Parálisis en diálogo de gobierno de Países Bajos por falta de apoyos a ninguna coalición
La Haya, 4 dic (EFE).- La negociación de gobierno en Países Bajos entró este jueves en una fase de bloqueo, sin mayoría clara para ninguna de las combinaciones que se barajan y con los principales partidos vetándose entre sí y paralizando el proceso, en un panorama político fragmentado.
El mediador, Sybrand Buma, advirtió esta tarde, tras finalizar las reuniones que tenía programadas, que, por ahora, no existe apoyo suficiente entre los partidos para formar ni una coalición mayoritaria ni una minoritaria, un síntoma de parálisis en las negociaciones del nuevo gobierno.
Buma advirtió, sin embargo, de que las diferentes fuerzas “tienen la responsabilidad de dar un paso más” y contribuir a la negociación.
El líder del progresista D66 y ganador de las elecciones de octubre, Rob Jetten, y el del democristiano CDA, Henri Bontenbal, admitieron que la situación es “complicada”, a pesar de que el martes ambos se mostraron optimistas tras pactar una «agenda común» que tildaron de “positiva y ambiciosa”, por la que tendían la mano a otros partidos para formar coalición con ese documento como base.
Jetten evitó hoy hablar de coaliciones concretas y recalcó que el desafío es reunir el apoyo suficiente para aprobar leyes en ambos el Parlamento y el Senado, no solo decidir “quién gobierna con quién”, y admitió que “no existe una ruta clara”, mientras que Bontenbal reconoció su “impaciencia” ante la falta de avances reales.
La tensión política se empezó a hacer visible desde primera hora de la mañana, con las críticas del líder de la ultraderecha PVV, Geert Wilders, que calificó esa «agenda común» de D66 y CDA como “la caída en picado de Países Bajos” y atacó especialmente las propuestas sobre asilo y sanidad.
Aunque su partido está excluido de la negociación, Wilders aseguró que no votará contra buenas medidas si llegan al Parlamento, pero dijo ver “muy pocas” en el texto de D66 y CDA.
En el bloque liberal de derechas, la líder de la VVD, Dilan Yesilgöz, reclama empezar “un texto completamente nuevo” si su partido llega a las negociaciones, y reiteró que no contempla una coalición con los ecologistas y socialdemócratas GL-PvdA, por lo que su preferencia sigue siendo una opción “de centro-derecha”, sumando al partido radical JA21.
Esa variante suma 75 escaños, uno menos de la mayoría necesaria, lo que exigiría negociar con un quinto socio.
Desde GL-PvdA, Jesse Klaver rechazó un gabinete minoritario de D66, CDA y VVD, y aseguró que optar por una minoría sería “un error crucial” y acusó al VVD de ejercer “la arrogancia del poder” al vetar un gobierno mayoritario con su formación.
Además, sostuvo que los “verdaderos avances” que D66 y CDA quieren lograr no son posibles sin el apoyo de la alianza progresista.
JA21, que sí acepta dialogar, quiere desplazar esa agenda “hacia la derecha”, y su líder, Joost Eerdmans, respalda una coalición con D66, CDA y VVD, sin alcanzar 76 escaños.
En medio de estos vetos cruzados y la debilidad numérica de las posibles combinaciones, la política neerlandesa encara una semana decisiva sin señales claras de cómo desbloquear este proceso, tras el escenario fragmentado que dejaron las elecciones del 29 de octubre.
Buma, que tiene que presentar su informe definitivo antes del 9 de diciembre, anunció que mañana convocará a D66, CDA, VVD, GL-PvdA y JA21 para intentar evitar que el proceso entre en un bloqueo definitivo. EFE
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