
Los palestinos en Jordania temen no poder volver a casa tras el cierre del paso de Allenby
Hayat al Dbeas
Amán, 25 sep (EFE).- Hamza, un palestino residente en EE.UU., aterrizó el miércoles en Jordania para cruzar a Palestina y pasar las vacaciones con su familia en Jenín. Pero llegó unas horas antes de que Israel cerrara «hasta nuevo aviso» el paso de Allenby, la única salida y entrada de Cisjordania ocupada al extranjero.
Hamza explica a EFE que los palestinos «están acostumbrados a los cierres, pero no a la frase ‘hasta nuevo aviso'», y lamenta haber llegado a Jordania apenas «unas horas antes» de que las autoridades israelíes cerraran el cruce de Allenby tras un ataque la semana pasada contra soldados israelíes en este paso terrestre.
Ahora teme no poder visitar a su familia, que le está esperando en Jenín, y tan solo cuenta con dos semanas para poder ingresar a Cisjordania antes de volver a volar rumbo a Estados Unidos: «No los voy a ver hasta el año que viene», augura, en caso de que Israel no anuncie la reapertura.
Sin fecha de reapertura
El cierre de Allenby, conocido en Jordania como Puente Rey Hussein, no solo ha dejado varados a miles de palestinos en el reino árabe y en Cisjordania, sino que también ha paralizado la entrada de camiones de ayuda humanitaria y mercancías vitales hacia el territorio.
Según la ONU, la mayoría de los 3,3 millones de habitantes de Cisjordania dependen de este cruce para poder viajar al extranjero -ya que Israel no les permite usar el aeropuerto internacional de Ben Gurión de Tel Aviv-, y además es vital para las importaciones y exportaciones comerciales.
Allenby fue cerrado indefinidamente el miércoles tras varios días de cierres y aperturas por parte de Israel tras el ataque, el pasado 18 de septiembre, del conductor de un camión contra los soldados estacionados en el cruce, una acción que se saldó con al menos dos militares israelíes muertos.
La medida también provocó la paralización del tránsito de los camiones con ayuda humanitaria que Jordania y otros países, como Emiratos Árabes Unidos, enviaban a Gaza en el contexto de la poca asistencia que llega a la Franja para aliviar la catastrófica situación de los habitantes del enclave.
Coste personal y profesional
Muchos de los varados en Jordania habían llegado antes del ataque para pasar tan solo unos días en el reino árabe, sin contemplar que una decisión repentina de Israel podría dejarlos cargados de costes que no habían calculado e incluso provocar la pérdida de sus trabajos.
Es el caso de Mahmud Nemr, un joven cisjordano recién casado que había llegado a Jordania a pasar unos días con su mujer.
«Mis vacaciones terminaron ayer, pero si sigo así puedo perder mi trabajo», lamenta a EFE, al tiempo que recuerda otro gran inconveniente como son «los gastos adicionales imprevistos» derivados de las residencia en Jordania por un periodo indeterminado, a falta de medidas de las autoridades jordanas para gestionar este problema.
Sus temores no se limitan al eventual retraso en la apertura del cruce, sino también a la aglomeración que experimentará cuando finalmente se abra, ya que miles de personas utilizan el paso de Allenby en ambas direcciones a diario.
«Así que imagínate cuántas personas están tardando en regresar cada día», advierte.
Ese miedo lo ha llevado a considerar la adquisición de un pasaje de ida y vuelta VIP, y asegura que no le importa el precio si ese billete especial le permite poder cruzar lo antes posible una vez Allenby sea reabierto.
El cierre del paso también está provocando estragos en la economía tanto de Cisjordania como de las zonas de Jordania que rodean el cruce, algo que taxistas y dueños de comercios del lado jordano de Allenby califican de «sin precedentes».
«Ha provocado una paralización total de la actividad comercial y turística en la región», asegura a EFE Jamis, un camionero jordano que denuncia la «ansiedad» que está generado entre los ciudadanos y los funcionarios la suspensión indefinida del cruce.
Asimismo, denuncia que «cientos de camiones con mercancías, productos agrícolas e industriales, así como de ayuda humanitaria, usan el paso a diario», mientras que recuerda que también hay personas que trabajan en Cisjordania y no pueden regresar a sus empleos, así como familias separadas.
«Todos se han visto afectados», sentencia. EFE
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