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Serguéi Alexashenko: “La neutralidad de Suiza no servirá de nada”

Sergey Aleksashenko
El economista Serguéi Alexashenko abandonó Rusia por temor a su seguridad personal en 2013. Desde entonces, vive en Washington. swissinfo.ch

¿Qué eficacia tienen las sanciones económicas contra Rusia? ¿Qué papel juega Suiza en la guerra contra Ucrania? Preguntamos a opositores rusos a Putin. En el tercer capítulo entrevistamos a Serguéi Alexaschenko.

Suiza desempeña un papel importante con relación a los activos y las materias primas de Rusia. Y no debe esconderse detrás de su neutralidad, sino que debe ayudar —de manera activa— a que la maquinaria de guerra rusa se quede sin recursos. Ese es el parecer generalizado de los líderes de opinión de la oposición rusa a los que hemos entrevistado. 

Para esta serie de entrevistas hemos contactado con las voces más relevantes contra el Kremlin. Por lo que la mayoría ha tenido que abandonar el país. El oponente a Putin, Gari Kaspárov vive ahora en Croacia; el empresario Leonid Nevzlin, en Israel; el economista Serguéi Guriev huyó a Francia; el crítico de Putin y economista Serguéi Alexashenko vive en Washington, y el político opositor Vladímir Kara-Murza se encuentra bajo custodia desde abril en Rusia.

Tras ser viceministro de Finanzas de Rusia —de 1993 a1995— y subdirector del Banco Central de Rusia —entre 1995 y 1998—, Serguéi Alexashenko mostró cada vez más su oposición al Kremlin. Por temor a su seguridad personal, en 2013 abandonó Rusia y se trasladó a Washington. Desde allí dirige un blog que apoya a quienes se oponen al régimen. Se hizo cargo también de parte de los costes del tratamiento de Alekséi Navalni tras su envenenamiento.

Suiza ha adoptado las sanciones de la UE. ¿Es suficiente?

No. Suiza es un país en el que están registrados muchos operadores de materias primas y Bruselas no está familiarizada suficientemente con la especificidad de sus actividades. Para que las sanciones sean más eficaces, Suiza debe adoptar medidas adicionales en relación con esas empresas y con los bancos privados.

¿Qué más critica usted de Suiza?

Se negó a prestar ayuda médica a los militares ucranianos heridos por temor a que después volvieran al campo de batalla. Quien quiere hacer algo encuentra la manera de hacerlo, mientras que quien no quiere hacer nada busca excusas. Si Suiza actuara por humanismo, podría, por ejemplo, prestar asistencia médica a los soldados heridos más graves, cuya recuperación sea larga, y mantenerlos en su territorio hasta que acabe la guerra. 

Dicho esto, aunque la negativa a prestar asistencia a los soldados heridos puede justificarse, no encuentro ninguna justificación para negarse a prestar asistencia a las personas civiles heridas. Se ha tardado medio año para que los primeros cinco civiles ucranianos recibieran atención médica en Suiza. 

Suiza prohíbe que terceros países vendan a Ucrania armas de fabricación suiza, pero siguió suministrando a Rusia distintos productos, incluidos los sometidos a sanciones europeas.  

¿Qué reacción le gustaría ver de las autoridades suizas, ahora o en el pasado, por ejemplo, tras la publicación de los resultados de las investigaciones anticorrupción contra ciudadanos rusos?

Me gustaría que en Suiza los actos de corrupción se reconocieran como delito o, al menos, que se congelaran los activos de las personas que han sido objeto de tales investigaciones hasta que demuestren el origen lícito de sus bienes. Estas comprobaciones deben realizarlas las autoridades —la Fiscalía, por ejemplo— y no los propios bancos.

Rusia ya no ve a Suiza como un mediador neutral, dice que ha elegido su bando en la guerra. ¿No sería útil tener una Suiza neutral que pudiera prestar “buenos servicios”?

El estatus de neutralidad de Suiza en la Edad Media ayudó al país a protegerse durante las guerras europeas. Pero, ya a partir de las guerras napoleónicas, el país fue ocupado por Francia. Más tarde, en la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi utilizó este estatus de neutralidad para favorecer sus intereses, aunque no hubiera habido ninguna violación de la neutralidad desde un punto de vista formal. 

Creo que cuando se enfrenta a la maldad internacional, que amenaza al mundo entero, mantener la neutralidad no es una posición razonable. Si Putin genera una catástrofe nuclear en la central nuclear de Zaporiyia, la neutralidad de Suiza no servirá de nada. Quienes se ponen del lado del bien deben detener al asesino en serie. Se puede esperar que sea otro quien haga el trabajo, pero la inactividad es un modo de apoyar sus acciones.

¿Qué sentido tienen, en su opinión, las sanciones? ¿Cuánto tiempo puede resistir la economía rusa a ellas?

El objetivo de las sanciones es minar el potencial de la economía rusa a largo plazo, ampliando la brecha tecnológica, y aumentar para el Kremlin el coste de la guerra, reduciendo sus ingresos presupuestarios. La economía rusa, desgraciadamente, puede “soportarlas” durante un periodo indefinido. Ninguna sanción es capaz de destruirla por completo.

Entonces, ¿qué hace falta?

Una guerra se pierde o se gana en el campo de batalla. Solo el suministro de armas puede causar la derrota de Putin.

La entrevista se realizó por escrito.
Editado por Balz Rigendinger. Adaptado del alemán por Lupe Calvo

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