Medalla francesa para ONG suiza
Por su acción contra la trata de seres humanos, Vivere, pequeña organización humanitaria con sede en Lausana, recibe la medalla del Premio 2007 de los Derechos Humanos de la República Francesa.
Mike Hoffman, Presidente de Vivere, explica a swissinfo la importancia de este reconocimiento y el sentido de las acciones de la ONG, en favor de las madres solteras de Marruecos o de las mujeres víctimas de la violencia en el Congo.
El 10 de diciembre de 2007 en París, cinco asociaciones procedentes de China, Bielorrusia, Egipto, Benín y Haití recibieron de manos del secretario de Estado, Raman Yade, el Premio de los Derechos Humanos de la República Francesa.
A estos laureados principales, que comparten un cheque de 75.000 euros, se añaden otros seis que reciben solamente una medalla, de gran valor simbólico. Al lado de cinco asociaciones africanas y latinoamericanas, Vivere es este año el único galardonado europeo. La pequeña ONG recibió su medalla el pasado 11 de enero, en la Embajada de Francia en Berna. (En más sobre el tema: “De la muerte anunciada… a la vida debida”
swissinfo: Esta recompensa es atribuida a Vivere a menos de 10 años de actividad. ¿Qué le significa?
Mike Hoffman: Estamos felices de que la causa de las víctimas del tráfico de seres humanos se reconozca a este nivel por Francia, un país que ha sido determinante para el avance de los derechos humanos.
Aquellas a las que pretendemos dar alivio son víctimas, y no -como algunos lo pretenden-, personas que habrían hecho una elección de vida discutible. Ese tráfico es organizado por mafias transfronterizas. Para nosotros, lo que se hace sufrir a esas muchachas y a esas mujeres, obligadas a la esclavitud sexual, equivale a un atentado contra la vida.
swissinfo: Diversos miembros de su equipo vienen de Terre des Hommes. ¿Esa experiencia común modeló el enfoque de Vivere?
M.H.: Cualquiera que haya trabajado con Edmond Kaiser, fundador de Terre des Hommes, o que entró en la organización después, inevitablemente guardó una impresión positiva de su determinación por servir a la inocencia lastimada, empujando al máximo las fronteras de lo imposible.
Pero, a parte de eso, Vivere no tiene ni dogma, ni élite, ni modelo impuesto. Sus filas están constituidas con militantes venidos (as) también de otros horizontes.
swissinfo: In situ, ustedes deben enfrentar otras mentalidades y romper tabúes. En el caso de las madres solteras en Agadir, Marruecos, por ejemplo, ¿cómo concilian sus labores con las costumbres locales?
M.H.: Partimos del concepto universal de que toda cultura es respetable desde el momento en que excluye los ataques a la vida humana y a la dignidad esencial del individuo.
Si aquí o allí las tradiciones desprecian la protección de la persona, entonces es necesario actuar. Por otra parte, en la mayoría de los casos donde existen tales violencias, las vanguardias locales ya están en pie de lucha para suprimirlas y hacer evolucionar las mentalidades. A esas fuerzas locales es a las que Vivere puede aportar su ayuda.
En Marruecos, la condena social y la violencia contra las mujeres que conciben a un niño fuera del matrimonio parecen decrecer. Con nuestras contrapartes trabajamos mucho en momentos en que ese tema era aún un enorme tabú y asistíamos -en los casos extremos-, a infanticidios y abandonos de recién nacidos.
Para nosotros, está claro que la maternidad fuera del matrimonio no es un delito y que nunca debe designarse a un niño como ‘ilegítimo’. ¡Nunca! Es una discriminación intolerable, infligida a un perfecto inocente. Y una madre soltera debe tener garantizado el derecho fundamental de educar a su niño en la dignidad y la seguridad.
swissinfo: En otro ámbito, la tortura y las violencias sexuales que combaten en el Congo se extienden a diversos países del mundo. ¿Tienen la intención de ampliar esa acción a otras regiones?
M.H.: La única verdadera restricción que tenemos es la de los recursos, humanos y financieros. Se puede hacer mucho con poco dinero. Así pues, en el Sur de Kivu, con la Federación de las Mujeres para el Desarrollo, logramos, con 23.000 francos suizos por año, alimentar, transportar y curar a alrededor de 800 mujeres víctimas de violación y tortura. Eso es menos de 30 francos por víctima.
Vivere no tiene la ambición de administrar millones. Queremos evitar algunos problemas vinculados a las grandes estructuras. Pero, en efecto, con un fortalecimiento de nuestras finanzas, podríamos extender esta acción a otras regiones de la República del Congo, como a otros país, donde las mujeres padecen sufrimientos similares.
swissinfo, Islah Bakhat y Marc- André Miserez
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
Fundada en octubre de 1999, esta organización humanitaria, sin ánimo de lucro, tiene como objetivo “restablecer el derecho elemental a vivir a personas que corren el riesgo de verse privadas de él, por una discriminación inaceptable”.
Lo anterior se traduce, de manera concreta, en un apoyo, a menudo financiero, pero también metodológico, organizativo o militante a pequeñas estructuras activas in situ.
En la actualidad Vivere está presente en Marruecos, para la protección de madres solteras es gran dificultad; en Moldavia, Ucrania y Uzbekistán, para la asistencia a víctimas de la esclavitud sexual; en la República Democrática del Congo, para la asistencia médica, social y jurídica a las víctimas de tortura o violencias sexuales, y en Colombia, para un programa alimenticio para niños y mujeres embarazados o lactantes.
En 2006, el presupuesto de la organización ascendió a unos 75,000 francos suizos, procedentes de donaciones privadas e institucionales y de las cotizaciones de los miembros. Los mayores gastos fueron los compromisos en el Congo (cerca de 30.000), en Moldavia (20.000) y Uzbekistán (10.000).
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