
RSF subraya el carácter poliédrico y organizado de la política de propaganda del Kremlin
París, 25 sep (EFE).- Reporteros sin Fronteras (RSF) publica este jueves una investigación sobre la política de propaganda del Kremlin en el que subraya su carácter poliédrico, con acciones de desinformación, de represión de la prensa independiente o el recurso a diferentes actores, así como su naturaleza organizada.
En el documento, RSF señala que «para imponer su relato único, el Kremlin ha desplegado un ecosistema de propaganda diversificada que combina medios estatales, contactos en línea, influentes y estructuras paralelas».
Junto a esos actores «múltiples», la presidencia rusa se sirve de mecanismos para difuminar o enmarañar la realidad, campañas de desinformación, la usurpación de la identidad o incluso la creación de «falsas escuelas de periodismo».
El director general de RSF, Thibault Bruttin, pone el acento en que «desde hace tiempo, Moscú sueña con reducir al silencio cualquier alternativa a su visión del mundo» y eso se ha visto favorecido por el contexto internacional.
Bruttin cita, a ese respecto, el desmantelamiento por el presidente estadounidense, Donald Trump, de la Agencia Estadounidense para los Medios Mundiales (USAGM), «recibido con satisfacción» por el Kremlin porque significa «menos voces independientes».
La descripción de la maquinaria de propaganda del presidente ruso, Vladímir Putin, por parte de la organización de defensa de los profesionales de la información empieza por la «represión organizada de los periodistas y de los medios».
Sobre eso, recuerda que para asentar su poder, el régimen de Putin «ha tomado el control progresivamente» del paisaje mediático, con la promulgación de leyes, como la de los «agentes extranjeros», pero también con los ataques directos a periodistas, como lo evidencia que hay 48 que siguen en prisión, de los cuales 26 son ucranianos.
Igualmente hace notar que «las fuerzas rusas los matan» en la guerra de Ucrania, en la que ha muerto una docena y al menos 48 han resultado heridos.
Otro instrumento de propaganda es «la desinformación amplificada», lo que incluye la propagación de mensajes como que «los ucranianos son unos nazis» o que su ofensiva militar en Ucrania no es una guerra sino una «operación especial».
En paralelo, el Kremlin se esfuerza por diversificar sus técnicas de desinformación con la usurpación de identidades, el recurso a la inteligencia artificial o la creación de supuestas «escuelas de periodismo».
RSF considera «actores de influencia de la propaganda rusa» a medios estatales (cita a RT o Sputnik), influentes militares u otros apoyos temporales que ayudan a propagar los discursos del Kremlin y que se adaptan al público al que van dirigidos.
Igualmente hace hincapié en la expansión internacional de sus redes en Europa, en Latinoamérica, en Norteamérica o en África, donde por ejemplo se aprovecha de la debilidad de los ecosistemas mediáticos locales para implantarse.
Reporteros insiste en que «la primera respuesta» contra esa propaganda rusa consiste en «restablecer los hechos» y por eso apoya a los medios independientes rusos y bielorrusos en el exilio, pero también las prácticas de verificación (el ‘fact cheking’). EFE
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