Una erupción volcánica, el detonante del efecto dominó que causó la peste negra en Europa
Redacción Ciencia, 4 dic (EFE).- La peste negra se extendió por Europa entre 1347 y 1353 d. C. dejando decenas de millones de muertos pero las causas de su origen y propagación no se conocen bien. Ahora, un estudio señala una erupción volcánica como el inicio del efecto dominó que causó esta pandemia.
Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y del Instituto Leibniz de Historia y Cultura de Europa Oriental (GWZO) de Leipzig (Alemania) han usado una combinación de datos climáticos y pruebas documentales para reconstruir la sucesión de eventos que provocaron la pandemia más devastadora de la historia, que en algunas regiones causó la muerte del 60 % de la población.
La investigación, publicada en la revista Communications Earth & Environment, sugiere que una erupción volcánica —o un conjunto de erupciones— alrededor de 1345 provocó una nube de cenizas y gases volcánicos que desplomó las temperaturas durante varios años seguidos y echó a perder las cosechas de toda la región mediterránea.
En respuesta a este desastre y para evitar disturbios o hambrunas, las ciudades-estado italianas empezaron a comerciar con los productores de cereales del mar Negro. Este cambio de rutas comerciales permitió asegurar los alimentos para la población pero fue la vía de entrada de la bacteria causante de la peste, la Yersinia pestis.
El estudio ha utilizado datos naturales e históricos de alta calidad para establecer una relación directa entre el clima, la agricultura, el comercio y los orígenes de la peste negra.
Los investigadores confirmaron la erupción volcánica gracias a la información contenida en los anillos de los árboles de los Pirineos españoles, donde los ‘anillos azules’ consecutivos apuntan a veranos inusualmente fríos y húmedos en 1345, 1346 y 1347 en gran parte del sur de Europa.
Y aunque un solo año frío no es infrecuente, los veranos fríos consecutivos son muy inusuales, señalan los autores. Además, las pruebas documentales de ese mismo periodo señalan una nubosidad inusual y eclipses lunares oscuros, lo que confirman la actividad volcánica.
Malas cosechas, nuevas rutas
Este empeoramiento climático provocado por la actividad volcánica provocó malas cosechas, pérdidas de cultivos y hambrunas en todo el continente menos en las repúblicas marítimas italianas de Venecia, Génova y Pisa, que importaron cereales del la Horda de Oro, el Imperio mongol, en 1347.
«Durante más de un siglo, estas poderosas ciudades-estado italianas habían establecido rutas comerciales de larga distancia a través del Mediterráneo y el Mar Negro, lo que les permitió activar un sistema muy eficaz para evitar la hambruna», pero que al final «les condujo inadvertidamente a una catástrofe mucho mayor», afirma Martin Bauch, historiador del clima medieval en el Instituto de Historia de Leibniz y coautor del estudio.
Es muy probable que los barcos que transportaban cereales desde el mar Negro también transportaran pulgas infectadas con Yersinia pestis, como ya han señalado investigaciones anteriores.
Cuando las pulgas infectadas llegaron a los puertos mediterráneos del siglo XIV en barcos cargados de grano, se convirtieron en un vector de transmisión de la enfermedad, lo que permitió que la bacteria pasara de los mamíferos hospedadores —en su mayoría roedores, pero también animales domésticos— a los seres humanos. Se propagó rápidamente por toda Europa, devastando la población.
Los investigadores concluyen que la «tormenta perfecta» de factores climáticos, agrícolas, sociales y económicos que se produjo después de 1345 y que condujo a la peste negra puede considerarse un ejemplo temprano de las consecuencias de la globalización. EFE
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