Avigdor Lieberman, de «zar» de la noche a adversario de «Bibi» Netanyahu

Avigdor Lieberman, un ex portero de clubes nocturnos con una carrera política llena de declaraciones devastadoras, pasó de ser un aliado estratégico del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a uno de sus oponentes más notorios.
Nacido en la República Soviética de Moldavia hace 61 años, Lieberman emigró a Israel en 1978, donde sirvió y se desempeñó como portero de un club nocturno.
Los medios de comunicación lo han llamado «zar», «Rasputín» y «KGB», aludiendo a su comportamiento autoritario y sus orígenes, ya que aún mantiene un marcado acento al hablar en hebreo.
Graduado en ciencias sociales, se unió al Likud, el partido de derecha, donde escaló al rango de jefe de gabinete de Netanyahu durante su primer mandato (1996-1999).
Pero en 1999 creó su propio partido de derecha, Israel Beitenu (Nuestra Casa es Israel), capitalizando el voto de un millón de israelíes oriundos de la ex Unión Soviética como él, una base electoral que supo ampliar con habilidad.
Desde 2001, ha ocupado varias carteras, incluido la cancillería de Netanyahu (2009-2012 y 2013-2015).
– Declaraciones explosivas –
Como jefe de la diplomacia israelí se había convertido en la bestia negra de la Unión Europea, a la que acusa de adoptar políticas demasiado amigables a los palestinos y hostiles hacia los judíos.
En noviembre pasado renunció a su cargo de Ministro de Defensa en el gobierno de Netanyahu, en protesta por un acuerdo de alto el fuego con grupos palestinos en Gaza, acuerdo que denunció como una «capitulación ante el terrorismo».
Su renuncia contribuyó a la ruptura de la coalición gubernamental.
En las elecciones posteriores, en abril, su partido ganó cinco de los 120 escaños en el Parlamento. Pero Lieberman exigió una ley que obligue a los jóvenes ultraortodoxos a realizar el servicio militar a cambio de su participación en una coalición.
Ante la falta de acuerdo, el Parlamento se disolvió y se convocaron nuevas elecciones para el 17 de septiembre.
En la actualidad, las encuestas le atribuyen a su partido una docena de escaños que, en el fragmentado escenario político israelí, podrían hacer que su apoyo sea esencial para cualquier gobierno de coalición.
Lieberman es conocido por sus declaraciones devastadoras, como cuando afirmó que el presidente palestino Mahmoud Abbas es un «terrorista diplomático» (2014), que los árabes israelíes desleales a Israel «merecen ser decapitados» (2015) o que Netanyahu es «un mentiroso, un tramposo y un sinvergüenza» (2016).
Su campaña para las elecciones del 17 de septiembre se centra en los «peligros» para que Israel se convierta en un «estado de Halakha (ley religiosa judía)», liderado por el judaísmo religioso, con una coalición en la que se unirían los partidos ultra ortodoxos y facciones religiosas descritas por Lieberman como «mesiánicas».
Casado y con tres hijos, no es partidario del «Gran Israel», defendido por el lobby de los colonos, sino que vive en Nokdim, un asentamiento judío cerca de Belén, en la Cisjordania ocupada. Considera que la paz con los palestinos no es realista, pero está dispuesto a intentarlo.