Los empleos en la electricidad en el mundo superan por primera vez los de combustibles
París, 5 dic (EFE).- Los empleos en la electricidad en el mundo han superado por primera vez a los de los combustibles, por el tirón de la energía solar fotovoltaica, con la creación desde 2019 de 3,9 millones, lo que representa casi las tres cuartas partes de todos los que se han creado en el sector de la energía.
En su informe sobre el empleo publicado este viernes, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) destaca que las fuertes inversiones en infraestructuras propiciaron en 2024 un incremento del 2,2 % en los puestos de trabajo en la energía, cuando el aumento del empleo global fue del 1,3 %.
Ese dinamismo no se ha limitado al pasado año, sino que desde 2019 han aparecido más de 5 millones de nuevos empleos en el sector (un 2,4 % del total), de forma que en 2024 suponían 76 millones. De hecho, en ese periodo el ritmo de incremento se ha más que triplicado si se compara con los años anteriores a la pandemia.
Todo lo que tiene que ver con la electricidad ha sido la estrella, con 3,9 millones de creaciones de empleo entre 2019 y 2024, de los cuales la mitad en la energía solar fotovoltaica.
La electrificación está teniendo un impacto directo y muy significativo en la industria automovilística, con casi 800.000 nuevos empleos para vehículos eléctricos únicamente en 2024.
No obstante, los autores del informe indican que ese ritmo de progresión debería ralentizarse en 2025, cuando calculan que se quedará en el 1,3 %, algo que atribuyen a las tensiones geopolíticas que han llevado a las empresas a ser más cautas, pero también a las persistentes tensiones en el mercado laboral, con una escasez de profesionales.
Carencias de mano de obra
A ese respecto, señalan que de las 700 compañías, sindicatos y centros de formación que han participado en el estudio, más de la mitad han señalado enfrentarse a cuellos de botella que corren el riesgo de retrasar la construcción de infraestructuras y otros proyectos, además de aumentar los costos.
La falta de mano de obra disponible afecta en especial a perfiles técnicos aplicados, como electricistas, instaladores de tuberías, operarios de línea, operadores de planta e ingenieros nucleares, oficios que han supuesto 2,5 millones de nuevos puestos de trabajo desde 2019 y que suponen más de la mitad del empleo en la energía.
Aunque la inteligencia artificial está irrumpiendo con fuerza como una herramienta de productividad, por el momento sus aplicaciones se centran en tareas administrativas, en mejoras de la eficiencia o de seguridad y no parece que contribuya a reducir la demanda de ese tipo de trabajadores.
La AIE calcula que de aquí a 2035 el empleo en el sector de la energía aumentará en una horquilla de entre 3,4 y 4,6 millones de puestos de trabajo, de nuevo sobre todo de la mano de la electricidad, y la cifra final dependerá de la cadencia en que se construirán nuevas infraestructuras.
En el caso de que el mundo se dirigiera a un escenario de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050, que no es la hipótesis privilegiada, las necesidades se dispararían hasta unos 15 millones de empleos de aquí a 2035.
Los combustibles fósiles resisten bien
Si bien la electricidad es el negocio claramente emergente, sobre todo por las renovables, los combustibles fósiles se muestran más que resistentes, como lo prueba que en el caso del carbón en 2024 hubo un repunte de empleos en India, China e Indonesia que ha llevado a que la cifra global sea un 8 % superior a la de 2019, pese a los fuertes recortes en las economías avanzadas.
La industria del petróleo y del gas, por su parte, casi se ha recuperado de las pérdidas de puestos de trabajo por el parón a la que se vio abocada en 2020 por la crisis de la covid, y eso aunque sigue pesando la incertidumbre y los precios relativamente bajos de los hidrocarburos.
La actividad del petróleo y el gas, así como la energía nuclear son las que ofrecen los salarios más altos en la energía, en parte por la cualificación que requieren. La primera es, además, la que presenta en 2025 las mayores subidas de remuneración, con una media del 3,7 % y del 3,2 % en la energía nuclear.
Netamente por detrás quedan los aumentos en el carbón (1,2 %) y, sobre todo en las renovables (0,8 %). EFE
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