
Coordinada con Israel, la Autoridad Palestina retorna a gazatíes que quedan en Cisjordania
Joan Mas Autonell
Ramala (Cisjordania), 22 nov (EFE).- Miles de trabajadores de Gaza que seguían desplazados en Cisjordania desde el inicio de la guerra son concentrados a centros de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en la urbe de Jericó para su devolución a la Franja, en un proceso coordinado con Israel, que fue arrestando a algunos.
Así lo detallaron a EFE fuentes humanitarias y de la ANP, así como un gazatí que hace poco fue trasladado a Jericó con otros cientos de hombres con los que se alojaba en condiciones de hacinamiento en un hotel de Ramala, capital de facto de la ANP, organismo con poder limitado en Cisjordania ocupada y enfrentado con Hamás de hace años.
El proceso se inició estas últimas semanas, cuando la ANP retornó en tandas diversas a unos 2.000 desplazados de Gaza, aunque ahora acelera sus devoluciones y recientemente ha trasladado a Jericó a los gazatíes que seguían repartidos por distintas urbes cisjordanas.
«La Autoridad Palestina no les puede seguir pagando la comida o estancia, no tiene dinero para ello», dijo a EFE una fuente de la entidad, que concretó que van saliendo autobuses desde Jericó a Gaza, y que en el camino pasan controles e interrogatorios de Israel.
En el recorrido de vuelta a Gaza en autobuses, «fuerzas israelíes se los llevan, les interrogan, les inspeccionan, miran sus teléfonos y horas después les devuelven a Gaza», dijo la fuente, conocedor de que algunos de ellos no regresaron al ser arrestados por Israel.
Este es el temor de muchos gazatíes desplazados, que en su mayoría quieren regresar con su familia al enclave, pero los hay que se niegan a volver. Estos, según la fuente de la ANP, no son devueltos, pero «quedan a su suerte», y se les deja de dar un techo y comida.
«Hay gente que rechaza regresar, a algunos les mataron los hijos, y tenemos miedo de los israelíes en el camino», dijo a EFE Mazen, un gazatí ahora trasladado a Jericó, donde dice estar con más de mil hombres de Gaza en un centro de seguridad de las fuerzas palestinas.
«Es casi como una cárcel. Salimos, compramos nuestras cosas, registramos nuestros nombres y volvemos», agrega este palestino.
Hasta el estallido de la guerra entre el Ejército israelí y Hamás el 7 de octubre, más de 18.000 empleados de Gaza tenían permiso de trabajo en Israel, pero les fue revocado de inmediato con el ataque del grupo islamista y muchos se vieron desplazados a Cisjordania.
Ahí, en un proceso gestionado por la ANP, fueron repartidos por ciudades como Ramala, Nablus, Belén o Hebrón, donde fueron alojados en pabellones, instalaciones públicas o albergues, entre espacios más bien abarrotados, condiciones precarias e incertidumbre.
A su vez, los días posteriores al ataque de Hamás, otros 4.000 trabajadores de Gaza fueron arrestados por Israel, que les mantuvo incomunicados y sometidos a interrogatorios con abusos, maltratos e incluso tortura, denunciaron muchos de estos empleados cuando fueron finalmente deportados y devueltos a Gaza hace unas cuantas semanas.
Según la prensa, Israel investiga si los empleados gazatíes pasaron información o se implicaron en el ataque de Hamás del 7 de octubre, aunque habían pasado controles previos de seguridad de las fuerzas israelíes para obtener su permiso de trabajo y descartar que tuvieran lazos con facciones políticas o milicias palestinas.
Con todo, mientras la ANP acelera la devolución de los gazatíes aún en Cisjordania, una fuente humanitaria dice a EFE que todo apunta a que «habría un acuerdo entre la ANP y la Inteligencia israelí para que puedan detener a parte de estos trabajadores».
«Hay gente que sí logró llegar a Gaza que nos cuenta que otros que iban con ellos fueron detenidos, agredidos, les cogieron las cosas, se los llevaron y por ahora no se sabe nada más de ellos», asegura. EFE
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