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El Gobierno de unión en Libia empieza a asentar su autoridad

Fayez al Sarraj, primer ministro de Libia, comparece ante la prensa junto a Federica Mogherini, titular de la Política Exterior de la Unión Europea, el 8 de enero de 2016 en Túnez afp_tickers

El Gobierno de unión nacional en Libia empezó a controlar este miércoles las cuentas de las instituciones públicas y a asentar su mando, pocas horas después de que las autoridades no reconocidas de Trípoli le cedieran el poder.

El nuevo Ejecutivo, apoyado por la ONU y encabezado por Fayez al Sarraj, llegó a la capital del país hace una semana y ha conseguido el apoyo de instituciones clave como el Banco Central, la compañía nacional de petróleo y varias ciudades del país.

Con la renuncia de las autoridades de Trípoli, ahora Libia sólo tiene dos Gobiernos, en vez de tres: el de unión nacional, en Trípoli, y otro en el este, al que la comunidad internacional pide también que ceda el poder.

Para reforzar su autoridad, el Gobierno de unión, que pidió a todas las instituciones que empiecen a utilizar su logotipo, ordenó al Banco Central que congele las cuentas de Ministerios e instituciones públicas, tanto en Trípoli como en el este, para controlar mejor los gastos.

Por el momento, los funcionarios continuarán cobrando sus salarios.

El Banco Central en Trípoli ya ha reconocido al Gobierno de unión, un espaldarazo al Ejecutivo de esta institución que administra los recursos financieros y que hasta ahora alimentaba las cuentas de los Gobiernos rivales.

Desde la caída de Muamar Gadafi, en 2011, Libia está sumida en el caos y en manos de milicias, una situación agravada desde 2014 con la creación de gobiernos rivales. Aprovechando el caos, el grupo islamista Estado Islámico (EI) se ha implantado en la ciudad y la región de Sirte, al este de Trípoli.

El martes, el enviado de la ONU para Libia, Martin Kobler, se reunió con el líder del nuevo Gobierno, Fayez al Sarraj, en la base naval donde ha establecido sus oficinas desde que llegó a Trípoli la semana pasada.

Durante su visita, la primera desde la llegada del nuevo Gobierno, Kobler alabó la “valentía y la determinación” del Gobierno de unidad. “Queremos demostrar que la ONU y la comunidad internacional apoyan al primer ministro Sarraj y a los miembros del consejo presidencial”, dijo a la AFP, y aseguró que Naciones Unidas está dispuesta a proporcionar “todo el apoyo necesario” para lograr “un traspaso del poder inmediato y pacífico”.

El martes se vio a este diplomático alemán, que desde el año pasado lidera los esfuerzos de paz en el conflicto libio, paseando por las calles del centro histórico de Trípoli, hablando con los propietarios de los cafés y haciéndose selfies con la gente.

En el frente diplomático, Túnez anunció el lunes la reapertura de su embajada en Trípoli, cerrada en 2014, cuando la ciudad cayó en manos de Fajr Lybia, una coalición de milicias. Francia también estudia volver al país norteafricano. Pero, según la consultora Soufan Group, “quedan muchos interrogantes sobre el nivel de apoyo popular que tiene el Gobierno de unidad nacional, ya sea en Trípoli o en el este”.

Por el momento, falta una votación del Parlamento con sede en Tobruk. Esa votación no se ha producido hasta ahora por falta de acuerdo.

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