Polémica por el uso del celular en la escuela
En cada vez más escuelas suizas se prohíbe el uso de teléfonos móviles. Los motivos: la falta de concentración de los chicos en clase, la propagación de videos e imágenes pornográficas y casos en los que se ha filmado algún hecho violento.
Los maestros y los estudiantes se declaran en contra de la prohibición generalizada.
En Suiza, la mayoría de los menores de edad tienen su propio teléfono portátil. La edad promedio en el que su uso se vuelve generalizado oscila entre los 13 y los 16 años.
Pero el uso que los jóvenes confieren a su celular es tan diverso como las opciones que esta herramienta ofrece en la actualidad.
Convertido en accesorio de uso diario, el celular funciona como despertador, cámara de video y fotográfica, reproductor de audio, agenda, servicio de mensajería…
Primer móvil a los 6 años
Nicolas recibió el móvil viejo de su madre a la edad de 6 años, de eso ya han pasado tres años y ahora ya cuenta con un modelo reciente. Recibe a la semana 5 francos para costear los gastos de los mensajes o fotos que envía a través de él.
¿Usas el teléfono en la escuela? “Al principio sí, ahora lo apago antes de llegar.” ¿En tu tiempo libre, para qué lo usas? “Para jugar o para ver fotografías.” ¿En clase, has visto que alguien juegue con su teléfono? “No, porque te lo quitan.”
Melina tiene 12 años, su “natel” –como se le nombra en Suiza- sólo lo utiliza para estar en comunicación con sus padres en caso de necesidad. ¿Y en clase, alguien usa el celular? “Nadie, todos sabemos que hay que apagarlo.” ¿Quiénes tienen teléfono de tu clase? “No sé exactamente, de las chicas creo que sólo dos no tienen.” ¿De cuántas niñas? “De nueve.”
Jennifer, de 16 años, asegura que no podría dejar su celular apagado durante clase. “Yo lo necesito. A veces recibo un mensaje o una llamada importante, ahora que estoy buscando un lugar donde me acepten para hacer mis prácticas.”
Prohibición tildada de absurda
Tras el conocimiento de casos en los que se han descubierto fotografías retocadas de maestros o alumnos aparecidas en internet o exhibidas entre los estudiantes, o la propagación de videos e imágenes pornográficas a través de esos aparatos, las autoridades escolares de varias partes del país han reaccionado sin indulgencia.
Lucerna ha prohíbido los celulares en la zona de la escuela de nivel básico e intermedio. En Berna, la comuna de Köniz ha seguido el ejemplo, mientras que en otros cantones la interdicción se decide por las autoridades escolares.
La Unión de Comités Estudiantiles de Enseñanza Media (UCE) afirma que una generalización de la prohibición es absurda.
La UCE propone a las escuelas que establezcan un reglamento disciplinario para la utilización abusiva y malintencionada de los celulares y que los casos delictivos se denuncien.
“Se requieren soluciones permanentes y no prohibiciones que no pueden llevarse a cabo”, sostiene uno de los representantes de la UCE, David Troxler. Argumenta que las imágenes brutales o de carácter pornográfico que han propiciado la prohibición pueden ser reproducidas fuera de la escuela o en otros aparatos.
Cada escuela tiene la autonomía de establecer sus propias reglas
“Una prohibición generalizada no tiene sentido”, afirma, por su parte, Beat W. Zemp, presidente de la Unión Suiza de Personal Docente. “La situación es diferente en cada escuela, dependiendo de la edad de los jóvenes. La dirección de cada colegio tiene la autonomía para imponer sus reglas al respeto”.
¿Sabe de casos criminales en el uso de los móviles, o se trata de los mismos ya mencionados por la prensa los que han alimentado la polémica sobre la prohibición de los celulares en la escuela? “Claro que hay casos. Y entonces se procede a confiscar el aparato.”
Sobre el número de casos delictivos no se puede hablar en Suiza, ya que “cada cantón tiene su propia estadística criminal”, explica Martin Boess, responsable del departamento de Prevención de la Criminalidad de la Policía Federal.
Alto nivel de brutalidad
“Son muy pocos los casos en la escuela donde se requiere de la policía, pero los conocidos tienen un alto nivel de brutalidad. Se trata de tomas filmadas de golpizas, violaciones, casos que realmente se producen.”
Sobre una futura campaña, Boess explica que “no hay ninguna coordinación nacional, aunque el tema está incluido en el material ‘Stop a la pornografía infantil’, distribuido en todo el país.
A juicio del presidente de la Sociedad Pedagógica de Ginebra, Olivier Baud “no hay razón para satanizar al teléfono móvil; se trata de un fenómeno social que puede ser abordado en la escuela y en la casa.
swissinfo, Patricia Islas Züttel
Los maestros lamentan que los alumnos se distraigan en clase por utilizar sus teléfonos móviles, reproductores de sonido u otros aparatos electrónicos.
No obstante, el origen de la polémica actual se originó tras el conocimiento de casos delictivos que se ha producido en varias partes del país donde golpizas o violaciones han sido filmadas con las cámaras de los teléfonos portátiles de los estudiantes.
A estos hechos se suma la transmisión de imágenes pornográficas a través de estos aparatos, expandida entre los jóvenes.
En el aspecto jurídico, cabe decir que en Suiza los menores a partir de los siete años pueden ser castigados. Normalmente el primer paso es una advertencia ante las autoridades y los padres.
Después se pude imponer la realización de un trabajo de beneficio social. Menores de 18 años en Suiza no pueden recibir penas de cárcel o ser multados financieramente.
En las escuelas de la ciudad de Lucerna (cantón Lucerna)
En las escuelas de la comuna de Köniz (cantón Berna)
En las escuelas de la ciudad de Coira (cantón de los Grisones)
En las escuelas de la comuna de Olten (cantón Zúrich)
Además, muchos colegios en toda Suiza tienen reglas claras dirigidas a los estudiantes y el personal docente sobre la utilización del teléfono móvil o su consiguiente prohibición durante la clase y/o en las áreas de recreo.
La posesión y retransmisión de imágenes estáticas o en movimiento de ejecuciones, violaciones, sexo con animales, escenas violentas y pornografía “dura” es punible, en conformidad con el artículo 135 del Código Penal helvético.
Aquel que difunda escritos, audio o imagen pornográfica a menores de 16 años debe ser castigado con una pena tras las rejas o una multa.
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