Trump mostró poco interés en África, ¿y Biden?
El presidente Donald Trump mostró desinterés por África, contentándose con prolongar el statu quo de la presencia de Estados Unidos en el continente, pero no hay que esperar grandes cambios con su sucesor, advierten analistas, asociaciones y personalidades.
La Fundación Nelson Mandela dijo sentirse «aliviada» tras el anuncio de la victoria del candidato demócrata Joe Biden, que sucederá al republicano Trump en enero. «Ya no lo vamos a ver debilitar las instituciones democráticas ni ver cómo deshonra» su cargo «cuatro años más».
Pero Biden afrontará «una tarea titánica», como invertir «la acentuación del racismo, sexismo, xenofobia y fobia a África» impulsada por Trump, recuerdan desde esta asociación sudafricana.
En África pocos olvidan las declaraciones atribuidas a Trump en las que calificó de «países de mierda» a las naciones de donde proceden migrantes que intentan llegar a Estados Unidos. Unas palabras que para muchos fueron sinónimo de «menosprecio» y «condescendencia».
Su «actitud al límite de la falta de respeto» causó malestar, «al igual que su política de inmigración» muy restrictiva, subraya Ousmane Sène, director del Centro de Investigaciones de África Occidental (WARC) con sede en Dakar.
Fueron cuatro años de «desafecto o indiferencia: prueba de ello, el poco interés que los medios africanos mostraron por Estados Unidos durante este período», agrega.
– Seguridad en el Sahel –
Estados Unidos se ha centrado en la lucha contra el terrorismo y los programas de ayuda existentes, pero ha limitado la diplomacia, la política e incluso la estrategia económica. Durante estos «cuatro años perdidos», cedió mucho terreno a China, sobre todo en el comercio.
Washington ha completado acuerdos de defensa con Senegal, Ghana y Níger y ha otorgado un «apoyo decisivo» al Sahel junto a Francia, recalca Pape Malick Ba, profesor de estudios estadounidenses en la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar.
El balance de Trump en África está «por debajo del de sus predecesores Obama y Bush», considera, porque no tuvo una «estrategia específica». Además «no pisó el continente e incluso despidió» a su secretario de Estado Rex Tillerson «en plena gira africana» en 2018, recuerda.
En Nigeria, el país más poblado de África, la política estadounidense bajo Trump ha sido «inerte, ineficaz y desprovista de una brújula moral», escriben los investigadores estadounidenses Judd Devermont y Matthew Page.
La falta de reacción estadounidense a la represión de las manifestaciones de octubre en Lagos es un ejemplo de ello. Joe Biden, entonces candidato a la Casa Blanca, se adelantó al departamento de Estado difundiendo un comunicado que denunció el uso de balas contra la muchedumbre. Una prueba de que Washington «no es reactivo», subraya Page.
– Tercer mandato de Obama –
Biden estará probablemente más pendiente de las violaciones de los derechos humanos, estima SBM Intelligence, un consultor geopolítico nigeriano.
Pero «esperar mejores relaciones entre África y Estados Unidos conducirá a desilusiones», advierte el exembajador nigeriano en Washington George Obiozor, quien recuerda la decepción de los mandatos de Barack Obama.
La presidencia de Biden será algo así como «una especie de tercer mandato de Obama, con un Estados Unidos más comprometido con el resto del mundo», estima por su parte René Lake, analista político del diario senegalés L’Observateur.
Se prevé que Washington vuelva al multilateralismo, consolide sus relaciones diplomáticas, regrese a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Acuerdo Climático de París.
Entre tanto, la postura de Trump, que denuncia fraude y cuestiona los resultados electorales, no sirve de ejemplo a las jóvenes democracias africanas, sino que da una imagen de un Estados Unidos convertido en «república bananera», ironizan varios comentaristas.
Su actitud «corre el riesgo de crear escuela en África y de reforzar a todos los jefes de Estado que no quieren aceptar el juego democrático», afirma Jean Bosco Manga, presidente de una asociación chadiana de derechos humanos.
«Como decía Nelson Mandela, un buen dirigente sabe cuando es el momento de irse», señala la Fundación que lleva su nombre en Johannesburgo.
