Una posible intervención militar de EEUU divide a venezolanos en Florida
¿Debe intervenir Estados Unidos en Venezuela? La pregunta, de actualidad tras el despliegue militar norteamericano en el Caribe, divide a los venezolanos del sur de Florida. Aunque la mayoría apoya un cambio al frente de su país, hay divergencias sobre la mejor forma de conseguirlo.
Para Andrea González, de 38 años, «si hay un sentimiento común entre todos los venezolanos, es el odio» hacia Nicolás Maduro.
Como ella, muchos miembros de la diáspora culpan al presidente de la crisis económica y política que ha provocado el éxodo de casi ocho millones de venezolanos en los últimos años, según la ONU.
Por eso, la mayoría de ellos en Florida apoya a Donald Trump en su política de presión sobre Caracas, aunque éste haya suscitado numerosas críticas por las consecuencias de sus duras medidas migratorias para los venezolanos.
Las posturas difieren entre los partidarios de usar la fuerza para derrocar a Maduro -sobre todo después de su reelección en 2024, denunciada como fraudulenta por la oposición- y quienes, temerosos de las consecuencias de una guerra, prefieren que se agote la vía diplomática.
Desde septiembre, Washington ha lanzado una operación contra supuestas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de al menos 83 muertos.
Estados Unidos movilizó además al mayor portaviones del mundo, junto con una flota de buques de guerra, y Trump anunció la semana pasada acciones inminentes en el terreno.
Los motivos de este despliegue cerca de Venezuela, el país con mayores reservas de petróleo del mundo, generan dudas, sin embargo, ya que la nación sudamericana tiene un peso bastante inferior a países como Colombia o México en el narcotráfico.
– «Arma de doble filo» –
Desde Caracas, Maduro asegura que Washington quiere derrocarlo. Y en Doral, cerca de Miami -donde más del 40% de la población es de origen venezolano-, Diana González espera que así sea.
Esta diseñadora de interiores de 47 años apoya al «100%» una intervención en su país para derribar un gobierno al que acusa de ser corrupto y de reprimir a los opositores.
Es la única opción viable, asegura, tras años de intentos pacíficos infructuosos. «No podemos seguir solos, porque es una pelea demasiado injusta entre personas con banderas y personas con armas», dice.
Confía en que la caída de Maduro sea algo «quirúrgico» y que no desate una guerra, ya que «nadie en Venezuela va a luchar por el régimen».
Después, espera un gobierno dirigido por la premio Nobel de la Paz María Corina Machado, la líder opositora que vive en la clandestinidad y que, inhabilitada políticamente, impulsó la candidatura de Edmundo González Urrutia en las presidenciales de 2024.
Carmen, de 66 años, ve una posible intervención como «un arma de doble filo» para el país del que emigró en 2020.
«Si cae Maduro, sería una maravilla», dice esta mujer de 66 años, que prefiere no dar su apellido. «Pero si eso ocurre, habrá muchos muertos. Una guerra entre ambos países sería una catástrofe».
– Tensiones –
Adelys Ferro, activista venezolana por los derechos de los migrantes, duda de las intenciones de la administración de Trump respecto a su país.
«Mientras se cierne una supuesta amenaza militar en contra del régimen dictatorial de Maduro, se acaba de anunciar que se retoman los vuelos de deportados hacia Venezuela (…) y que Estados Unidos le pidió al régimen que permitiera el aterrizaje de los vuelos», dice.
Pero opina que, si Washington quiere un cambio en Venezuela, debería aprovechar la presión actual para una transición pacífica. Teme las consecuencias de un conflicto para los habitantes del país, incluida su madre.
«En medio de nuestra desesperación y deseo de libertad, hemos minimizado lo que significa una guerra», afirma. «No puedo poner mi deseo de volver a ver a mi madre por encima de la vida de los venezolanos».
En Doral, muchos prefieren eludir este tema. Hay reparos en hablar de Trump. Los arrestos masivos de migrantes promovidos por su gobierno, y la revocación de un estatus de protección temporal (TPS) concedido a unos 600.000 venezolanos por la anterior administración de Joe Biden, han golpeado duramente a la comunidad.
Y eso ha creado tensiones. Andrea González, que apoya las iniciativas de Trump en Venezuela, pero discrepa de su política migratoria, ha recibido críticas en su familia por haber votado por el republicano el año pasado.
«Se está creando resentimiento entre los venezolanos», dice esta trabajadora del sector de la construcción.
Cree, sin embargo, que Trump puede recuperar terreno entre su comunidad si consigue derrocar a Maduro. «Las mismas personas que han sido deportadas no lo odiarían tanto si lograra eso», afirma.
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