The Swiss voice in the world since 1935

Putin atrae la atención de Trump con el altavoz nuclear

Moscú, 31 oct (EFE).- El líder ruso, Vladímir Putin, ha logrado finalmente atraer la atención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aunque para ello haya tenido que recurrir al altavoz nuclear, el único as en la manga con el que el Kremlin puede aún influir en la Casa Blanca.

El objetivo es que Washington entienda que la guerra en Ucrania es el menor de sus problemas y que en juego está algo mucho más importante, la estabilidad estratégica y el desarme nuclear en el mundo.

El precio a pagar -el jefe de la Casa Blanca anunció la reanudación de las pruebas con armas nucleares- es menor si tenemos en cuenta que Moscú considera que aventaja a su adversario en arsenal de nueva generación, principalmente hipersónico.

Más aún cuando el Kremlin tuvo que aclarar a Trump que nunca ha realizado un ensayo nuclear, ya que el último fue realizado por la Unión Soviética en 1990.

«No quisiéramos que (la estabilidad estratégica) continuara degradándose más y más», aseguró hoy Serguéi Shoigú, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, al expresar su categórica oposición a las futuras pruebas nucleares estadounidenses.

La semana nuclear de Putin

Aunque a la postre Trump descartó el suministro de misiles Tomahawk a Kiev, el Kremlin recibió el mensaje. A eso se sumó la cancelación de la cumbre de Budapest, un revés muy duro para la diplomacia rusa.

Como respuesta, Putin dirigió dos años después las maniobras de las fuerzas nucleares rusas por tierra, mar y aire, lo que incluyó un lanzamiento de prueba de un misil intercontinental Yars (12.000 kilómetros de alcance).

El domingo Putin se vistió de militar por tercera vez desde el comienzo de la guerra y se reunió con el jefe del Estado Mayor para hablar de la contienda y del ensayo del misil de crucero de propulsión nuclear Burevéstnik (Mensajero de tormenta en ruso).

Curiosamente, el lanzamiento del Burevéstnik -cuyo alcance es ilimitado, ya que puede operar durante días- tuvo lugar el 21 de octubre, el mismo día en que se confirmó que no tendría lugar la reunión entre Putin y Trump.

Y dos días después, con un hospital militar como escenario, el jefe del Kremlin anunció la prueba con un submarino no tripulado Poseidón, una especie de torpedo estratégico.

«Es un arma muy potente que puede incapacitar en una guerra a Estados enteros. A día de hoy no hay antídotos contra él», dijo Andréi Kartapólov, jefe del comité de Defensa de la Duma o cámara de diputados.

Ucrania no es el objetivo

Tanto los expertos rusos y occidentales, como los militares ucranianos entendieron desde el principio que dichas pruebas nucleares no estaban dirigidas contra el ejército ucraniano, sino que eran un aviso a Estados Unidos, que aprobó la pasada semana las primeras sanciones contra Rusia desde que Trump regresara a la Casa Blanca.

«Con Rusia no se puede hablar con un lenguaje de sanciones», repitieron al unísono los diputados y senadores rusos, en alusión a las restricciones contra las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil.

De hecho, Moscú siempre hace hincapié no sólo en que esos misiles no tienen análogos en el mundo, sino que hacen inútil el escudo antimisiles estadounidense.

Además de poner en duda sus características, los expertos recuerdan que Putin presentó en sociedad dicho armamento en 2018, pero ninguno de esos sistemas ha sido aún puesto en servicio en las Fuerzas Armadas.

«No hay necesidad ni económica ni militar de fabricar dicho misil. Existe la voluntad política, la necesidad de un armamento nuevo y potente (…) Ni el Burevéstnik ni el resto de armamento cumplen ninguna misión militar de importancia vital», comentó hoy Pável Podviga, director del proyecto de investigación Armamento Nuclear de Rusia, al portal Meduza.

El objetivo es que EE.UU. vuelva a la mesa de negociaciones para debatir, entre otras cosas, la suerte del último tratado de desarme nuclear entre ambas potencias, el START III, que expira en febrero de 2026.

Trump quiere que China también acepte limitaciones a su arsenal ofensivo. Para evitar el colapso definitivo del sistema de no proliferación, Putin propone prolongar un año dicho tratado con la esperanza de que para entonces la guerra ya haya terminado con la capitulación ucraniana.

Los halcones se frotan las manos

Los halcones rusos, que nunca se fiaron del todo de Trump, aplauden a Putin, al que culpan de aguantar durante demasiado tiempo las salidas de tono del líder estadounidense.

En su línea habitual, el expresidente ruso, Dmitri Medvédev, que tachó de «acto de guerra» las sanciones, felicitó en X «a todos los amigos de Rusia» por el ensayo exitoso del Burevéstnik, durante años un quebradero de cabeza para la industria militar por sus continuos fallos.

Días después, calificó al Poseidón de «el auténtico arma del fin del mundo» y respondió a la propuesta de un usuario de utilizar Bélgica como «político de pruebas».

«Entonces, Bélgica desaparecerá», dijo.

Mientras, Shoigú explicó hoy que Rusia sólo efectuará ensayos si las demás potencias hacen lo mismo y que para ello está listo el polígono de Nueva Zembla, en el Ártico ruso.EFE

mos/jgb

(foto)

Los preferidos del público

Los más discutidos

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR