Nigeria reconoce que sus amenazas alientan a «terroristas» a seguir con secuestros masivos
Doha, 6 dic (EFE).- El ministro de Exteriores de Nigeria, Yusuf Maitama Tuggar, reconoció este sábado que las amenazas de su Gobierno a los «terroristas» y «bandidos» responsables de la reciente ola de secuestros que sacude el país africano alientan a estos grupos a continuar con esta práctica para hacerse con «escudos humanos».
«Existe una correlación entre las declaraciones recientes y el secuestro de niñas y estudiantes (…) porque entonces los terroristas quieren usarlas como escudos humanos», dijo Maitama Tuggar en declaraciones a EFE en los márgenes del Foro de Doha, cuya inauguración tuvo lugar este sábado en la capital de Catar.
Ante el duro discurso del presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, que decretó la «emergencia de seguridad nacional» el 26 de noviembre pasado en una «declaración de guerra contra toda forma de inseguridad», el ministro de Exteriores afirmó que tienen que «ser cuidadosos con la forma en que se abordan algunos de estos asuntos».
Las autoridades nigerianas han tomado medidas tras una serie de secuestros masivos, el más notorio el 21 de noviembre, cuando 303 estudiantes y doce profesores fueron secuestrados por hombres armados en la Escuela Católica de Secundaria St. Mary’s, en el estado centro-occidental de Níger.
Sin embargo, Maitama Tuggar afirmó que el Gobierno nigeriano ha «aprendido de los errores del pasado».
Criticó el duro discurso público del entonces presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, cuando en 2014 amenazó con atacar a los «terroristas» en el bosque de Sambisa, cercano a la frontera con Camerún, después de que Boko Haram secuestrara a 276 niñas en una escuela de la aldea septentrional de Chibok, de las que 91 siguen sin regresar a casa.
El jefe de la diplomacia nigeriana atribuyó las declaraciones del expresidente como «una de las razones» de ese secuestro que conmovió al país entero, ya que los perpetradores «decidieron raptar a las pobres niñas para usarlas como escudos humanos».
No obstante, incidió en que la ola de secuestros y la inseguridad que atraviesa el país «es un problema de la región y, por lo tanto, no se trata de un conflicto religioso ni étnico».
A finales de octubre, el presidente estadounidense, Donald Trump, designó a Nigeria como «país de particular preocupación» -designación del Departamento de Estado por violaciones a la libertad religiosa- tras denunciar que la comunidad cristiana de Nigeria es «masacrada» en Nigeria por «islamistas radicales».
Trump amenazó incluso con una intervención militar, pese a que el Gobierno nigeriano rechazó sus alegaciones y el ministro de Exteriores afirmó que las autoridades de Nigeria siguen colaborando con Estados Unidos porque no consideran a Washington «como un enemigo».
En este sentido, Maitama Tuggar pidió a la comunidad internacional que entienda la complejidad de la situación en su país porque «si se malinterpreta el contexto, se aplican soluciones equivocadas».
Algunos estados de Nigeria, sobre todo del centro y noroeste del país, sufren ataques constantes por parte de «bandidos», término usado para nombrar a las bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para exigir rescates y a cuyos integrantes las autoridades tildan a veces de «terroristas».
A esta inseguridad se suma la ocasionada desde 2009 por la actividad de Boko Haram en el noreste del país y, a partir de 2016, también de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, en inglés). EFE
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