China apunta a estímulos «limitados» pero reorientará gasto hacia consumo, según expertos
Shanghái (China), 12 dic (EFE).- El Gobierno chino prestará apoyo a la economía vía política fiscal y monetaria en 2026 aunque los estímulos adicionales serán «limitados», apostando en su lugar por reorientar el gasto público para favorecer la recuperación del consumo a nivel nacional, apuntan expertos.
Las autoridades del gigante asiático culminaron este jueves la Conferencia Central de Trabajo Económico, un importante cónclave anual en el que debaten sobre los objetivos económicos oficiales de cara al siguiente ejercicio, aunque estos no se divulgan hasta la cumbre anual de la Asamblea Popular (ANP, Legislativo), que suele celebrarse a principios de marzo.
Según Julian Evans-Pritchard, de la consultora británica Capital Economics, el comunicado difundido tras la reunión no apunta hacia una recuperación del crecimiento en 2026 -aunque tampoco se espera una ralentización brusca-, pero sí «podría ofrecer cimientos para una economía más sana y equilibrada a medio plazo».
Para Ning Zhang, del banco suizo UBS, el documento «marca un tono de apoyo continuado y de políticas más equilibradas para estabilizar el crecimiento económico a medida que se facilitan más reformas estructurales».
Señales comedidas
Evans-Pritchard resalta que la Conferencia avanzó específicamente que, dentro de la apuesta por una política monetaria «moderadamente flexible», se llevarán a cabo rebajas adicionales de los tipos de interés referenciales y de los requisitos de reserva bancaria (RRR, el porcentaje de fondos que un banco no puede prestar).
Capital Economics sitúa sus pronósticos de rebaja para 2026 en 30 puntos básicos para los tipos y en 75 para los RRR, mientras que Zhang los cifra en 20 para las tasas y en entre 25 y 50 para los requisitos bancarios.
En cualquier caso, Evans-Pritchard cree que este impulso a las herramientas monetarias «todavía será demasiado tímido como para tener un efecto significativo sobre la demanda de crédito», y apunta también que no se esperan grandes estímulos para solventar la prolongada crisis inmobiliaria; el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó esta misma semana que, para atajarla, China debería invertir el 5 % de su PIB a lo largo de los próximos tres años.
Así, «la carga de fomentar el crecimiento recaerá principalmente sobre la política fiscal», apunta el analista, que recalca que las señales de la Conferencia a ese respecto fueron «bastante comedidas»: «Al contrario que el año pasado, cuando el comunicado prometió ‘aumentar’ el déficit presupuestario, esta vez indicó que se ‘mantendrá’. (…) Y no hubo llamadas a aumentar la emisión de bonos especiales».
Apoyo a los hogares
Ante la coyuntura, y con las administraciones locales afrontando dificultades a la hora de encontrar proyectos viables para gastar sus cuotas de bonos especiales, Pekín buscará «aprovechar mejor» su margen fiscal en lugar de ampliarlo, por ejemplo, asignando más inversiones al presupuesto del Gobierno central.
Capital Economics ve «probable» que las autoridades aumenten el apoyo fiscal a los hogares ante la promesa de llevar a cabo «acciones especiales para impulsar el consumo» y el reconocimiento explícito de un desequilibrio «prominente» entre una «oferta nacional fuerte y una demanda débil».
A este respecto, Zhang avanza una «optimización del gasto» que mejore las redes de protección social y una posible «normalización» de los incentivos y los subsidios fiscales.
No obstante, Evans-Pritchard cree que Pekín no reducirá su inversión en sectores como la industria de alta tecnología, especialmente dado la reciente bajada del gasto en activos fijos, pero sí considera que Pekín priorizará «optimizar y revitalizar la oferta antes que ensancharla de forma agresiva». EFE
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