Voces de la democracia en México y en Suiza
Mientras las experiencias de la democracia participativa en México apenas inician, Suiza tiene consolidados ejercicios de democracia directa. Aun así, sendos países comparten el mismo reto: Construir una sociedad más igualitaria e inclusiva.
¿Qué es democracia directa? ¿Cómo hacer escuchar la voz de aquellos que se sienten excluidos? ¿En qué contexto surgen los modelos de la democracia participativa? ¿Quiénes son los actores que los impulsan?
Con estas preguntas, un pequeño grupo de periodistas del diario digital mexicano Animal Político y de la unidad de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR, SWI swissinfo.ch, iniciamos un recorrido por algunas experiencias de la democracia directa en sendos países, en el contexto del Foro Global de Democracia Directa Moderna que se realizó en Suiza en 2022 y que este 2023 dio la estafeta a México. En esta entrega integramos parte del material que elaboramos conjuntamente en ese contexto.
“Cuando hablamos de democracia, hablamos de oportunidades. Hablamos de un Estado en donde todas las personas tienen el mismo derecho a ser escuchadas y a sentir que son parte de la comunidad. Y eso es algo que en México todavía tenemos que trabajar”, nos indica Greta Ríos, fundadora de Ollin, una organización que, según dicta su propio perfil, trabaja para lograr un México en donde impere el Estado de derecho, a través de instituciones fuertes y ciudadanos capaces de transformar su realidad.
“La democracia participativa en México está naciendo de una manera un tanto tumultuosa, como todo nace en México. Hay que usar esta oportunidad como pretexto para enamorar a la población de la democracia”, opina Ríos, cuya oenegé ha recibido el premio UBS al Emprendedor Social 2019 Visonaris.
La tarea no es sencilla. La ciudadanía mexicana no olvida los hechos que la hicieron desconfiar de las urnas. Un recorrido por esta historia que ha marcado al país:
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Breve historia de la democracia directa en México
Con ese telón de fondo, en las últimas décadas múltiples movimientos ciudadanos han solicitado instrumentos de participación fuera de todo el engranaje político, para pedir cuentas a sus servidores públicos y poder influir en sus decisiones. Uno de los más representativos y atractivos para la ciudadanía es el Presupuesto Participativo.
En la Ciudad de México, una historia de violencia y de intento de despojo está detrás de este esfuerzo colectivo para defender un jardín público a través del presupuesto participativo.
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Cómo se evitó destruir un parque en México
En Hidalgo, el ejemplo lo pone una joven de 14 años que hizo uso del presupuesto participativo. “Todos fueron a votar y fue algo bonito porque también pudimos aprovechar para conocernos un poquito más”, señaló. Esta es la historia.
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Sembrar comunidad: la joven que usó el presupuesto participativo para reforestar
Cada una de las 32 entidades de la República Mexicana introdujo instrumentos de participación ciudadana en las últimas décadas.
El Estado de Jalisco, uno de los pioneros, incluso los ha multiplicado. Comenzó con tres en 1998 y en 2019 se sumaron otros trece. El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) Jalisco tiene, entre sus tareas, dar a conocer estos dieciséis instrumentos entre la población y asesorar a aquellas personas interesadas en activar alguna de estas herramientas.
Alba Rojas, estudiante de Derecho de 21 años, decidió así, junto a diversos colectivos LGTB+, iniciar la colecta de firmas para activar una iniciativa popular que marque un precedente en un jardín público muy popular en su ciudad, Guadalajara, donde últimamente los actos de transfobia se han replicado.
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Iniciativa popular en México por la diversidad y contra la transfobia
Si bien los ciudadanos en México activan con la colecta de firmas el mecanismo de la iniciativa popular o ciudadana, ya no participan directamente al final del proceso de evaluación, explica la politóloga mexicana Martha Sandoval. Un hecho que también ocurre en otros países, como Argentina y Brasil. “Es decir, no participan en la toma final de decisión. La iniciativa popular en México se somete al proceso legislativo en el Congreso, como cualquier otra iniciativa legislativa”.
Una diferencia significativa si se compara con el caso helvético, donde la iniciativa popular, junto con el referéndum, permite a los ciudadanos hacer oír sus voces en temas puntuales y llamar a todo el electorado en las urnas para abordar un tema concreto, sin filtros.
“Estos instrumentos contribuyen a una gran participación de la ciudadanía y también nos quitan poder a los legisladores, porque sabemos que la última palabra la tiene el pueblo, explica Andrea Caroni, senador en el Parlamento de Suiza.
“Eso nos hace más humildes, otorga un equilibrio del poder entre la ciudadanía y el Parlamento. La ciudadanía nos controla, nos contradice, nos da impulsos. Tenemos el derecho de comentar las iniciativas ciudadanas en el Parlamento, pero no de bloquearlas, esto cambia el juego completamente”, ahonda Caroni.
El Parlamento tiene el derecho de elaborar una contrapropuesta. Si el impulsor de la iniciativa está satisfecho con esa contrapropuesta, retira la iniciativa, pero si no hay compromiso, la decisión se toma en las urnas.
“En México los únicos instrumentos que terminan con el voto ciudadano son la consulta popular y la revocatoria de mandato”, explica Martha Sandoval, que actualmente realiza su doctorado en Estudios Democráticos en la Universidad de Zúrich.
De este modo, también a escala subnacional, diversos instrumentos de participación ciudadana en México, si bien inician con la colecta de firmas ciudadanas de respaldo, no terminan siendo evaluados en votaciones. Son resueltos por las autoridades.
Es el caso en Jalisco del llamado plebiscito. De acuerdo con la experiencia de José, un ciudadano que intentó emplearlo en contra de un proyecto de su ayuntamiento, esta herramienta está llena de impedimentos que hacen imposible su utilización.
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Mecanismos de participación ciudadana en México, «con cerrojos»
En México, las autoridades hacen más uso de estos instrumentos, como las consultas ciudadanas, que la propia ciudadanía. En opinión de Yanina Welp, investigadora de estos ejercicios de participación en Latinoamérica y otras partes del globo, “algunas de estas consultas que organizan las propias autoridades, cuando no buscan ampliación de mandatos, otorgar más poderes o movilizar en función de los intereses de quien gobierne, sino que tratan cuestiones de política pública, pueden ser muy útiles”.
En eso coincide Mario Camarena González Rubio, presidente municipal de Etzatlán, una localidad en Jalisco. “Con la consulta, siento que en los municipios la comunicación es directa con la población y uno puede sentir realmente lo que te quieren transmitir los ciudadanos. Además, es más sencillo gobernar siendo transparente, poniendo los programas en la mesa. Hemos aprendido mucho con este tipo de mecanismos”, afirma el alcalde.
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“Es más sencillo gobernar siendo transparente”
“En Suiza o en Uruguay esto no es posible. Las autoridades no pueden convocar a la ciudadanía para hacer una pregunta, sea ésta vinculante o consultiva. Están expresamente prohibidas las posibilidades de que el Poder Ejecutivo – sea local, subnacional o federal- convoque «motu proprio» a la ciudadanía”, explica el politólogo David Altman, codirector de uno de los grandes proyectos internacionales que mide y compara las democracias de 200 países (V-DemEnlace externo).
“La democracia directa es un arma para los ciudadanos, no para las autoridades”, menciona Altman, que toma el caso suizo como ejemplar en el uso de las herramientas de democracia directa a escala global.
La ciudadanía y los actores políticos en el país alpino, sin embargo, también son conscientes de los riesgos que conlleva el uso de estos instrumentos.
Baste recordar que en Suiza el derecho de voto femenino, propuesto en los años 50 por el Gobierno pero rechazado en las urnas hasta 1971, y recientes esfuerzos para reducir las emisiones de CO2 han sido apagados por el voto popular, un hecho que lamenta Antonio Hodgers, integrante del Ejecutivo de Ginebra. El ecologista de origen argentino y otrora refugiado político considera que hay derechos fundamentales que no deberían ser abordados en ejercicios de democracia directa.
“Para mí, la democracia es un equilibrio entre la decisión de la mayoría y la defensa de los derechos fundamentales; y la democracia directa en Suiza es algo muy bello: Cualquiera que junte las firmas ciudadanas necesarias puede convocar al pueblo”.
Manuele Bertoli, otrora legislador cantonal en el Tesino y hoy miembro del Ejecutivo de su cantón natal coincide con Hodgers. “En Suiza la democracia directa también es un freno a la mejora de condiciones sociales, porque no han sido pocas las veces que ciertas innovaciones sociales no han alcanzado la mayoría del voto popular”.
Y destaca: “La democracia directa en Suiza no es el plebiscito que el mismo poder organiza para ver confirmadas sus ideas”.
“El mundo de la democracia directa es multivariado, multicolor, con muchas instituciones. Algunas son democratizadoras, otras autocratizadoras”, señala Altman. Sin embargo, menciona que su uso no convierte a un país ni en mejor ni en peor. Hay muchos países que no las utilizan y están en los primeros lugares de los índices de desarrollo democrático, como es el caso de Noruega, Nueva Zelanda, Islandia y Suecia.
Altman advierte que la democracia directa nace en el mundo más por intereses partisanos que por demandas ciudadanas y que si la gente no observa que funcionen, opta por otros caminos para ser escuchada.
Hoy, en más de cien países existen estas herramientas de la democracia participativa. Este artículo aborda cuatro casos ejemplares concretos en el mundo.
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El creciente mundo de la democracia directa moderna
Le invitamos a participar en este debate en diez idiomas para conocer su experiencia en el uso de estas herramientas.
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Este especial se realizó en el marco de una colaboración periodística entre Animal PolíticoEnlace externo y SWI swissinfo.ch para intercambiar perspectivas sobre el quehacer democrático, sus actores y el uso de las herramientas de la democracia directa en México y en Suiza, en un contexto global.
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