«Un papa valiente que ha dado un nuevo impulso a la Iglesia»

El papa Francisco murió este lunes a la edad de 88 años, anunció el Vaticano. Para Didier Grandjean, seminarista y antiguo miembro de la Guardia Suiza Pontifica, aunque será necesario el beneficio del tiempo para elaborar un balance, ya está claro que el pontificado de Francisco marcó un hito en la evolución de la Iglesia católica.
Natural de Gruyère, en el cantón de Friburgo, Didier Grandjean entró en la Guardia Suiza Pontificia en 2011 y la abandonó en 2019. Primero sirvió bajo Benedicto XVI y luego bajo Francisco a partir de 2013.
Ascendió al rango de vicecabo y fue adjunto del portavoz de la Guardia. No es un desconocido para los medios de comunicación, ya que ha hablado en varias ocasiones tanto en Suiza como en el extranjero.
En enero de 2023, fue lector en las exequias del Papa emérito Benedicto XVI.
Didier Grandjean es seminarista de la diócesis de Lausana, Ginebra y Friburgo. Habla de su vocación en este artículo de Vatican NewsEnlace externo.
swissinfo.ch: Usted conocía bastante bien al papa Francisco. ¿Dónde le conoció?
Didier Grandjean: Conocía relativamente bien al Papa Francisco, en el sentido de que lo veía casi todos los días durante mi servicio en el Vaticano como guardia papal suizo. Después entré en el seminario, donde siguió acompañándome de diferentes maneras, y volví a verle varias veces después de dejar la Guardia.

¿Cómo era percibido el Papa Francisco dentro de la Guardia? ¿Era esta percepción diferente de la de su predecesor Benedicto XVI, bajo cuyo pontificado usted también sirvió?
Es cierto que se dio un cambio en el sentido de que la gente veía mucho más a Francisco. Esto se debió esencialmente al hecho de que vivía en la Residencia de Santa Marta (un hotel cercano a la Basílica de San Pedro) y no en el Palacio Apostólico.
Francisco se acercaba fácilmente a los guardias para intercambiar algunas palabras y era alguien que también bromeaba mucho. Así que tuvimos una relación bastante estrecha con él. De hecho, Francisco consideraba a los guardias apostados fuera de sus pisos como «miembros de su familia». Al menos, así lo decía él.
Más allá de la Guardia, ¿tenía una relación especial con Suiza, o era un país como cualquier otro a sus ojos?
Creo que tenía una relación especial con Suiza por la existencia de la Guardia. Cada año, cuando juran su cargo los nuevos guardias, un miembro del Gobierno de Suiza -a menudo el presidente- se reúne con el papa. Suiza es el único país que celebra cada año una reunión al más alto nivel.
Además, el Papa Francisco conoce muy bien la situación en las distintas diócesis suizas, creo que también a través de esta relación con la Guardia.
El papa Francisco visitó Suiza una vez. Fue recibido por el presidente suizo en ese momento, Alain Berset, al aterrizar en Ginebra el 21 de junio de 2018.

Cuando fue elegido, se le vio inmediatamente como un papa diferente. Se le describió como un «amigo de los pobres», un «pacificador» y un «progresista». ¿Ha corroborado el resto de su pontificado esta visión inicial?
Siempre hay caricaturas cuando se elige a un papa, para bien o para mal. En el caso de Francisco, algunos aspectos eran correctos, en particular su preocupación por los pobres y su forma de ser muy sencilla.
Pero al principio, quizás se le veía como una especie de «abuelo dulce», y después nos dimos cuenta de que no era así, sino alguien con mucho carácter, que podía ser muy firme en sus posiciones. Y cuando se trataba de temas sociales, estaba claro que era muy tradicional. Los dos aspectos coexistían. Francisco era mucho más complejo de lo que la gente ha querido decir de él, y la visión del pontificado ha evolucionado poco.
Este artículo, extraído de nuestros archivos, muestra las expectativas y los interrogantes que se plantearon cuando Francisco se convirtió en pontífice:

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«Muchas cosas se preparan entre bastidores»
Hablando de temas sociales, la cuestión del lugar de la mujer en la Iglesia surge una y otra vez. ¿Ha cambiado Francisco las cosas?
Sí, porque nunca ha habido tantas mujeres en puestos clave del Vaticano. Por ejemplo, hace poco nombró a una mujer al frente de la administración pública. Realmente ha dado más importancia y espacio a las mujeres.
También ha reafirmado la necesidad de una reflexión teológica sobre su lugar en la Iglesia. En el último Sínodo, las mujeres estuvieron bien representadas. Así que se ha iniciado una dinámica, pero está claro que es un proceso largo y que la ordenación de mujeres no está en el orden del día.
Otro tema que sistemáticamente vuelve a ser blanco de críticas es el de los abusos sexuales en la Iglesia. ¿Se han producido avances en este delicado ámbito?
También aquí se han dado pasos adelante, sobre todo en lo que se refiere al derecho canónico y su aplicación. Benedicto XVI ya había sentado en gran parte las bases de esta evolución hacia una mayor severidad. El papa Francisco ha reafirmado en varias ocasiones que estos actos son intolerables. Se han creado comisiones y organismos para garantizar que no haya más casos ocultos. Lo hemos visto en particular en el caso del abate Pierre. El Papa se pronunció inmediatamente al respecto, sin ocultar nada.
Francisco también hizo hincapié en la promoción de la paz. ¿Qué conclusiones podemos sacar en un mundo cada vez más inestable?
La diplomacia, por su propia naturaleza, tiene que ser algo oculta. Lo que sé por haber vivido en el Vaticano en aquella época es que, por ejemplo, en el contexto de la guerra civil en Colombia o en el acuerdo entre Estados Unidos y Cuba en 2016, el Vaticano estuvo presente en las negociaciones. El papa Francisco estuvo muy atento a estas cuestiones y se implicó mucho. Su contribución fue esencial para encontrar soluciones. La diplomacia vaticana bajo el papa Francisco fue muy activa, en particular con el apoyo del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, que es diplomático de carrera.
¿Qué destaca usted de su pontificado?
Llevará tiempo comprender plenamente las consecuencias de este pontificado. En cualquier caso, creo que el acercamiento del papa Francisco a las sociedades muy descristianizadas de Occidente ha sido más abierto que el de sus predecesores. También estuvo muy atento a lo que sucedía en otras regiones del mundo, como Asia y África. Creo que el papa Francisco nos ha ayudado a pensar de una manera más amplia, más global.
En particular, ha instado a las personas en Europa a despertar y comprender que, aunque la situación aquí pueda parecer a veces desesperada, tenemos que tener una mirada más amplia y ver el dinamismo de la Iglesia en otras partes del mundo. Nombró cardenales en muchos países que nunca habían tenido uno. Bajo su pontificado se ha producido una expansión de la Iglesia que ya estaba en marcha con sus predecesores, pero que ha experimentado una mayor vitalidad.
También abordó algunas cuestiones difíciles, como los abusos en la Iglesia y las finanzas vaticanas. Ha sido un Papa valiente que no ha rehuido nada y que ha dado un nuevo impulso a la Iglesia, aunque tardaremos en verlo.
Artículo revisado por Samuel Jaberg y adaptado al español por Patricia Islas y José Kress

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