“El realismo siempre quedará”
La histórica Sala Parés de Barcelona, que acogió la primera exposición individual de Picasso en 1901, presenta en Suiza una selección de obras de varios artistas contemporáneos bajo el concepto 'El Realismo y Barcelona'.
La cita es en el corazón del casco antiguo de Ginebra. Entre turistas japoneses, elegantes burgueses suizos en su hora de almuerzo y funcionarios internacionales que toman el sol primaveral.
La inmensa puerta en madera noble se abre sobre unas frescas cavas centenarias que sobrevuelan el Parc de Bastions, cita ineludible de la buena sociedad ginebrina.
El lugar en cuestión es ‘La Cave’, un espacio utilizado para exposiciones y eventos, ocupado estos días por el arte figurativo y realista catalán de nuestro tiempo. ¿Pero qué hace una galería de Barcelona en el corazón de la ciudad de Calvino?
Abrir nuevos mercados
“Fue una idea que se me ocurrió, influenciada por la importante presencia de catalanes y españoles en Ginebra”, explica a swissinfo.ch Ferrán Josa i Monegal, director adjunto de la galería.
Su iniciativa, presentada como ‘El Realismo y Barcelona’ va ya por su cuarta edición y todo parece indicar que la ya tradicional visita se repetirá el año próximo gracias al apoyo de los banqueros privados de Van Daalen & Cie.
“Nuestro interés al venir a Suiza es muy claro: abrir un nuevo mercado y crear interés entre los coleccionistas locales”, afirma. ¿Y por qué Ginebra y no Zúrich? “Porque aquí tenemos a nuestros espónsors y la mayoría de contactos. No es fácil trabajar con Suiza si no se cuenta con socios confiables a nivel local”, explica el galerista.
Una referencia ineludible del mercado del arte a escala mundial es Art Basel, la legendaria feria de Basilea. ¿Cómo es que la Sala Parés no presenta su propuesta a orillas del Rin?
“Porque apostamos por consolidar un mercado antes de entrar en la enloquecedora dinámica de las ferias internacionales”, responde con sensatez catalana Ferrán Josa i Monegal. “Y preferimos mostrar lo que queremos nosotros y lo que consideramos valioso, sin someternos a un comité de selección”.
El Realismo y Barcelona
En el espacio de exposiciones encontramos igualmente a Lluís Ventós (Barcelona, 1952), escultor venido a Ginebra acompañando su obra. El artista se declara fascinado por los ‘moais’, las inmensas cabezas humanas de la Isla de Pascua. “Es un fenómeno escultórico sin parangón en ningún otro lugar del mundo”, comenta entusiasta.
Ventós muestra su arte, mientras relata al cronista anécdotas relacionadas con su obra ‘Aquí estuvo La Paca’ (ver galería de imágenes).
“La escultura representa un desgaste no sólo psicológico, sino físico, aunque la pintura me plantea conflictos más difíciles de resolver”, explica este artista catalán que ama el contacto con la madera (“un elemento vivo”, dice) y la piedra.
“El visitante que se acerque a esta exposición podrá descubrir un buen resumen del arte figurativo que hoy triunfa en Cataluña, a través de una mezcla que engloba al hiperrealismo, al metarealismo y otras expresiones”, anota Josa i Monegal, tras dar los últimos retoques a las luces y otros detalles antes de la inauguración de ‘El Realismo y Barcelona’.
El gusto de la mayoría
¿En estos tiempos tan dados a la abstracción y el arte conceptual, no se habría quedado un poco desfasado el arte realista? El argumento es bien conocido del galerista y no parece impresionarle demasiado.
“Nuestro análisis se basa en la matemática. La inmensa mayoría de la gente aprecia y reconoce el arte figurativo, mientras que apenas una reducida élite se interesa por el conceptualismo, o las vanguardias más rompedoras”, responde con humor.
En su experimentada opinión, “el realismo siempre quedará, por mucho que lleguen y desaparezcan otras tendencias”. Una opción discutible, pero que al menos tiene el mérito de ser clara. De hecho, la histórica galería barcelonesa basa su análisis en el hecho de que estos no son momentos para fantasías ni experimentos.
“Vista la situación actual del mercado, creemos que hay que apostar por los valores seguros, pues la compra de arte representa un enorme esfuerzo para los coleccionistas y clientes”, sentencia.
¿Y se interesan los suizos en la figuración catalana? “Se sorprendería”, exclama entusiasta, “pues incluso galeristas locales se han quedado asombrados de nuestro nivel de ventas en años anteriores”.
De hecho, Ferrán Josa i Monegal ha llegado a plantearse seriamente abrir una filial de la Sala Parés en Ginebra, aparte de las dos que ya tienen en Barcelona: Ediciones Maragall y Trama.
“Creemos que tendríamos un hueco en el exigente mercado suizo, pues nuestra relación calidad-precio es muy buena. Ofrecemos pintura de gran calidad a precios relativamente asequibles”.
Mientras los catalanes deciden si abren o no una rama en Ginebra, los visitantes pueden acercarse a ‘La Cave’ para descubrir las propuestas de ‘El Realismo y Barcelona’, abierta hasta el 2 de mayo.
Rodrigo Carrizo Couto, Ginebra, swissinfo.ch
Fundada en 1877, es la decana de las galerías españolas y una de las más antiguas del mundo. Desde muy pronto se convirtió en el centro de la vida cultural y artística de Barcelona, lugar que aún mantiene.
Hasta 1910 la galería vive su primer gran periodo, presentando al público español obras de artistas como Chéret, Toulouse-Lautrec, Puvis de Chavannes, Dudley, Fortuny. Pablo Picasso hizo su primera exposición individual en la Sala Parés en 1901.
A partir de 1925, la galería incorpora nombres prestigiosos como Salvador Dalí, Torres García, Gargallo, Julio González, Arístides Maillol, Manolo Hugué, Joaquin Sunyer et Togores.
Desde 1959, la Sala Parés convoca un premio de pintura joven que le permite descubrir nuevos talentos dentro de sus intereses: la figuración y el realismo evolutivo.
Este es el cuarto año consecutivo de presencia de la Sala Parés en Ginebra.
La exposición puede visitarse hasta el 2 de mayo en ‘La Cave’, en pleno corazón de la Ginebra histórica, a dos pasos del Parc des Bastions y el Gran Teatro.
La muestra reúne pinturas y esculturas de Lluís Ventós, Magí Puig, Miguel Rasero, Antoni Más, Gloria Muñoz, Miguel Macaya o Marcos Palazzi, entre otros artistas.
El nexo que une a todos los creadores es su apego al arte figurativo y al realismo. Entre todos permiten ver un panorama abarcador del arte catalán de nuestros días.
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