Pakistán: una carrera contra el reloj
Dos meses después del terremoto que azotó el sur de Asia y dejó 73.000 muertos, los socorristas suizos luchan para brindar un refugio a los supervivientes.
La Agencia Suiza para del Desarrollo y la Cooperación advierte que es urgente alojar a la gente ante la llegada del invierno, si se quiere evitar una segunda oleada de muertes.
La semana pasada, la Organización Internacional de Migraciones (OIM) señalaba que gran parte de las tiendas distribuidas a los 3,5 millones de personas sin techo en la Cachemira paquistaní y las regiones periféricas de India son inaptas para las duras condiciones del invierno en la zona del Himalaya.
Entrevistado por swissinfo, el jefe del proyecto del Cuerpo Suizo de Ayuda Humanitaria (CSA) en la región de la Mansehra paquistaní subraya que urge construir alojamientos provisionales.
«En este momento estamos distribuyendo material de construcción y estufas a cerca de 10.000 personas», explica Karl-Friedrich Glombitza. «Pero el problema es que no disponemos de material suficiente. Se trata de una carrera por la supervivencia».
Muchos supervivientes del seísmo que viven en las regiones de alta montaña no han descendido a los valles. «Muchas personas se han quedado en zonas superiores a los 5.000 metros de altitud y están acaparando toda la ayuda».
Equilibrio y coordinación
La Agencia Suiza para del Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) trabaja en estrecha colaboración con el ejército paquistaní, las autoridades locales y las otras organizaciones de ayuda humanitaria para socorrer a los más desfavorecidos.
COSUDE ha instalado sus centros de coordinación en los distritos de Batagram y Mansehra. Asimismo dispone de una oficina permanente de logística en la capital Islamabad.
Para Karl-Friedrich Glombitza uno de los principales desafíos logísticos de las organizaciones de ayuda humanitaria reside en fijar prioridades. Hay que buscar un equilibrio entre las dos necesidades, entre la distribución de víveres y de material de construcción.
Una misión larga
«Actualmente, no creo que la falta de víveres sea un problema. Estamos frustrados, porque los helicópteros cuyo número en sí ya es limitado son utilizados para la distribución de alimentos, cuando sería más urgente abastecer con material de construcción a la gente que se ha quedado en las regiones montañosas», puntualiza el jefe del proyecto del CSA.
Según Karl-Friedrich Glombitza, no sirve de nada llevar alimentos a los lugares donde la gente no puede quedarse durante el invierno, ya que no tienen dónde alojarse.
«Nuestra experiencia en zonas de conflicto o azotadas por seísmos nos demuestra que si comenzamos a desplazar a la población, posteriormente será muy difícil reintegrarla».
«Todo parece indicar que nuestra misión aquí será larga», concluye Karl-Friedrich Glombitza.
swissinfo, Ramsey Zarifeh
(Traducción: Belén Couceiro)
El 8 de octubre del 2005, un temblor de tierra, con una intensidad de 7,6 en la escala de Richter, azotó Pakistán, India y Afganistán.
El seísmo dejó 73.000 muertos y 3,5 millones de personas sin techo.
Cientos de miles de personas viven en tiendas, pese a las gélidas temperaturas en el Himalaya.
Las organizaciones humanitarias temen que la crudeza del invierno provoque una segunda oleada de muertes.
En noviembre Suiza había invertido 9,6 millones de francos suizos a la ayuda de emergencia destinada a Pakistán.
Antes de la llegada del invierno, la Cruz Roja Suiza había enviado 2.000 tiendas con estufas, 20.000 mantas y 2.500 cocinas de campamento.
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