Una suiza rompe tabúes sexuales en Sudáfrica

Karin Stierlin ha creado aplicaciones de educación sexual. En Ciudad del Cabo, dos estudiantes prueban su juego. Michael Heger

Ya se trate de anticonceptivos, menstruación o infecciones de transmisión sexual, la aplicación Love Land de Karin Stierlin crea un novedoso marco para la educación sexual. ¿Es una idea con potencial mundial?

Oscuras nubes se ciernen sobre las palmeras del archipiélago bañado normalmente por el sol. El Fogg, un ser sombrío plagado de ira e ignorancia, mantiene cautivas a las doce islas y a sus habitantes. Con sus molestos fantasmitas, los Fogglets, lo envuelve todo en una espesa niebla. Su objetivo: impedir que la gente hable abiertamente de sexualidad y salud.

Sibulele, de quince años, está completamente inmersa en la lucha contra estos monstruos. Sus armas son tarjetas informativas y un diario en el que recopila información. “You-Be-You es mi isla favorita”, dice la estudiante mientras guía a su avatar por el mundo aventurero de la isla. “Aquí aprendo mucho sobre mí misma”. “You-Be-You” forma parte del archipiélago de aplicaciones Love Land y está dedicado a temas como la confianza en uno mismo y el desarrollo personal.

Aventuras digitales contra el silencio

Sibulele asiste a una escuela de Langa, el townshipEnlace externo (zona urbana con una historia de segregación racial) más antiguo de Ciudad del Cabo. Allí, un grupo de jóvenes está experimentando en primera persona una innovación educativa que pretende cambiar sus habilidades mentales y de salud sexual de forma lúdica.

Karin Stierlin es la creadora de la aplicación que está cautivando al alumnado. Es la fundadora de la asociación TaboobreakerEnlace externo, con sede en Suiza y Sudáfrica. Esta educadora sexual de Zúrich pretende utilizar las nuevas tecnologías para romper el silencio y la incomodidad que rodean al tema de la educación sexual en muchos países.

Encuentro en la isla de Jungle Lady en un fotograma de la aplicación. Michael Heger

Con Love Land ha creado una herramienta que informa a chicas y chicos de 10 a 18 años sobre temas como la anticoncepción, la menstruación y las infecciones de transmisión sexual. Stierlin proporciona historias, personajes y temas; y un equipo encargado de promocionar juegos de Ciudad del Cabo los convierte en aventuras digitales para niñas y adolescentes.

“Uno de los mayores retos fue encontrar un equipo de promotores que tuviera tanto la creatividad como la sensibilidad necesarias para el proyecto”, explica Stierlin. Sólo salió bien al cuarto intento.

Los chicos y chicas siempre tienen las mismas preguntas

La idea de Love Land nació hace unos años en Suiza. Como educadora sexual en la zona de Zúrich, a Stierlin le molestaba que, en su opinión, no existieran herramientas didácticas innovadoras para enseñar el tema de forma adecuada a la edad. Por iniciativa propia, desarrolló un juego de mesa con varias “islas temáticas”.

Ninguna editorial escolar quiso llevar a cabo la idea, pero Stierlin no se vino abajo. Decidió producirlo e imprimirlo ella misma. De pronto, un programa de radio que hablaba sobre el proyecto desencadenó una oleada de peticiones por parte del profesorado de toda Suiza.

“Mi viaje a Indonesia fue una experiencia decisiva”, cuenta Stierlin. Gracias a una subvención de una fundación, tuvo la oportunidad de probar el juego de mesa con niños y niñas en un contexto cultural diferente. Stierlin descubrió que se enfrentan exactamente a los mismos problemas que los jóvenes suizos.

No obstante, el juego de mesa tiene sus desventajas. Las cartas se pierden, la producción lleva mucho tiempo y la actualización aún más. Además, siempre se necesita un profesor que guíe el juego y permita que se desarrolle en un espacio protegido. Por último, un juego de mesa es difícil de difundir a escala mundial. La respuesta de Stierlin a todos estos retos: una solución digital. Así nació la idea de la app (aplicación).

Vergüenza y tabúes culturales

Stierlin viajó por primera vez a Sudáfrica hace más de diez años por encargo de otra fundación. Hoy vive con su pareja en Ciudad del Cabo. Aprecia la belleza y diversidad del país y la calidez de su gente, pero también es consciente de los grandes retos a los que se enfrenta Sudáfrica.

En ningún otro lugar del mundo es mayor la desigualdad entre ricos y pobresEnlace externo. El país tiene uno de los índices de delincuenciaEnlace externo más altos del mundo y también ostenta un pésimo récord en la propagación del VIHEnlace externo.

Las perspectivas de la juventud se ven ensombrecidas por una tasa de desempleo juvenil del 46,5%Enlace externo. El elevado número de embarazos adolescentesEnlace externo y la falta de una comunicación abierta en materia sexual contribuyen a que muchas personas de la generación más joven no logren desarrollar su potencial.

Cuando los sentimientos de vergüenza chocan con los tabúes culturales, el tema se esconde bajo la alfombra. Muchos adolescentes no tienen más remedio que confiar en la información que encuentran en las redes sociales.

Un espacio protegido para adquirir los conocimientos necesarios

Aquí es donde entra en juego la aplicación Stierlin. Los jóvenes pueden adquirir conocimientos sin tener que recurrir a fuentes dudosas. Ellos mismos deciden qué isla temática visitar. En la isla “Goomi Goomi” aprenden a utilizar correctamente un preservativo, en la isla “Cavernícola” aprenden sobre los genitales masculinos y en la isla “Bichos del cuerpo” aprenden a protegerse contra las enfermedades de transmisión sexual.

Un grupo de jóvenes del municipio de Langa juega con la aplicación Love Land. Michael Heger

“Lo que más me gusta de Love Land es que puedo obtener información sin tener que hablar con nadie”, señala Sibulele, sin apartar los ojos de la pantalla de su smartphone ni un momento. La gamificación o ludificación, la aplicación de elementos típicos de los juegos en contextos que de otro modo no serían de juego, convierte la adquisición de conocimientos sobre estos temas delicados en una aventura apasionante.

Educación sexual innovadora con gran potencial

Los estudiantes de la Universidad de las Artes de Zúrich ya habían probado la aplicación. Sus comentarios se incorporaron a las siguientes actualizaciones.

Al igual que en el municipio de Langa, el programa de formación de formadores, en el que el profesorado recibe formación en educación sexual con Love Land, se está probando actualmente en varias escuelas como parte de proyectos piloto.

Bajo la dirección de la profesora Cathy Ward, un equipo de investigación de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) analizó la aplicación con un estudio de viabilidad. Para la profesora de psicología, el acceso a una educación sexual precisa, fácil de entender y completa es la clave para prevenir embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.

El profesor está convencido del impacto de la aplicación: “Los jóvenes con los que probamos el juego lo encontraron divertido y atractivo. Tiene un enorme potencial para mejorar la vida de muchos jóvenes, padres y madres de todo el mundo”.

El niño se sumerge en el juego. La gamificación o ludificación convierte la educación en una aventura apasionante. Michael Heger

Financiación de Costa de Marfil

Tras el lanzamiento en Sudáfrica, la aplicación se estrenará también en otros países: “Al fin y al cabo, se trata de un problema mundial. También es un tema incómodo en Suiza”, afirma Stierlin. Los contenidos y los idiomas pueden añadirse a la aplicación continuamente y sin mucho esfuerzo. Además del inglés y el afrikáans, ya existe una versión en francés, creada a petición y gracias a la financiación de una fundación de Costa de Marfil.

Que la idea suiza con un toque indonesio y sudafricano consiga romper tabúes también en otros lugares será, sobre todo, una cuestión de recursos financieros y humanos. Para seguir avanzando, también en Suiza, Stierlin busca fundaciones que financien la traducción al alemán. Un instituto de formación de profesores ya ha manifestado su interés.

A la pregunta de cómo ve el futuro de Love Land, Stierlin se muestra ambiciosa: “Si el concepto demuestra su eficacia, sería estupendo que lo adoptara una gran organización internacional. Una organización que disponga de los recursos necesarios para hacer crecer el proyecto”.

Texto adaptado del alemán por Carla Wolff

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