Continúa la espera
El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, George W. Bush, no proclama su victoria, anunciada por las cadenas estadounidenses de televisión, en espera de los datos oficiales en el Estado de Florida. Al Gore aún no admite la derrota.
La incertidumbre añade intensidad al suspenso que ha marcado la elección presidencial en la primera potencia mundial. Tras la presunta victoria de Bush en el estado de Florida, anunciada por las cadenas de televisión, sobre todo por CNN, la situación adquiere un giro inesperado y el duelo no parece resuelto.
El vicepresidente demócrata Al Gore hizo una llamada telefónica a su adversario para comunicarle que no reconocía la derrota mientras no hayan sido escrutados los votos en todos los condados de Florida, hasta ahora bastión demócrata.
«Los resultados en Florida son demasiado cerrados para declarar un vencedor» declaró por su parte, en Tennesee, William Daley, director de la campaña electoral de Gore refiriéndose a la probabilidad de una modificación en el tramo final de la pugna electoral.
Todos los analistas coinciden en el carácter insólito de la situación, pero admiten la legitimidad de la actitud, porque se trata de una elección muy reñida en la que un centenar de votos pueden provocar un vuelco decisivo.
Como todos, quienes siguen la contienda electoral en Estados Unidos, aguardamos las cifras oficiales que confirmen o desmientan la victoria del hasta ahora gobernador de Texas para volver a abordar el tema. En todo caso, tanto republicanos como demócratas prefieren no renunciar a la esperanza del triunfo.
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