
Cinta peruana ‘Shiringa’ busca rescatar la humanidad tras genocidio indígena por el caucho
Mónica Martínez
Lima, 24 sep (EFE).- La cinta peruana ‘Shiringa’ (árbol del caucho) dio inicio a su recorrido en salas de Lima para recuperar el sentido de humanidad, tal como cuenta su director Wilton Martínez, en una sociedad que, en su mayoría, desconoce el martirio y el genocidio que sufrió la población indígena amazónica hace un siglo, durante el apogeo de la explotación del caucho liderada por el millonario empresario y posterior político Julio César Arana.
Martínez ha dedicado un segundo documental, en diez años, al tema de la explotación del caucho en una región inhóspita de la Amazonía, cuando aún no estaban claros los límites fronterizos entre Perú, Colombia y Ecuador sobre el río Putumayo, porque «es una historia que el 99 % de peruanos no la conocen».
«Tiene que ver con memorias que tienen que sanar (…) no solamente recordadas, honradas, conmemoradas, historizadas (sic), sino sanadas», comenta Martínez a EFE durante la presentación de la cinta en el Lugar de la Memoria (LUM) en Lima.
El documental presenta los testimonios del artista nativo Brus Rubio, varios miembros de la comunidad indígena Pucaurquillo, y de Sheyla de Loayza, nieta de uno de los hombres de Arana, sobre los efectos que la explotación del caucho en varias comunidades amazónicas, así como el auge y abandono de la ciudad de Iquitos, la capital de la región peruana de Loreto.
«La historia del caucho no solamente es cuando llegaron los caucheros y hubo mucha riqueza», que duró poco, sino «la muerte de alrededor de 30.000 indígenas, que fueron esclavizados y obligados a trabajar», señala el director.
Martínez añadió que no se puede entender la aparición de Iquitos sin la historia del caucho. Sus pobladores «recuerdan la casa bonita de los caucheros, con mayólicas (azulejos) de Portugal». «Esa mansión es lo poco que quedó porque los caucheros hicieron una fortuna y se la gastaron toda», apunta.
Los abusos detrás del caucho
El director hace hincapié en que «los recuerdos dolorosos se tienen que dar, se les tiene que dar su lugar, porque si no, vuelven y salen de manera distorsionada, a veces de manera violenta, de manera perversa, como un resentimiento muy fuerte».
En la historia del caucho en Perú hubo varios países involucrados, tanto, Brasil, Congo, Estados Unidos, Reino Unido y Barbados, pues fue un cónsul irlandés Roger Casement quien fue enviado a investigar los crímenes atribuidos a Arana y a su empresa, domiciliada en Inglaterra, después de certificar abusos similares por explotadores del caucho en África.
«Los quemaban vivos, les cortan la cabeza, los flagelaban, los hacían correr y hacían tiro al blanco con ellos, unas crueldades que el mismo Roger Casement, dijo que ni siquiera en el Congo había visto, rememoró Martínez.
El exterminio de las comunidades nativas
Brus Rubio, artista del pueblo murui y bora, declaró a EFE que al menos cuatro comunidades amazónicas principales fueron afectadas directamente en el Putumayo por la actividad de la extracción del caucho.
«La consecuencia, a partir de esta vorágine cauchera, ha sido la pérdida de muchos sabios, la pérdida de memorias, la pérdida de los tipos de organizaciones que teníamos», afirmó Rubio.
Contó que «cuando vinieron los caucheros, los encantaron o los conquistaron, con hacha, con machete, con ropa, con bandejas, con azúcar…», que no eran elementos propios de la comunidad.
Rubio acusó al Estado peruano de haber sido «cómplice» de la empresa de Arana, así como a los periodistas de entonces y al juez que presuntamente investigó al llamado ‘barón de caucho’, pero que no recibió condena y se hizo parlamentario.
País de espaldas a los indígenas
«Tenían que pasar 100 años como para poder conversar de esa temática. Esto es cómplice, mil veces cómplice porque gracias a eso se ha construido la ciudad de Iquitos, a base de la sangre de mis abuelos», expresó.
El artista plástico añadió que el Estado peruano «es de doble filo» porque la bandera que llevan es de la sangre murui bora, pero son ciudadanos del país en base al «sometimiento, en base a la injusticia, en base a la boca cerrada del Estado».
Este documental peruano ha sido nominado al Premio Especial Grifone 2025 del Festival Internacional Nebrodi DOC (Italia) como mejor largometraje ambiental y de defensa de la biodiversidad, y fue realizado tras ganar los estímulos económicos de la Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO) del Ministerio de Cultura de Perú.
‘Shiringa’ fue estrenada el mes pasado en Iquitos y el próximo 26 será exhibida en la sala Robles Godoy del Ministerio de Cultura, en Lima, antes de ser programada nuevamente en otras salas de la capital y en la ciudad selvática de Pucallpa, entre otros puntos de la Amazonía peruana.EFE
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