
Entre Biel y Medellín: la vida bicultural de un suizo expatriado

Lukas Hohl-Jaramillo dirige una agencia de eventos en Biel y un hotel-panadería en Medellín, Colombia. La disciplina y una mentalidad abierta son las claves para amalgamar sus dos mundos.
Cuando amanece en Medellín, en la comuna helvética de Biel (a casi 10.000 kilómetros de distancia) ya ha transcurrido medio día de trabajo. Mientras en la ciudad colombiana la mayoría de los habitantes disfrutan de su primer «café con leche», Lukas Hohl-Jaramillo ya ha atendido varias llamadas y está respondiendo a los correos electrónicos y mensajes de WhatsApp que le han llegado desde Suiza en las últimas horas.
«Por la mañana me dedico a nuestra agencia de eventos en Suiza, por la tarde a los negocios en Colombia y por la noche al ocio con la familia y los amigos», explica el joven de 33 años al describir su día a día cuando se encuentra en Medellín.
Típico suizo, pero, «un poco extranjero»
Lukas Hohl-Jaramillo se desenvuelve con soltura en dos culturas. Creció en Orpund, en el cantón de Berna, en un hogar hispanohablante, como hijo de un suizo que había vivido en el extranjero y luego regresó a su país.
Sus raíces familiares están en Colombia: «Mi abuela emigró de Suiza a Colombia con su familia cuando era niña», cuenta. Allí conoció a su abuelo, también suizo, quien se expatrió ya de adulto.
Lukas explica que su padre nació en Medellín y vivió allí durante 31 años como suizo en el extranjero. Se casó con su madre, colombiana, y juntos decidieron establecerse en Suiza en busca de oportunidades que no encontraban en su país. «El primer intento fracasó: extrañaban demasiado Colombia», explica el joven empresario, refiriéndose a los relatos de sus progenitores. Finalmente, se establecieron definitivamente en Suiza en su segundo intento, en 1982.

La pareja formó una familia allí y encontró su nuevo hogar. «Aún hoy, mis padres no hablan muy bien alemán y están muy apegados a la cultura colombiana», describe. A pesar de su aspecto típicamente suizo, «siempre he sido un poco extranjero aquí», lo que nunca ha representado un obstáculo para él.
Colombia, una segunda patria
Desde muy joven, Lukas se involucró en el club local de gimnasia y fútbol, y comenzó a organizar pequeños eventos. Tras finalizar la educación obligatoria, realizó una formación comercial y adquirió sus primeras experiencias en el sector de la organización de eventos.
A pesar de sus raíces colombianas, sólo visitó su segunda patria dos o tres veces durante la infancia. No fue hasta los 16 años, durante un viaje en solitario, cuando se dio cuenta de que allí también podía sentirse como en casa.
Desde entonces, viaja al menos una vez al año a Sudamérica y hoy forma parte activa de la familia que vive allí. Recién el año pasado logró convencer a su padre de regresar a su país natal, después de más de 38 años. «Para mí era muy importante viajar una vez con él a Colombia», explica Lukas Hohl-Jaramillo.
Quería mostrarle que el país había cambiado para bien en las últimas décadas y, al mismo tiempo, crear un recuerdo compartido de sus raíces. «Cuando los padres llegan a cierta edad, uno nunca sabe cuánto tiempo más podrá compartir con ellos».

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Agencia de eventos y viajes en Suiza
Antes de lanzar su empresa en Colombia, Lukas Hohl-Jaramillo se estableció por su cuenta en Suiza. Junto con su socio comercial Marcel Sallin, dirige una agencia de eventosEnlace externo que organiza, entre otras actividades, un festival de música de varios días a orillas del lago de Biel.
También fundó una agencia de viajesEnlace externo que ofrece tours personalizados al país sudamericano. «Una de mis mayores aspiraciones es acercar las culturas de Suiza y Colombia», añade.
En definitiva, pretende mejorar la imagen de su segunda patria en colaboración con la embajada de Colombia en Berna. Por ejemplo, para el festival que organiza en Biel, Lukas siempre ha invitado a artistas colombianos de renombre a presentarse en la Confederación.

Gracias a los numerosos contactos que ha establecido mediante sus actividades, incluidos los círculos de compatriotas helvéticos residentes en Colombia, finalmente se lanzó al sector hotelero en la segunda ciudad más grande del país.
Una combinación de «circunstancias afortunadas» lo llevó a ser contactado para diversas colaboraciones. El establecimientoEnlace externo cuenta con una panadería suiza donde se puede degustar «el mejor brunch de Medellín», siguiendo la tradición alpina, como se indica en su página webEnlace externo. El empresario bernés y sus socios emplean a unas 40 personas en la ciudad colombiana.
Emigrar a tiempo parcial requiere disciplina
Lukas Hohl-Jaramillo trabaja entre dos países muy distintos. Pero la emigración a tiempo parcial no es necesariamente «fácil», subraya. La rutina diaria es muy exigente. «Se necesita mucha disciplina para gestionar simultáneamente dos empresas en dos países y con husos horarios diferentes, para que sea viable para todos». Para su equipo en Suiza, está claro que «sólo estoy trasladando mi oficina a 10.000 kilómetros de distancia, no me voy de vacaciones».

Al principio, también subestimó la carga de trabajo que implica la diferencia horaria. «Cuando termina la jornada laboral en Suiza, el negocio comienza a despegar lentamente en Colombia». A veces, está disponible casi las 24 horas del día.
Pero, al mismo tiempo, desenvolverse en culturas diferentes es sumamente enriquecedor. No hay que comparar demasiado ambas mentalidades, ya que eso puede crear distancias. «Intento extraer lo positivo de ambos países», explica Lukas. No obstante, trata de transmitir sus valores. «Pero no fue algo espontáneo; al principio, casi me desesperaba el método de trabajo colombiano, tan distinto al nuestro».
Para Lukas Hohl-Jaramillo, quien posee ambas nacionalidades, el aspecto administrativo de la emigración a tiempo parcial no ha supuesto mayores problemas. Está registrado en ambos países: en Colombia por su empresa y en la Confederación por motivos profesionales y personales. «Por ahora, mi residencia principal está en Suiza».
Los desafíos de la vida social
Lukas no sabe si su situación actual cambiará. Como soltero, no tiene problemas para mantener este estilo de vida. «Pero hay que saber hacer malabares para compaginar todo: la familia, los amigos, Colombia y Suiza».
Su entorno social ya está acostumbrado. Durante el verano, temporada de festivales, rara vez está con sus amigos y se mueve dentro de su burbuja de eventos. Por ahora, este estilo de vida le funciona muy bien. «Es muy posible que en el futuro deba volver a hacer ajustes», concluye.
Editado por Marc Leutenegger. Adaptado del francés por Norma Domínguez / CW.
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