Un millar de policías en nueva fase de operación en Río de Janeiro que dejó 122 muertos
Río de Janeiro, 11 dic (EFE).- Cerca de mil agentes de la policía de Río de Janeiro participaron este jueves en una operación en un conjunto de favelas contra el Comando Vermelho, una de las mayores organizaciones criminales del país, en la segunda fase de la operación policial más letal hasta ahora en Brasil, con 122 muertos en octubre.
Los policías ocuparon esta madrugada un complejo de favelas en Sao Gonzalo, municipio del área metropolitana de Río de Janeiro, para intentar capturar a los líderes de la organización criminal.
Pese a que los policías fueron recibidos a balazos y se registraron tiroteos en diferentes áreas, hacia al mediodía de este jueves no había información sobre muertos, heridos o detenidos, según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública consultadas por EFE.
La primera fase de la llamada Operación Contención, a finales de octubre, en los complejos de favelas de Penha y Alemao, también controlados por el Comando Vermelho, terminó con 122 muertos, incluyendo cinco policías.
La Operación Contención busca frenar el avance territorial del Comando Vermelho, una organización nacida en las cárceles cariocas en la década de 1970 y que actualmente tiene ramificaciones en la mayoría de los estados de Brasil y en algunos países vecinos.
Según la Policía, la nueva fase de la operación tenía por objetivo el cumplimiento de 44 órdenes de arresto contra miembros de la organización criminal.
El principal blanco es Antonio Ilário Ferreira, un narcotraficante de 61 años conocido como ‘Barricó’ y considerado el principal jefe de los pistoleros del Comando Vermelho en Sao Gonzalo.
Ferreira cumplía una condena a 27 años de prisión en un presidio de máxima seguridad en Mato Grosso do Sul, en la frontera de Brasil con Paraguay, pero fue liberado gracias a un beneficio judicial en 2019 y desde entonces está prófugo.
La operación de hoy movilizó 880 agentes de la Policía Militarizada y 120 de la Policía Civil, que contaron con el apoyo de 20 vehículos blindados y dos helicópteros.
Además de los ocasionales tiroteos sin víctimas, la mayor dificultad de los policías fue remover barreras montadas por los narcotraficantes en las calles de acceso a las favelas, a algunas de las cuales les prendieron fuego.
Los responsables por la operación dijeron haber retirado definitivamente las barreras con las que los narcotraficantes dificultan el acceso a sus áreas de control y retirado de las calles varios vehículos carbonizados.
En la operación de octubre, calificada como una «matanza» por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no fue capturado ninguno de los líderes del Comando Vermelho contra los que habían sido dictadas órdenes de detención.
El primer informe realizado por la Fiscalía sobre dicha operación indicó que dos cadáveres presentaban «lesiones atípicas» que no se corresponden con enfrentamientos armados convencionales, ya que uno tenía marcas de tiros a corta distancia y otro había sido decapitado por un instrumento cortante. EFE
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