Los atrapados en el conflicto entre Tailandia y Camboya: «No sé cuándo volveré a casa»
Bangkok/Oddar Manchey (Camboya), 10 dic (EFE).- Más de medio millón de personas que viven cerca de la frontera entre Tailandia y Camboya han sido evacuadas ante el enfrentamiento militar entre los países vecinos. «No sé cuándo podré regresar a casa», dijo este miércoles a EFE el camboyano Touch Run, atrapado por el conflicto.
«Por ahora solo puedo permanecer en la zona de desplazados», añade, refugiado en un templo de la provincia de Oddar Manchey, que linda con Tailandia y es parte del área en el que, desde el domingo, se enfrentan batallones de ambos países en el marco de un conflicto territorial histórico que emerge de forma periódica.
Este último episodio, del que ambas parte se acusan de comenzar, deja más de una decena de fallecidos por el momento, y es el de mayor intensidad desde julio, cuando fallecieron medio centenar en pocos días de enfrentamientos.
El agricultor y soldado retirado, de 58 años, se encontraba trabajando en su campo de arroz, cerca de la frontera con Tailandia, cuando al amanecer del lunes comenzó a escuchar los ataques.
«Recogimos rápidamente nuestras pertenencias y huimos. Antes del ataque, las autoridades (camboyanas) ya nos habían advertido que estuviéramos preparados y alerta, y que, si algo ocurría, debíamos retirarnos a zonas seguras», apunta Touch, quien el pasado julio ya tuvo que abandonar su casa por los combates fronterizos.
Los enfrentamientos entre los Ejércitos de Tailandia y Camboya comenzaron el domingo y escalaron el lunes en varios puntos de la frontera de unos 820 kilómetros que comparten, mientras ambos gobiernos se cruzan acusaciones sobre quién inició las hostilidades.
Cuando se hallaba a medio camino del lugar donde iba a desayunar el lunes, la camboyana Meas Sopheap escuchó las primeras explosiones.
«Regresé a casa inmediatamente y, de repente, empezaron a caer varios proyectiles. Corrimos hacia una tubería de cemento para refugiarnos y huimos (hasta el templo Thmor Kambor) sin poder llevar ninguna pertenencia», comenta a EFE esta peluquera camboyana de 57 años que vive cerca del templo Ta Moen, uno de los puntos que se disputan los Ejércitos de ambas naciones.
La mujer, quien asegura que las autoridades no informaron sobre un plan de evacuación, cree que los combates actuales son «más intensos» que los registrados en julio, por los que también se vio obligada a huir.
Metralla en un templo
Al otro lado de la divisora, en la provincia tailandesa de Surin, un monje budista sostiene en la palma de su mano un trozo de metralla arrojado por el impacto de un proyectil cerca de un templo.
La metralla «se esparció por todo el techo (…) En ese momento (del impacto) estaba barriendo los terrenos del templo», recuerda el religioso, quien asegura que los restos también golpearon algunas casas cercanas.
Guarecida dentro de un bloque de cemento que hace la función de búnker, una aldeana tailandesa también conserva un fragmento de metralla de unos cuatro centímetros de largo tras una explosión sucedida en la mañana del martes.
«Cayó dentro del templo, cerca de la sala de ordenación», afirma la mujer.
La disputa entre los países vecinos se remonta a desavenencias sobre el acuerdo sellado en marzo de 1907 entre el entonces Reino de Siam (actual Tailandia) y Francia (que ocupaba el territorio que ahora es Camboya) para intercambiar el control de algunas regiones y establecer una línea que definiera la frontera.
El presidente de EE.UU. Donald Trump, medió en julio para que se firmara un alto el fuego, amenazando con aranceles si no, y ha asegurado que hablará con Bangkok y Nom Pen de nuevo. EFE
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