
Bulgaria: el país europeo de las «desigualdades ilimitadas»
Vladislav Punchev
Sofía, 30 sep (EFE).- La desigualdad se ha convertido en uno de los mayores problemas de Bulgaria, que desde hace años figura a la cola de la Unión Europea (UE) en indicadores clave como ingresos, acceso a servicios sociales y sanitarios, así como en discriminación por género y origen étnico.
«Tenemos los niveles más altos de pobreza monetaria, el mayor nivel de exclusión social y estamos entre los líderes en cuanto al coeficiente Gini (la brecha entre pobres y ricos). Esto representa una enorme diferencia de oportunidades», explica a EFE el economista Rumen Galabinov.
El experto analiza así un informe publicado la semana pasada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que subraya la profunda desigualdad en Bulgaria.
La situación en Bulgaria, un país de 6,4 millones de habitantes que ha perdido un 30 % de su población en los últimos 35 años, se explica por un débil estado del bienestar, pensiones bajas, despoblación y emigración masiva, junto a la concentración del empleo en pocas ciudades.
Muy pesimista es también el análisis del mayor sindicato de Bulgaria, KNSB, al titular un reciente estudio sobre el tema con «Bulgaria, el país de las desigualdades ilimitadas».
«La profundización de las desigualdades en Bulgaria en los últimos diez años coincidió con la reducción de las transferencias públicas y la disminución general del papel del Estado en la economía», critica el sindicato.
Además, la fuerza laboral de este país excomunista se concentra cada vez más en unas pocas ciudades, dejando el resto del territorio abandonado y menos desarrollado.
Todo ello, en un país que pierde cada año decenas de miles de personas por la baja natalidad y la emigración.
Según el sociólogo Dimitar Ganev, «las desproporciones son más tangibles en un nivel regional», entre el noroeste más pobre, en torno a las localidades de Vidin, Vratza, Montana y Lom, y la zona más rica, en torno a la capital, Sofía.
Lo más visible es la enorme brecha salarial que existe entre Sofía, con sus 1.700 euros de media mensual, las siguientes ciudades más grandes, Varna y Plovdiv, con entre 1.000 y 1.100 euros, y las regiones más pobres, con salarios medios de apenas 800 euros al mes.
El caso de Margarita Sharkova, una pediatra de 56 años de edad, residente en Blagoevgrad, a unos 100 kilómetros al sur de Sofía, es un buen ejemplo del dilema que viven muchos búlgaros, incluso los mejor formados.
«Después de graduarme tuve que decidir si intentarlo en una gran ciudad, lo que descarté por el gran número de candidatos para los puestos vacantes, o si ir a una zona más pobre, lejos de los centros urbanos, sin tanta competencia profesional pero sin perspectivas de desarrollo ni salarios en condiciones», cuenta a EFE.
Encima -recuerda- en algunas zonas rurales le cerraron las puertas simplemente por ser mujer.
«El alto nivel de desigualdades en Bulgaria se debe al débil sistema social, con un enorme número de jubilados que pertenecen al grupo de personas con los ingresos más bajos», explicó a EFE el economista Stoyan Panchev.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en Bulgaria hay casi dos millones de jubilados, un tercio de la actual población de Bulgaria, que disponen de una pensión media de entre 460 y 500 euros por mes, pese a recientes subidas del 10 %.
Otro factor parece ser la llegada de trabajadores de países de fuera de la UE, que ocupan los sectores peor pagados, donde reemplazan a las personas con los ingresos más bajos, sobre todo los jóvenes y los menos cualificados.
«Es decir, la combinación entre un Estado con un sistema social menos desarrollado y la llegada de mano de obra barata hace que los búlgaros pobres sean aún más pobres», explica Panchev.
«La llegada de trabajadores moldavos, ucranianos e indios me pone en una situación desfavorable para encontrar empleo y con una paga aceptable», cuenta Snejana Apostolova, una cocinera de 48 años que trabaja en Varna, un balneario turístico en el mar Negro.
El coeficiente de ‘Gini’ en Bulgaria, que refleja la brecha entre pobres y ricos, fue del 40 % en 2024, el valor más alto de todos los países de la UE.
«No son desviaciones anuales sino que es una tendencia que se viene consolidando como una realidad durante más de una década», advierte el sindicato KNSB en su informe.
Así, el ratio entre los ingresos del 20 % de los búlgaros más ricos y el 20 % de los más pobres alcanzó en 2024 un factor 8 a 1.
«Es el valor más alto entre los Estados miembros de la UE, donde la media es de 5 a 1», resume el sindicato.EFE
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