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Luces y sombras en la ayuda suiza

Varias iniciativas suizas apoyan el artesanado local. swissinfo.ch

Entre los numerosos países y organizaciones internacionales presentes en Asia Central está Suiza desde hace más de 10 años. Está entre las mejor consideradas.

A pesar de los muchos éxitos en el terreno, no faltan los reveses. Tampoco las críticas de fondo.

«¿Cómo? ¿Que Suiza nada espera a cambio?». Muchas personas se hacen esta pregunta en Kirguizistán y Uzbekistán; incluso quienes se benefician con los proyectos financiados con la ayuda suiza.

Sin embargo, los fondos asignados a la ayuda al desarrollo no son puramente filantrópicos. En un mundo globalizado, los problemas sociales, ecológicos, económicos y demográficos dejaron de detenerse ante las fronteras.

Un destino común atañe hoy a una gran parte de los habitantes del planeta. En consecuencia, las acciones de ayuda favorece a todos, incluso a los donantes.

Suiza, a menudo citada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) como el alumno modelo, también forma parte de ese conjunto. Al menos desde un punto de vista cualitativo.

«Con razón, la política suiza en materia de desarrollo goza de una excelente reputación», precisa Wolf Linder. A juicio del catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Berna, «es profesional, constante, con participación de las poblaciones locales, y no está camouflada para fines políticos ni ideológicos».

Contra la pobreza

«Nuestro fundamento es la lucha contra la pobreza», sostiene Derek Müller, responsable del programa para Asia Central en la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

Para respaldar el proceso de transición, COSUDE está desde 1991 en la región. El objetivo es facilitar el paso de esos países, huérfanos de un generoso sistema soviético – en todo caso para sus repúblicas-, a la democracia y la economía de mercado.

Otro actor suizo en la materia es la Secretaría de Estado de Economía (seco). «Nuestros objetivos son idénticos a los de COSUDE», afirma Christian Hofer, portavoz de la seccción Desarrollo y Transición.

«A través de la asociación pública-privada tratamos de integrar más el sector privado al proceso. Eso favorece tanto a las empresas suizas como a las sociedades locales activas en el país donde operamos», señala Hofer.

Diversidad de proyectos

En 2002, la participación de Suiza en Asia Central llegó a 50 millones de francos, monto que se mantendrá estable hasta el año 2006.

La diversidad de proyectos suizos en la región es sorprendente: «buen gobierno», prevención de conflictos, mejoramiento de las condiciones macroeconómicas, desarrollo del sector privado, salud, gestión de recursos naturales y de infraestructura.

COSUDE financia principalmente proyectos bilaterales locales que buscan, por ejemplo, promover el turismo, la cultura o la cohabitación pacífica entre las diversas etnias.

Por su parte, la seco toma a su cargo los asuntos de orden económico y financiero. Financia asimismo infraestructuras grandes como las canalizaciones de Boukhara y Samarcanda, en colaboración con el Banco Mundial (BM) o el Banco Europeo de Reconstruccion y Desarrollo (BERD).

Una presencia de más de diez años

«¿El balance? Es difícil tener un juicio claro, pero lo que es seguro es que la situación actual en Kirguizistán o Uzbekistán es mejor que la de hace una década», precisa Christian Hofer.

«Aquí, Suiza sigue siendo uno de los actores principales», añade a su vez Wilhelm Meyer, embajador de Suiza den Tashkent, Uzbekistán.

«Apoyamos proyectos serios, los seguimos minuciosamente, y es por estas razones que la cooperación suiza sigue siendo muy apreciada. Por supuesto que también hemos cometido errores», prosugue el embajador.

En efecto, algunos proyectos fueron abandonados antes del plazo establecido. Otros terminarán tan pronto se suspenda la ayuda suiza…un revés para el desarrollo sostenible.

Una gran fábrica de queso, instalada en el este de Kirguizistán, fue un error de cálculo: simplemente faltó la energía necesaria para su funcionamiento.

«Pero aún con esos proyectos ‘fallidos’ conseguimos transmitir importantes conocimientos a la población: en el caso de la fábrica de quesos, la población comprendió la importancia de las reglas de higiene», constata el embajador.

Críticas de fondo

A juicio de Catherine Heberlein, de la ONG Declaración de Berna, «Suiza obtiene 46% de sus ingresos del extranjero, pero a los países pobres les restituye apenas un 0,4% de su Producto Nacional».

La profesora en el Instituto Universitario de Investigación del Desarrollo de Ginebra, Catherine Schuemperli, considera a su vez que antes de discutir sobre la concesión de nuevos fondos habría que optimizar el rendimiento de los que ya han sido invertidos.

En realidad, junto con los elogios, la OSCE solía señalar que la falta de coordinación entre COSUDE y la seco era uno de los elementos negativos de la ayuda suiza en materia de desarrollo.

«Además, es necesario optimizar la coherencia entre la ayuda al desarrollo y las otras políticas que tiene repercusiones en los países pobres», recalca Catherine Schuemperli.

¿Un ejemplo? «En aquel momento Suiza había confiado a Asea Brown Boweri (ABB)-cosa que ésta siempre negó-, una garantía a los riesgos de la exportación para la ejecución de una enorme represa en la Tres Gargantes en China. Un proyecto que iba contra los intereses humanitarios, ecológicos y de los derechos humanos. Una contradicción evidente», deplora la catedrática.

Una contradicción de la que se tomó conciencia, pero no lo suficiente, concluye Catherine Scheumperli.


swissinfo, Marzio Pescia
(Traduction: Juan Espinoza)

La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperacion (COSUDE) está presente en Asia Central desde 1991. Desarrolla una labor conjunta con la Secretaría de Estado de Economia (seco).

– La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación es el principal órgano suizo de la ayuda pública al desarrollo.

– En colaboración con la Secretaria de Estado de Economía ha invertido 1.500 millones de francos por año en la cooperación internacional, bajo la forma de la ayuda bilateral o multilateral.

– En Asia Central participan también otros organismo suizos: numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG), la Oficina Federal de Salud Pública y la Oficina Federal del Agua.

– Suiza inverte alrededor de 0,35% de su Producto Interior Bruto (PIB) en proyectos para el desarrollo. Su objetivo es llegar a 0,4%, de aquí al 2010.

– Naciones Unidas (ONU) se había fijado un tope de 0,7% del PIB, pero entre los países ricos son pocas las excepciones, entre las cuales los escandinavos, que cumplen esa exigencia.

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