2024, el año más caluroso en Túnez desde 1950
(Corrige en el octavo párrafo el año, correcto 2025)
Túnez, 16 abr (EFE).- El año 2024 fue el más caluroso en Túnez desde que comenzaron las mediciones en 1950, con una temperatura media anual de 21,5 grados, 1,6 grados por encima de la media del período de referencia 1991-2020, según el boletín de este mes de abril del Instituto Nacional de Meteorología (INM).
Durante todos los meses del año, las temperaturas mínimas, máximas y medias estuvieron por encima de los valores normales, mientras que las precipitaciones mejoraron levemente en comparación con años anteriores pero fueron «deficitarias» respecto al promedio histórico.
El invierno 2023-2024 registró una media de 14,1 grados, un 1,9 más que la media, siendo el segundo invierno más cálido después del de 2022-2023.
La primavera de 2024 fue la más calurosa registrada desde 1950, con una media 19,7 grados y el verano, especialmente intenso, mantuvo una media de 29,4 grados, en los dos casos un 1,6 grados más que lo habitual.
El otoño registró una temperatura media de 23,3 grados (+1,7), el cuarto más caluroso desde que existen registros.
El experto tunecino en medio ambiente y clima Hamdi Hached confirmó en declaraciones a EFE esta «preocupante tendencia».
«Desde junio de 2023, estamos viviendo un aumento exponencial de las temperaturas. Llevamos 21 meses consecutivos sin que bajen», declaró.
Hached señaló que los meses de enero, febrero y marzo de 2025 mostraron incrementos muy por encima de lo habitual.
Según las mediciones del 8 de abril de este experto, Túnez registró un aumento térmico local de 1,85 grados, por encima del promedio mundial estimado en 1,67. «Desde entonces no ha habido ningún descenso», añadió.
Entre las causas del calentamiento, Hached destacó el fenómeno de El Niño, un aumento de las temperaturas de las aguas del Pacífico que afecta al clima en el Atlántico, Europa y África.
Según el experto, tres factores generan mayor preocupación en Túnez: las precipitaciones irregulares, la variabilidad de la humedad y el aumento sostenido de las temperaturas.
Esto provoca una mayor evaporación en las presas, un consumo creciente de agua y energía, y una presión sin precedentes sobre la agricultura, que afecta especialmente a las frutas, hortalizas y sobre todo a los olivos.
Las regiones tunecinas más afectadas, por estar alejadas de la influencia costera, son Kairuán, Sidi Bouzid, Gafsa, Le Kef y Jendouba, donde los registros han sido especialmente extremos.
Las previsiones para el verano de 2025 no son alentadoras, según el experto: «Si se mantiene esta tendencia, el próximo verano será asfixiante”, alertó Hached. EFE
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