
Riace, de modelo de integración a emblema de la ultraderecha en Italia

El cartel sigue colgado a la entrada del pueblo: «Riace, ciudad de acogida». Pese a ello la pequeña localidad del sur de Italia pasó de ser modelo de integración del inmigrante a emblema de la ultraderecha de Matteo Salvini con la promesa de ‘primero los italianos’.
El nuevo alcalde de la pequeña aldea calabresa, Antonio Trifoli, vencedor de las elecciones municipales del 26 de mayo con una lista cívica apoyada por la ultradechista Liga, aún no ordenó descolgarlo.
«El problema es que recibimos demasiados inmigrantes y se perdió el espíritu inicial. Se desarrolló un sistema económico con los refugiados y no se logró revitalizar el pueblo (…) El modelo de autodestruyó», sostiene a la AFP Trifoli, un expolicía local.
Elegido con la lista «Riace renace», obtuvo el 41,8% de los 1.103 votos, la mayoría de ellos de simpatizantes de la Liga, la fuerza que otrora desdeñaba el sur pobre y atrasado.
«Volveremos a dar la bienvenida a los refugiados, pero no podemos permitirnos tener 500 o 600 solicitantes de asilo en un centro donde residen 1500 personas», asegura.
Hoy la aldea vuelve a ser un pueblo fantasma luego de haber sido la antitésis del fenómeno xenófobo, a la que el cineasta Wim Wenders dedicó un documental contando la historia de su entonces alcalde Mimmo Lucano y su proyecto que dio cobijo por casi quince años en las casas abandonadas del municipio a migrantes y refugiados.
Las tiendas y los talleres de artesanía están cerrados. El silencio reina entre las callejuelas de piedra del casco histórico y se quiebra sólo con el paso de la banda que acompaña un funeral.
«Tonino, Tonino», clama la viuda al abrazar el alcalde mientras se dispone a desfilar con los familiares detrás del féretro adornado de rosas.
Los murales llenos de color y rostros multiétnicos de Francesco Cirillo resisten como testimonio de lo que muchos acusan de ser una experiencia fallida de integración y mal manejo de fondos públicos.
– «Orden y disciplina –
«Aquí se necesita orden y disciplina», asegura el agrónomo milanés Claudio Falchi, quien reside desde hace 25 años en Calabria y líder en Riace desde hace 3 años de la Liga, partido que no existía en esa región y que ahora avanza imparable.
«Peleaban entre ellos, era un problema étnico (…) No querían el crucifijo, ni el pesebre. No se trata de racismo, es que esta es nuestra casa, los hospedamos y en vez de integrarse creaban problemas», afirma Falchi con el mismo tono de Salvini.
No todos quieren hablar del experimento de Lucano, ni recordar que los habitantes de Riace son la mayoría ancianos, ni que es tierra de emigración.
«La gente quiso cambiar. Después de quince años de hablar solo de acogida y refugiados, la gente se cansó. Acoger dio lustro a Riace en el mundo, pero se descuidaron sus habitantes», explica el alcalde.
El modelo de Lucano de tolerancia e inclusión, que promovió el paso de unos 6.000 inmigrantes y autorizó la apertura de pequeños comercios, panaderías, talleres de artesanía hasta crear una propia moneda con la imagen de Martin Luther King, Nelson Mandela o Ghandi para que los refugiados pudieran comprar cosas básicas, ha sido completamente desmontado.
El exalcalde ni siquiera ha entrado como concejal en la junta del ayuntamiento porque su lista ha quedado en tercer lugar.
Lucano deberá comparecer en pocos días ante los jueces para ser procesado por tráfico ilegal de personas y uso irregular de fondos públicos para la asistencia de los migrantes por lo que tiene prohibido pisar Riace.
«Casi todos se han ido. Ya no hay niños aquí», lamenta Daniel, un ganés de 37 años, que habla perfectamente italiano, entre los cerca de 40 que han decidido permanecer a pesar del clima contra la inmigración que ronda por la península.
Riace no es el único mito que ha caído arrasado por el viento de la Liga que sopla fuerte en toda Italia al haberse convertido en el primer partido del país tras superar el 34% de los votos en las elecciones europeas de mayo.
En otros pueblos simbólicos del sur, como la siciliana Lampedusa, la puerta de Europa para miles de inmigrantes y sinónimo también de acogida, la Liga consiguió más de 45% de los votos. Resultado sorprendente que abre muchos interrogantes.