estos fueron domesticados hacia 3000 a.C. Sin embargo, dado que las especies silvestres y domesticadas tienen esqueletos similares, ha sido difícil determinar con exactitud los detalles de este proceso a partir de pruebas físicas.
El equipo, encabezado por la Universidad de Copenhague, se centró en análisis genéticos detallados de 26 restos de ejemplares excavados del barranco de Tulán hace aproximadamente entre 3.300 y 2.300 años.
De ellos, solo una llama macho era probablemente antepasada de las domesticadas actuales, mientras que el resto pertenecía a linajes de camélidos extintos.
Los individuos antiguos restantes podrían haber pertenecido a dos poblaciones extintas, una más estrechamente relacionada con Lama guanicoe, y la otra con Vicugna vicugna, pero distintas de ellas, que se cree que son los antepasados de la llama y la alpaca, respectivamente.
Además, identificaron proporciones similares de machos y hembras, lo que sugiere que los individuos eran salvajes y cazados por los humanos o domesticados y criados en rebaños, y que los machos eran sacrificados selectivamente.
El equipo señaló la incertidumbre que existe en cuanto a los antepasados salvajes debido al cruce entre camélidos domésticos y salvajes modernos y sugiere que son necesarias más investigaciones para identificar a los antepasados de las llamas y alpacas actuales. EFE
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