 
Reducir el uso del automóvil para mejorar la movilidad, tarea pendiente en Latinoamérica
Pau Mompó Alberola
Santo Domingo, 30 oct (EFE).- La solución a medio plazo para los actuales problemas de movilidad en los países latinoamericanos, como los embotellamientos o la mortalidad del tráfico, «tiene que ver con que las personas prescindan del uso del automóvil para sus viajes», según indicó en una entrevista a EFE en Santo Domingo el ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Chile, Juan Carlos Muñoz Abogabir.
Las ciudades «no se mueven», debido a que lo que «uno observa en la calle es mucho automóvil con un ocupante por vehículo», reflexionó el ministro en su visita a Santo Domingo con motivo del ‘Diálogo Regional de Política 2025: Transporte como motor del desarrollo para la resiliencia y la competitividad’ celebrado en la capital dominicana los días 28 y 29 de octubre.
Para solucionar este problema, el ministro cree que la clave está en crear alternativas como el uso de la bicicleta u otros modos no motorizados, pero «el más importante de todos es el transporte colectivo».
«Es clave que las ciudades de nuestro continente construyan esas soluciones alternativas al automóvil y una vez que las hayan construido y estén a la vista, es muy importante que tengan también la infraestructura para que esos vehículos puedan circular en vías despejadas», explicó.
Por ello considera muy importante la creación de carriles exclusivos para autobuses urbanos que hagan atractivo el uso de este tipo de transporte.
«Si el bus va a estar en medio de la congestión, eso no es atractivo y nadie se va a querer bajar del automóvil para subirse a ese bus. Pero si el bus tiene una vía despejada, la situación cambia», afirmó.
Además de ello, el ministro chileno cree que hay que desincentivar el uso del automóvil de forma más activa, con medidas como la tarificación vial, en la que se cobra por el uso de los vehículos en periodos de mucha congestión, lo que a su juicio, «ha mostrado ser muy efectivo en desincentivar el uso del automóvil y mejorar la sustentabilidad de las ciudades».
En ese sentido, Chile es para el ministro un ejemplo tras «casi veinte años en un proceso de transformación del transporte público asociado a una regulación activa por parte del Estado».
Actualmente Santiago, la capital, cuenta con la segunda red de metro más amplia de toda América, según Muñoz.
Asimismo, las autoridades apostaron por introducir poco a poco los autobuses eléctricos, al inicio con tan solo dos de entre toda la flota de la ciudad, y ahora cuenta con algo más de 3.000 vehículos eléctricos.
Para el ministro, esta transición, a pesar de que reconoce que los primeros dos autobuses «fueron bien caros de comprar» tienen beneficios como menos vibraciones o contaminación, así como un suelo plano que permite que las personas con movilidad reducida puedan acceder, cargadores USB, aire acondicionado, wifi y cámaras de seguridad que registran cualquier ilícito que ocurra dentro del bus o fuera de él.
Además, según Muñoz, el costo de los autobuses eléctricos se ha reducido a medida que han ido ampliando la gama y la cantidad de oferentes posibles, asimismo, aseguró que los costos de operación y manutención que son mucho más económicos durante toda la vida útil del bus.
Comparado con los autobuses a diésel, «los costos de operación son hasta un 66 % más económicos y los costos de manutención un 40 % más económicos», apuntó.
Si bien, en un sentido económico, Muñoz entiende que para financiar un sistema de transporte público que sea atractivo se «requiere de un financiamiento que excede lo que los usuarios pueden pagar en las tarifas».
«Si nosotros dijéramos que el transporte público se financia solo con las tarifas, seguramente tendríamos un transporte público de muy bajo estándar, con muy mal nivel de servicio, con un deterioro progresivo de la ciudad y que las personas que lo usaran serían solamente aquellas que no tienen ninguna otra alternativa», indicó.
Es por ello que según Muñoz, hay que «poner recursos que permitan subsidiar el transporte público y de esa manera poder ofrecer un servicio mejor», que permita que haya más conductores y turnos para evitar que el servicio se deteriore o que los autobuses lleguen a zonas donde la iniciativa privada no es rentable pero que son fundamentales para «brindar conectividad para todos». EFE
pma/mf/mt/gad
(foto) (video)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
