
Núremberg otorga su premio de derechos humanos a un dúo humanitario israelí y palestino
Berlín, 21 sep (EFE).- Dos mujeres, la israelí Robi Damelin y la palestina Laila Al Sheij, recibieron este domingo el Premio Internacional de Derechos Humanos de la ciudad alemana de Núremberg (sur), un galardón que reconoce el esfuerzo humanitario de su asociación Círculo de Padres-Foro de Familias (PCFF, por sus siglas inglesas).
La iniciativa de este dúo israelo-palestino lleva treinta años facilitando el contacto entre personas que han perdido miembros de su familia en el conflicto de Oriente Medio, además de ofrecer un programa de formación y actividades para superar el duelo por la muerte de los allegados.
«En vista del terror del 7 de octubre de 2023 y la devastación en la Franja de Gaza, a muchas personas les puede sorprender, si no irritar, hablar de amistad y acercamiento entre israelíes y palestinos. Pero existen esas amistades judío-palestinas», dijo el alcalde de Núremberg, Marcus König, según recogió un comunicado de la ciudad.
Para König, buen ejemplo de esas amistades son proyectos como PCFF.
La ceremonia en la que fue entregado el premio humanitario, el 16 Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg, tuvo lugar en la ópera de la ciudad bávara, en presencia de unas mil personas.
En un conflicto marcado por la guerra de Israel en la Franja de Gaza contra la organización islamista palestina Hamás, responsable de los ataques terroristas del 7 de octubre, las dos premiadas manifestaron en su mensaje de agradecimiento su esperanza en que haya paz en el conflicto de Oriente Medio.
«Creemos que cada alma es preciosa. Dios nos ha creado para amarnos unos a otros, no para matarnos. Somos responsables de nuestra comunidad. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Nosotros, palestinos e israelíes, debemos actuar juntos para alcanzar la paz», señalaron las premiadas.
El jurado que les otorgó el premio puso de relieve precisamente el carácter esperanzador de la labor de PCFF, pues tanto Damelin como Al Sheij, «en lugar de permitir que el dolor se convierta en odio, han decidido transformar su dolor en un catalizador para la reconciliación y la paz».
«Su trabajo es uno de los ejemplos más valientes de esperanza frente a la desesperación y de humanidad frente a la violencia», abundó el jurado.
El premio, además de ser un referente internacional en el reconocimiento de labores humanitarias, está valorado en 25.000 euros. EFE
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