Rusia detiene por tortura a trabajadores de varios centros de rehabilitación en Moscú
Moscú, 4 dic (EFE).- Las fuerzas de seguridad de Rusia detuvieron por tortura y privación de libertad a casi una decena de trabajadores de varios centros de rehabilitación de adictos en la región de Moscú, informaron este jueves medios locales.
Las autoridades competentes «han abierto dos causas penales por la detención ilegal de los residentes de un centro de rehabilitación en Yegorievsk y de un centro similar ubicado en el distrito de Leninski (región de Moscú)», comunicó el Comité de Instrucción, citado por TASS.
Según las autoridades policial-judiciales, «fueron detenidos ocho trabajadores de los centros de rehabilitación» que retenían a los ingresados e imponían arbitrariamente sus normas.
Además, los empleados agredían sistemáticamente a los pacientes, que se incorporaban en un principio voluntariamente con pagos mensuales de entre 50.000 y 80.000 rublos (entre 650 y 1040 dólares).
Hasta 30 personas de entre 19 y 75 años se encontraron privadas de libertad en dichos centros, cuyo director ha sido detenido, informó el Ministerio del Interior ruso.
Además de violencia física y privación de libertad, la investigación sostiene que las víctimas se encontraban en aislamiento, constante presión psicológica, restricciones de comida y agua y consumían potentes fármacos sin receta médica.
El canal de Telegram 112 sostiene que los centros son propiedad del bloguero Maxim Antónov, quien también ha sido detenido.
El canal de telegram Mash, por su parte, denuncia que uno de los pacientes perdió 60 kilogramos en tan solo tres meses, debido a la escasa comida y a los malos tratos.
Según el hombre, cuyo padre le recogió del centro en estado grave, le golpeaban y rociaban con agua fría.
Antónov publicitaba su empresa, que ayudaba a superar el alcoholismo, drogadicción y otras adicciones, con celebridades nacionales tales como Timati y Niletto.
La semana pasada los medios rusos se hicieron eco del cierre de dos centros de rehabilitación para menores de edad después de denuncias por tortura. EFE
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