
Energías renovables: ¿seguirá brillando el sol mañana?

El Acuerdo de París sobre el clima de 2015 dio un impulso decisivo a las energías renovables en Suiza y en el mundo. Sin embargo, la energía solar y la eólica están perdiendo fuerza en algunos países y los objetivos climáticos están lejos de alcanzarse.
La producción de energía nunca ha sido tan limpia como hoy: casi un tercio de la electricidad del mundo proviene del sol, del viento y del agua. Las inversiones en energías verdes superan las que se efectúan en combustibles fósiles y, en muchas regiones, las renovables cuestan menos que el gas. En el primer semestre de 2025, las fuentes renovables generaron más electricidad que el carbón, algo que no había pasado nunca.
Diez años después del Acuerdo de París sobre el clima, las renovables son un eje central de las políticas climáticas nacionales. La difusión global de la energía solar y de la eólica desde 2015 «ha superado incluso las proyecciones más optimistas y sigue creciendo de manera exponencial», revela un reciente informeEnlace externo de las Naciones Unidas.
No obstante, aunque las energías renovables prosperen en Suiza y en el resto del mundo, el crecimiento sigue siendo lento y no son pocas las dificultades que se plantean. El informe de la ONU subraya que continúan existiendo «importantes obstáculos políticos y económicos» en la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables.
Las incertidumbres políticas y las tensiones internacionales están redefiniendo las estrategias energéticas. La seguridad del abastecimiento energético nacional tiende a prevalecer sobre la sostenibilidad climática. Prueba de ello son el regreso del carbón en Alemania, la nueva apuesta por las fuentes fósiles en Estados Unidos o el renovado interés por la energía nuclear en determinados países.
El ritmo actual de crecimiento de las renovables no es compatible con el objetivo de cero emisiones netas que se había marcado para antes de la mitad del siglo. La intención de triplicar la capacidad global de las renovables para 2030 acordada hace dos años en la conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas es, por ahora, «sólo un espejismo», según el think tank británico EmberEnlace externo, especializado en el análisis de datos energéticos y climáticos.
¿Qué podemos esperar en el futuro? La evolución de las renovables desde el Acuerdo de París nos ayuda a entender lo que nos deparan los próximos años.
La electricidad procedente de fuentes renovables casi se ha duplicado desde 2015
Seguramente lo habrán notado al pasear por la ciudad o por el campo: están apareciendo paneles solares por todas partes, en los tejados y las fachadas de los edificios o en los lugares más insólitos. Sólo en Suiza se instalaron en 2024 unas 56.000 nuevas plantas fotovoltaicas, tres veces más que en 2020, según datos de la Oficina Federal de la Energía de este país.
Si se excluye la energía hidroeléctrica, que es históricamente la principal fuente renovable del país y cuya producción se ha mantenido estable con el tiempo, el desarrollo de las energías renovables en Suiza ha sido espectacular: +433% en la energía fotovoltaica, +237% en la biomasa y +55% en la eólica en los últimos diez años.
Sin embargo, en comparación con la tendencia global, el crecimiento total de las renovables en Suiza (alrededor del 30% desde 2015) es más moderado. La producción mundial de electricidad a partir de fuentes renovables, impulsada principalmente por el desarrollo de la energía solar y eólica, prácticamente se ha duplicado (+81%) en la última década.
«Durante el decenio posterior al Acuerdo de París se produjo una aceleración de la producción de energía eólica y solar sin precedentes en comparación con otras tecnologías de producción eléctrica», declara a Swissinfo Kostantsa Rangelova, analista de Ember. «Ahora estamos en plena fase de despegue», cuenta.
La producción mundial de energía solar eléctrica tardó once años en pasar de cero a 2.000 teravatios hora (Twh) al año. En el caso de la eólica, fueron necesarios 17 años, mientras que el gas y el carbón tardaron más de 40 años, explica Rangelova.
China encabeza la carrera de las renovables
China emite más CO2 que ningún otro país del mundo. Sin embargo, también es el país que lidera el campo de las renovables. El año pasado instaló el doble de paneles solares y turbinas eólicasEnlace externo que el resto del mundo.
También Estados Unidos y, sobre todo, la India y Brasil han registrado crecimientos significativos en el último decenio. Las grandes economías emergentes del bloque de países BRICS generaron más de la mitad (51%) de la energía solar eléctrica en el mundo en 2024Enlace externo, frente al 15% de 2015.
Según Rangevola, las renovables ofrecen independencia energética y seguridad económica, sobre todo en los países que dependen de las importaciones de combustibles fósiles como China y la India. Mientras que antes las nuevas plantas de producción eléctrica en el mundo funcionaban principalmente con gas o carbón, desde 2015 se observa una predominancia de los sistemas basados en energías renovables. Las centrales solares y eólicas representaron casi el 90% de las nuevas plantas en 2024.
Rangelova explica que lo que ha favorecido el rápido crecimiento de las energías renovables ha sido principalmente la innovación. El uso de nuevos materiales y la mejora de los procesos han aumentado la eficiencia y disminuido los costes. «Hoy, en la mayor parte del planeta, la energía solar y la eólica son las fuentes más económicas para producir electricidad en las nuevas plantas», afirma.
Las renovables han superado a los combustibles fósiles en todas las regiones del mundo, a excepción de Oriente Medio. Por su parte, Alemania, España e Italia lideran el aumento de la potencia instalada en Europa.
En opinión de Wolfram Sparber, presidente de la Asociación de Centros Europeos de Investigación sobre las Energías Renovables (EUREC), el avance de las energías renovables también está relacionado con el ataque de Rusia a Ucrania. «Ha contribuido a aumentar el interés de los gobiernos europeos por producir su propia energía mediante las renovables y reducir su dependencia de fuentes fósiles importadas», afirma.
Casi un tercio de la electricidad mundial procede de las renovables
Las energías renovables atraen cada vez más dinero. Las inversiones globales en la transición energética, que abarca energías renovables, eficiencia energética y ampliación de las redes eléctricas; alcanzaron en 2024 el récord de 2 billones de dólaresEnlace externo frente a los 1,2 billones de 2015. Esto representa casi el doble de la inversión realizada en la industria fósil y, de nuevo, China y Asia lideran este impulso.
Como resultado, la proporción de las energías renovables en la producción mundial de electricidad pasó del 23% en 2015 al 32% en 2024. Hoy, más de 60 países generan más de la mitad de su electricidad a partir de fuentes renovables. La Agencia Internacional de la Energía prevé que para 2030, el 46%Enlace externo de la electricidad mundial provenga de energías renovables.
Suiza es uno de los países europeos con el porcentaje más alto de energía renovable, alcanzando un 67% en 2024, gracias sobre todo a la energía hidroeléctrica. No obstante, la contribución de la fotovoltaica y de la eólica sigue siendo modesta. Apenas el 11% de la electricidad procede del sol y el viento, frente al 28% de media de la Unión Europea. Según un estudioEnlace externo publicado este año por la Fundación Suiza de la Energía, el país helvético ocupa el puesto 22 de 28 en el ranking europeo.
Los combustibles fósiles continúan desempeñando un papel predominante
Pese al crecimiento sostenido de las energías renovables, la transición hacia un sistema energético compatible con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, la meta más ambiciosa del Acuerdo de París, continúa siendo demasiado lenta.
Si el 32% de la electricidad mundial es renovable, el 68% restante no lo es. El gas, el carbón, el petróleo y, en menor medida, la energía nuclear siguen generando gran parte de la electricidad. Los combustibles fósiles siguen siendo el eje central del abastecimiento energético mundialEnlace externo, incluso en lo que respecta a la energía utilizada para la calefacción de edificios, la propulsión de vehículos con motor térmico y el mantenimiento de los procesos industriales. Las fuentes fósiles representan el 80% de la energía mundial, cifra ligeramente por debajo del 83% de 2015.
La transformación del suministro energético requiere tiempo. La sustitución de infraestructuras antiguas por nuevas tecnologías renovables avanza principalmente en áreas como la producción de electricidad y el transporte ligero, pero sigue siendo limitada en otros sectores, según el equipo responsable del informe de las Naciones Unidas.
Hasta ahora, más que reemplazar a los combustibles fósiles, las energías renovables han contribuido principalmente a aumentar la producción total de energía para satisfacer una demanda en crecimiento.
Teniendo en cuenta todo el ciclo de vida, las energías renovables en Suiza «son mucho más limpias que los combustibles fósiles», afirma a Swissinfo Jürg Rohrer, responsable del grupo de investigación sobre energía renovable de la Escuela Universitaria Profesional de Ciencias Aplicadas (ZHAW).
El impacto climático de una instalación fotovoltaica en tejados es de unos 39 gramos de CO2 equivalente (CO2e) por kilovatio hora (kWh) de electricidad producida. En el caso de la energía eólica, la media es de 25,9g CO2e/kWh. Estas cifras incluyen la fabricación de materiales, la construcción de las instalaciones, su funcionamiento y los trámites al final de su vida útil. En comparación, el gas natural emite aproximadamente 485g CO2e/kWh.
Por su parte, la energía hidroeléctrica también genera pocas emisiones de CO2, pero según Rohrer implica una serie de compromisos ecológicos a nivel local, por ejemplo en relación con los caudales ecológicos y el transporte de sedimentos.
Así pues, Rohrer subraya que es posible reducir aún más el impacto de las energías renovables. Existen tres vías que se pueden seguir: disminuir la demanda mediante una mejor eficiencia energética, diseñar las instalaciones sin afectar a la naturaleza (por ejemplo, instalando paneles solares sobre superficies ya construidas) y promover la economía circular y el reciclaje.
Objetivos nacionales «insuficientes» para las renovables
El objetivo de triplicar la capacidad de las renovables para 2030, adoptado en la conferencia sobre el clima de Dubái en 2023 y reafirmado el año pasado, sigue siendo muy lejano. Desde entonces, sólo una veintena de países, la mayoría europeos, ha formulado objetivos más ambiciosos, según un análisisEnlace externo de Ember.
«Triplicar las energías renovables en este decenio es el paso más importante para cumplir con el objetivo de 1,5 °C. Sin embargo, a pesar del compromiso histórico asumido en Dubái, los objetivos nacionales siguen siendo insuficientes en su mayoría», dice Kostantsa Rangelova.
La mayor desaceleración se observa en Estados Unidos, donde las inversiones en energías renovables cayeron un 36% durante el primer semestre de 2025Enlace externo en comparación con el mismo período de 2024. Esto se debe, sobre todo, al cambio en el panorama político. En la nueva «gran» América de Donald Trump, los combustibles fósiles han vuelto a ser los protagonistas. Se prevén menos incentivos y más restricciones para las renovablesEnlace externo, especialmente para la energía eólica. Estados Unidos ha anunciado su retirada del Acuerdo de París, una decisión que podría llevar a otros países a reducir sus objetivos climáticos.
El impulso hacia las energías renovables podría venir no solo de Asia, sino también de ÁfricaEnlace externo. Sudáfrica ya no es el único país del continente en el que crece la importación de paneles solares; una veintena de países, entre los que se encuentran Nigeria y Argelia, también están aumentando su demanda. En septiembre, Etiopía inauguró la «presa del Milenio», la más grande de África y una de las mayores del mundo por tamaño, que abastecerá de electricidad a millones de personas.
El dilema de Suiza: ¿protección ambiental o producción energética?
Suiza también va rezagada. En una autoevaluaciónEnlace externo de 2022, el Gobierno afirmó que el ritmo del aumento de la capacidad de generación de energía renovable no es suficiente para alcanzar los objetivos compatibles con un escenario de emisiones netas cero.
Según el Ejecutivo, la aprobación de nuevas grandes instalaciones, como las centrales solares alpinas, supone todo un reto debido a los potenciales conflictos entre la protección del medioambiente y la producción energética. La nueva ley sobre la electricidad aprobada el año pasado por la ciudadanía y que simplifica los procedimientos de aprobación de las plantas de energías renovables, podría ayudar a superar esta dificultad. Además, Suiza planea poner en marcha 16 grandes proyectos hidroeléctricos.
El desarrollo de las energías renovables se ha visto frenado por el proteccionismo y los aranceles comerciales
Rochelle Gluzman, portavoz de REN21, una red política internacional que promueve el desarrollo de las renovables en el mundo, afirma que el impulso de la energía solar y de otras fuentes sigue siendo fuerte. Las redes eléctricas y el almacenamiento de energía se han vuelto una prioridad para muchos países. «Sin embargo, el proteccionismo, el aumento de los aranceles y los elevados costes de financiación podrían frenar la expansión de las energías renovables», cuenta a Swissinfo.
La industria necesita claridad para poder tomar decisiones de inversión importantes y a largo plazo, afirma Wolfram Sparber, de la EUREC. El desarrollo dependerá de las decisiones políticas, pero «no me cabe duda de que las energías renovables seguirán creciendo en todo el mundo».
Diez años después del Acuerdo de París, las energías renovables se han consolidado como un elemento imprescindible de la transición energética. No obstante, sin decisiones políticas a la altura de los objetivos climáticos ni inversiones estructurales, su potencial corre el riesgo de quedarse sólo en una promesa.
Texto original editado por Gabe Bullard y adaptado del italiano por Cristina Esteban. Gráficos traducidos por Carla Wolff. Versión en español revisada por Carla Wolff.

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