Los símbolos del periodismo libre en Georgia y Bielorrusia reciben el premio Sájarov
Estrasburgo (Francia), 16 dic (EFE).- Los representantes de los periodistas Andrzej Poczobut y Mzia Amaglobeli, encarcelados en Bielorrusia y Georgia respectivamente por su labor como reporteros, recibieron este martes el premio Sájarov a la libertad de conciencia que otorga anualmente el Parlamento Europeo a contribuciones excepcionales a la lucha por los derechos humanos.
«Andrzej y Mzia no pueden estar hoy con nosotros para que reconozcamos sus logros y valentía. Están en la cárcel simplemente por hacer su trabajo, por alzar la voz contra la injusticia y persecución», dijo la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que pidió la inmediata liberación de ambos.
La hija del periodista de la minoría polaca en Bielorrusia, Jana Poczobut, y una compañera de redacción y amiga de Amaglobeli, Irma Dimitradze, recogieron el galardón en nombre de los premiados con sendos alegatos para que se les garantice atención médica y para que el mundo no deje de hablar de los presos políticos y de la situación crítica para los derechos humanos en ambos países.
La presidenta del Parlamento Europeo presentó a Poczobut como un activista por la minoría polaca en Bielorrusia que ha pasado años como periodista bajo el régimen de Alexandr Lukashenko, que lleva aislado en la cárcel sin apenas contacto con el mundo desde su última detención en 2021.
La georgiana Amaglobeli, por su parte, lleva décadas «exponiendo la corrupción y los abusos a los derechos humanos» en su país y fue detenida este mes de enero mientras cubría las manifestaciones contra el Gobierno, recordó Metsola.
Jana, la hija de Poczobut, agradeció un premio que recuerda a su padre y a todas las familias de presos políticos que «viven con las mismas preguntas sin responder», con «silencio, incertidumbre y ausencia». «Detrás de cada nombre hay una casa, una historia, personas que esperan. Mi padre no es sólo una figura pública, es un marido, un hijo, un amigo», dijo.
Pese al miedo, la hija del periodista aseguró que la esperanza es lo único que aún no han quitado a su familia y que, aunque no eligieron este camino, sí optan por «creer cada día en él y en que la verdad y la dignidad aún importan».
Para la joven, el premio Sájarov «muestra que aunque se lleven a una persona, no pueden llevarse sus principios, y que cuando se silencia a alguien su voz se sigue oyendo a través de otros». «Este reconocimiento no puede cambiar el pasado, pero nos da algo muy valioso para el futuro: la creencia de que la justicia y la humanidad aún tienen un lugar en el mundo», añadió.
La compañera periodista de Amaglobeli, Irma Dimitradze, fue más política en su discurso y urgió a la Unión Europea a que «use todas las herramientas para presionar a los líderes autócratas» de Georgia que han reprimido las protestas proeuropeas desde principios de este año, así como a que no acepte las propuestas de paz de Moscú en Ucrania.
«Como alguien que conoce muy bien las amenazas de Rusia, estoy aquí para deciros que si el mundo civilizado permite que Moscú imponga unilateralmente los llamados acuerdos de paz y fronteras según sus ambiciones imperiales, será un anuncio de guerras sin fin en este bello continente», advirtió Dimitradze.
La periodista subrayó que dejar solas a Ucrania o Georgia ante las agresiones militares y la guerra híbrida rusa será «un error histórico irreparable» por el que habrá que pagar «un alto precio». «La fuerza tras los horrores en Bielorrusia, Georgia y Ucrania se está acercando al corazón de Europa. Se acerca a vuestras casas y nosotros simplemente estamos en su camino», alertó. EFE
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