RSF critica la prórroga de la prisión preventiva a Pablo González en Polonia
París, 28 feb (EFE).- Reporteros sin Fronteras (RSF) criticó este martes que se le haya negado la libertad provisional al periodista español Pablo González, que lleva un año encarcelado en Polonia acusado de espiar para Rusia, y reclamó en cualquier caso que mejoren sus condiciones de detención.
En un comunicado, RSF señala que González, al estar considerado un “preso peligroso”, está sometido a “condiciones particularmente difíciles”, como tener que ir esposado cuando sale de su celda, estar vigilado por cámaras las 24 horas del día o tener que desnudarse varias veces al día para ser sometido a cacheos.
Además, se queja de que su mujer sólo lo pudo visitar a finales de noviembre, nueve meses después de su arresto, y también que se le negó consultar durante meses con un dermatólogo por un problema en la piel.
La reacción de la asociación de defensa de los periodistas llega un día después de que el Tribunal de Apelación de Lublin anunciara la prolongación de la prisión preventiva hasta el 24 de mayo.
El responsable de RSF para la Unión Europea y los Balcanes, Pavol Szalai, lamenta que el tribunal haya rechazado la liberación cuando el periodista, que tiene la doble nacionalidad española y rusa, está en espera de juicio.
“Su detención, que constituye una medida preventiva particularmente severa, debe cesar lo más rápidamente posible”, subraya Szalai.
Además, insiste en que mientras eso ocurre las condiciones de su encarcelamiento “deben mejorar considerablemente”.
La organización hace notar que las autoridades polacas no han divulgado más que “muy pocos elementos” que justifiquen su arresto por la Agencia de Seguridad Interior de Polonia (ABW), más allá de que tenía dos pasaportes (uno ruso y otro español) con identidades diferentes.
En concreto, explica que mientras en el español aparecía como Pablo González Yagüe, con los dos apellidos de su madre, en el ruso era Pavel Rubtsov, que es el apellido de su padre.
Según RSF, cuando se divorció y se instaló con su hijo en España en los años 1990, la madre, de acuerdo con el padre, lo registró como Pablo y con los dos apellidos maternos.
La ABW acusa al periodista, que trabajaba para medios españoles como Público y La Sexta cuando estaba cubriendo la guerra en Ucrania y la llegada de refugiados a Polonia, de realizar actividades para la inteligencia militar de Moscú, por lo que podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de cárcel. EFE
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