
AI denuncia persecución de las minorías étnicas en Crimea tras diez años de la anexión
Moscú, 18 mar (EFE).- Amnistía Internacional (AI) denunció hoy, en ocasión del décimo aniversario de la anexión de Crimea, que Rusia busca cambiar la composición étnica de sus pobladores y persigue a las comunidades ucraniana y tártara con el fin de aumentar la población rusa en estos territorios. «Rusia busca sistemáticamente erradicar la identidad ucraniana y tártaro-crimea, limitando e incluso prohibiendo el uso de estos idiomas en la educación, los medios, la celebraciones nacionales y otras esferas de la vida», declaró en un comunicado difundido por AI Patrick Thompson, investigador de la ONG. Además, acusó a Rusia de expulsar a la fuerza de la península a la población autóctona y «trasladar allí a ciudadanos rusos». «Rusia debe cesar la represión de las identidades nacionales que no sean rusas en los territorios ocupados y poner fin a las violaciones del derecho humanitario internacional y las normas de los derechos humanos», reclamó. Según el investigador, Rusia instauró en Crimea su propio programa escolar tras la anexión, con el fin de adoctrinar a los escolares, algo que acompañó de amenazas y represiones contra los maestros, escolares y padres que se opusieron a ello. «Esto tiene lugar en el contexto de la imposición de las leyes y normas rusas, incluyendo la represión de los derechos de expresión y reunión», denunció. Señaló que durante esta década AI ha denunciado la sistemática violación de los derechos humanos por parte de Rusia en Crimea y al cabo de ese tiempo «tenemos la posibilidad de valorar lo que sucedió en la península» y cómo «Rusia prevé comportarse en otros territorios ucranianos ocupados». Thompson denunció las violaciones rusas a la libertad de credo respecto a los tártaros de Crimea, y señaló que medio centenar de ellos fueron obligados a pagar cuantiosas multas por violar la legislación rusa al promover sus ideas religiosas. En ese sentido las autoridades rusas no solo persiguieron a los musulmanes, muchos de los cuales «fueron acusados infundadamente de terrorismo y condenados a penas de cárcel de hasta 24 años» sino también a los Testigos de Jehová, declarados en Rusia organización extremista y prohibida. Además, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev, escindida de Moscú, también se vio perseguida y sus sacerdotes se vieron obligados a abandonar Crimea, según la ONG. A ello se suma la persecución de todos los medios de prensa independientes, y el cierre de canales de televisión y radio en lengua ucraniana y tártara, para su sustitución por medios rusos. «Rusia debe cesar inmediatamente todas las violaciones del derecho humanitario internacional y de los derechos humanos en Crimea y otros territorios ocupados», reclamó AI, que llamó a juzgar a todos los responsables de los crímenes cometidos durante esta década en la península.EFE mos/alf