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Berna rinde homenaje a un acérrimo enemigo

Retrato póstumo de Carlos el Temerario, con el collar de la Orden del Vellón Dorado, fundada por su padre. Lille, Musée de l'Hospice Comtesse

Un hombre que juró aniquilar a los "brutales" confederados de la faz de la tierra está en el centro de una exposición suntuosa en el Museo Histórico de Berna. A la vista de la historia, Carlos el Temerario hubiera mejor desistido de retar a tan particular enemigo.

Cada alumno en la Suiza germano-parlante sabe cómo el duque perdió en las tres batallas contra los suizos “Gut, Mut und Blut”, es decir, ‘tierra, temeridad y sangre’.

Los “bienes” de Carlos, despojados tras la batalla de Grandson, fueron uno de los botines más preciosos de la historia. Sus tapices constituyen aún hoy la atracción principal de la colección del museo bernés.

Sin embargo, gran parte de ese botín se perdió, desparramó, fue seccionado o fundido. Tal vez es por eso que Carlos calificaba a los suizos de hombres ‘salvajes’.

“Suiza nunca tuvo una cultura cortesana”, señala a swissinfo Elke Jezler, historiadora de Arte del museo, a la vez que explica por qué los vencedores con frecuencia no fueron capaces de valorar lo pillado:

“Muchas tropas nunca habían visto plata; pensaban que los platos eran de estaño.” Existen historias de campesinos que tiraban joyas de precio inestimable, pensando que eran de vidrio colorado.

“Los confederados vieron a Carlos desde la perspectiva de quienes estaban en el lado de los vencedores. Borgoña es más conocida por el despojo, y menos por sus logros culturales.”

Una corte ducal impresionante y dispendiosa

La exhibición pretende corregir esta impresión. Borgoña fue a la sazón una fuente cultural inagotable de Europea y el esplendor de la corte de Carlos deslumbró incluso a sus contemporáneos.

Un punto culminante de la muestra representan aquellos objetos que testimonian el encuentro de Carlos con Fernando III, emperador del Sacro Imperio, en 1473 en Tréveris. A pesar de que era sólo un duque, Carlos quiso que Fernando le concediera el título de rey para que pudiera heredar el trono imperial, un intento que fracasó.

Para alcanzar sus objetivos ambiciosos, se dispuso a impresionar. Los visitantes pueden admirar una reconstrucción de su trono con el baldaquín y el telón de fondo originales, así como algunas piezas que demuestran lo exuberante que eran sus vajillas y textiles ornamentales.

Relaciones contemporáneas demuestran que gastó casi 40.000 libras —una gran fortuna en aquel entonces— para las prendas de vestir de su comitiva, y se fue a Tréveris con un ejército integrado por 6.000 hombres de armas y una leona domada.

Logros artísticos

A pesar de que le gustaba hacer alarde de su propia gloria, fue un hombre pío y un patrón de las artes que durante su reinado florecieron. Algunos de los más destacados artistas de su tiempo, como Hans Memling y Rogier van der Weyden, fueron activos en su corte. Les encargó numerosas obras para él y la Iglesia.

Pero no sólo la corte patrocinaba las artes, también las ciudades y mecenas burgueses tuvieron un papel importante, lo que muestra la exposición.

Un objeto llamativo es un retablo pintado por Memling para el rico comerciante Willem Moreel de Brujas. Contiene retratos de Moreel y su familia y el trasfondo representa un ejemplo maestral de la pintura paisajística flamenca del siglo XV.

“Queremos mostrar cómo los distintos géneros y gustos artísticos se influenciaron mutuamente”, explica Jezler. Del mismo modo se traducen los ademanes en tallados y pinturas; imágenes casi idénticas aparecen por ejemplo en bordados y tapicerías.

“También enseñamos objetos que se hallan en algunas de las obras. Tenemos aquí por ejemplo un monedero real que es casi exactamente el mismo que el que lleva uno de los personajes retratados en los tapices.”

Manuscritos iluminados

La iluminación de manuscritos es otro rasgo emblemático de la cultura borgoñona. Los visitantes pueden hojear un facsímil del breviario iluminado de Carlos en una pantalla, pero también pueden ver el original y ejemplos de otros magníficos libros de devoción.

Efectivamente, el impulso inicial para la realización de la exposición vino de la casa editorial del facsímile en Lucerna que reprodujo el oracional que ahora se encuentra en posesión del Museo Getty de Los Ángeles. Propuso que el museo podría presentar el facsímil junto con los tapices.

Tras aceptar la idea, el museo decidió ir más lejos y conseguir en préstamo el original, pero realizaron que sus dueños iban a estar aún más dispuestos a consentirlo si también se incluyeran a otros prestamistas.

En consecuencia, el museo bernés logró ahora reunir lo que probablemente es “la exposición más importante de la historia del arte europeo jamás realizada en Suiza”.

Carlos, el guerrero

Carlos el Temerario pasó mucho tiempo de su vida haciendo guerra. Y este aspecto de su personalidad no se olvida.

Hay restos de armas y cotas de malla que se hallaron en los campos de aquellas batallas en las que Carlos había participado, incluida la que se dirimió cerca del Lago de Murten, en el que muchos soldados murieron ahogados tras huir de los confederados triunfantes.

En el otro lado de la gama expositiva se encuentran las suntuosas armaduras de plancha forjadas por artesanos milaneses. Otro objeto destacado de la exposición es un jinete enorme vestido con un traje elaborado para Fernando III y montado en un caballo igualmente muy bien acorazado.

La familia de Carlos, su personalidad, su política, incluida la fatídica que aplicó al enfrentarse a los confederados y sus aliados, todo ello se explica. Mapas y animaciones guían al visitante a través de la compleja historia de Borgoña.

Las estupendas pinturas, tapicerías, joyas, láminas de oro y de plata, los magníficos textiles, las armas y armaduras ceremoniales, reflejan el esplendor real del ducado de Borgoña que se eclipsó en 1477 con la muerte del ‘Temerario’.

“Es la primera vez que estos objetos se pueden ver juntos desde la muerte de Carlos”, comenta Jezler.

swissinfo, Julia Slater
(Traducción del inglés: Antonio Suárez Varela)

Carlos el Temerario (1433-1477) fue el último duque de Borgoña.

El rey Juan II de Francia había dado en feudo el ducado en 1363 a su hijo más joven, Felipe el Temerario, que fue el bisabuelo de Carlos.

El territorio ducal de Borgoña se extendió al principio sobre el este de Francia. Pero en lo sucesivo, los duques ensamblaron cada vez más territorios —en general mediante casamiento—, entre los cuales también se encontraban algunos señoríos en Bélgica y Países Bajos. Convirtieron al ducado en uno de los contrincantes más poderosos del reino de Francia.

Carlos el Temerario quiso enlazar esos dominios esparcidos, pero para conseguirlo tenía que conquistar territorios de la actual Suiza noroccidental.

Le repugnaban las ciudades libres de la Confederación Helvética con su amplio autogobierno y que sólo debían pleitesía al Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

María de Borgoña fue la única descendiente directa de Carlos. Éste concertó para ella un matrimonio con Maximiliano I de Habsburgo, hijo del Emperador Fernando III. Las nupcias se celebraron todavía después de la muerte del duque.

Tras la muerte de Carlos en los campos de batalla de Nancy, el rey de Francia recobró las tierras del ducado que formaban parte de Francia; los territorios restantes pasaron a posesión de María que luego entregó a los Habsburgo los Países Bajos.

Felipe, el hijo de María, se casó luego con Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos y única sucesora al trono de la Corona de España, donde la dinastía de los Habsburgo se mantuvo hasta 1700.

Los Habsburgo gobernaron la Casa de Austria hasta finales de la Primera Guerra Mundial.

La exposición sobre Carlos el Temerario en el Museo Histórico de Berna dura hasta el 24 de agosto de 2008.

Se exponen objetos prestados de los museos más importantes de Bélgica, Austria, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, así como de otros museos suizos.

Los objetos expuestos llevan textos explicativos en inglés, alemán y francés.

Se prevé asimismo la celebración de eventos relacionados como por ejemplo la muestra medieval que tendrá lugar del 30 de julio hasta el 10 de agosto.

El horario de apertura del museo es de las 10 a las 20 h. de martes a viernes, y de 10 a 17 h. los sábados y domingos.

En 2009, la exhibición también se mostrará en el Museo de Groninga en Brujas.

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