Brasil logró en 2024 la mayor reducción de emisiones de gases contaminantes en 16 años
São Paulo, 3 nov (EFE).- Las emisiones brutas de gases de efecto invernadero en Brasil cayeron un 16,7 % en 2024 frente a 2023, lo que representa la mayor caída en 16 años, según informó este lunes el Observatorio del Clima, la principal red de la sociedad civil sobre agenda climática del país.
En 2024 Brasil lanzó a la atmósfera 2.145 millones de toneladas de gases contaminantes, contra 2.576 millones en 2023, de acuerdo con el Sistema de Estimativas de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG), herramienta creada por el Observatorio del Clima para la medición de las emisiones en el país.
La reducción se explica por la caída de la deforestación en la Amazonía y el Cerrado (sabana brasileña) como resultado de una retomada en las políticas públicas por parte del Gobierno, según el Observatorio del Clima, consorcio que reúne a 119 grupos ambientalistas, entre ellos Greenpeace, WWF y Conservación Internacional.
En 2024, la disminución de la tala y la quema en estos dos importantes biomas del país causó una reducción del 32,5 % en las emisiones por cambio de uso del suelo, la mayor de la historia.
La mayor caída de las emisiones se produjo en el Pantanal, el mayor humedal de América Latina, con un descenso del 66 %; seguido del Cerrado, con una mejoría del 41 %, y la Amazonía, con un 33 %.
A pesar del notable descenso, la devastación de los biomas brasileños sigue siendo el principal factor que convierte a Brasil en el quinto mayor emisor de gases del planeta.
Las emisiones, un 9 % por encima de la meta
Incluso ante el dato positivo, Brasil no lograría cumplir su meta climática nacional (NDC) para 2025, que consiste en limitar las emisiones a 1.320 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente netas.
Las estimaciones sitúan las emisiones netas para finales de año en 1.440 millones, un 9 % superior a la meta.
“La deforestación disminuye, pero todos los demás sectores aumentan”, afirma David Tsai, coordinador del SEEG.
Para Tsai, cumplir la NDC del país para 2030 es posible, pero para ello es necesario que todos los sectores de la economía se comprometan a reducir sus emisiones.
Según el Observatorio del Clima, uno de los descubrimientos del SEEG es el desacople entre deforestación y la magnitud de los incendios.
En 2024, a pesar de la caída de la deforestación, Brasil registró la mayor área quemada de su historia debido a la severa sequía en algunas regiones del país.
Las emisiones por quemas no asociadas a la deforestación fueron casi equivalentes a las emisiones netas totales por uso de la tierra, lo que significa que el fuego duplicaría las emisiones netas si se contabilizaran.
El informe resalta que una demanda de los científicos es que las estadísticas oficiales incluyan las emisiones de los incendios forestales, algo que no ocurre hasta ahora, ya que se asume que los bosques se regeneran tras las quemas y absorben el carbono emitido.
Brasil “atenta” contra el Acuerdo de París
A puertas de la COP30, que comenzará el próximo jueves en la ciudad amazónica de Belém, la petrolera estatal Petrobras obtuvo la licencia ambiental para explorar un área próxima a la desembocadura del Amazonas, una decisión que atrajo serias críticas de diversas ONG.
Según el informe, al impulsar la exploración de petróleo, el Gobierno brasileño “atenta” contra el Acuerdo de París, ya que la expansión de la industria fósil no es compatible con la estabilización del calentamiento global en 1,5 °C, como recomienda el tratado sobre el clima.
“Nos encontramos en una situación en la que el Gobierno da con una mano y quita con la otra en lo que respecta al clima. Por un lado, toma medidas adecuadas para proteger los bosques y reduce las emisiones con ello; por otro, redobla la apuesta por el petróleo, lo que agrava la crisis climática y amenaza esos mismos bosques”, afirma el coordinador de políticas internacionales del Observatorio del Clima, Claudio Angelo.EFE
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