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Pueblos abúlicos, ciudadanos apáticos ¿qué supone esto para Suiza?

Una taberna que ha echado el cierre
Con cada taberna que tiene que cerrar en un pueblo desaparece un lugar tradicional de convivencia. Imago/geisser

En los albores de la democracia suiza existía la taberna del pueblo. Sobre la mesa de los parroquianos rodaban las palabras; en la sala se tomaban las decisiones. El pueblo era pequeño, pero era responsabilidad de todos y todo el mundo colaboraba. Aquello se acabó. Las tabernas están desapareciendo. Los diarios locales han enmudecido.  Pueblos anónimos delegan su destino en manos de profesionales. Un motivo de preocupación, según nuestro autor.

El verano pasado recibimos una gran noticia: la democracia suiza había obtenido una nota muy alta en una investigación llevada a cabo por la Universidad de Gotemburgo. En el principal estudio comparado sobre democraciasEnlace externo Suiza obtuvo el 4º puesto, detrás de Noruega, Suecia y Estonia. 

Sin embargo, la letra pequeña contenía algunas críticas. La baja participación de los ciudadanos en los 2 212 municipios cuestionaba el funcionamiento de la democracia.

El autor*

El politólogo e historiador Claude Longchamp es uno de los analistas políticos más renombrados de Suiza. Escribe regularmente análisis para #DearDemocracy, la plataforma para la democracia directa de swissinfo.ch.

Longchamp fue fundador y director del instituto de investigación gfs.bernEnlace externo, cuyo consejo de administración aún preside.

Las tabernas de los pueblos desaparecen

Un observador del paisaje municipal suizo no se sentirá sorprendido. En 2017, los propietarios de negocios de restauración anunciaron una tasa récord de mortalidad. Cada año cierran en Suiza casi un millar de tabernas. Y eso tiene consecuencias para la vida social y política, ya que con cada taberna que tiene que cerrar en un pueblo desaparece un lugar tradicional de convivencia. Con la taberna desaparece también la vida política pública, el lugar donde los vecinos podían desahogarse cuando no estaban de acuerdo con su gobierno municipal.

El municipio durmiente está en auge

Pero, ¿les sigue importando a los vecinos de un municipio lo que pasa en su localidad? Cada vez menos. El apego de los ciudadanos a su lugar de residencia ha disminuido. En 2018 el barómetro de preocupacionesEnlace externo del Credit Suisse anunciaba una disminución – por sexto año consecutivo – de la identificación de las personas con sus lugares de residencia. En 2012 la mitad de los entrevistados se sentían vinculados con su lugar de residencia; en 2017 solo una cuarta parte.

Esto se hace particularmente evidente en las grandes aglomeraciones urbanas. Durante el día, las personas trabajan en la bulliciosa urbe, en la que no se les permite participar. Por la noche  disfrutan de una relajación merecida. La necesidad de descanso es más importante que participar en actividades de asociaciones o en charlas sobre la política municipal.

Ciudadanos en silencio

Pero eso tiene consecuencias. Quien no siente su lugar de residencia suele ser demasiado apático como para querer colaborar. Las asambleas municipales quedan vacías.  Cada año se celebran en Suiza cerca de 4 000 asambleas municipales a las que asisten en total unos 300 000 ciudadanos y ciudadanas. Esto es lo que se desprende del seguimiento  a los municipiosEnlace externo que regularmente lleva a cabo un equipo de investigadores de la Universidad de Lausana y de la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de Zúrich.

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La regla que puede deducirse de los valores de participación es que cuantos más habitantes tiene un municipio menor es la proporción de ciudadanos que participan en las asambleas.

Es llamativa la vertiginosa disminución de la participación en municipios con entre 250 y 1 000 habitantes. El panorama es más tenebroso aún en las ciudades, donde solo participa el 2% o 3% de la población residente.

Andreas Ladner, profesor de la Universidad de Lausana y decano de los investigadores suizos sobre asuntos municipales, advierte de un verdadero problema público y asegura que “no existe  una solución patentada”.

Los municipios fusionados pierden participación

En 1999, el Diccionario Histórico de SuizaEnlace externo registraba por primera vez menos de 3 000 municipios, de los que en 2019 quedan todavía 2 212Enlace externo. Dentro de 20 años una cuarta parte de los municipios suizos habrán perdido su independencia. La “muerte de los municipios” es una realidad en Suiza, causada principalmente por las fusiones.

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Hay muchas razones que explican la mortandad de los municipios. En algunos lugares falta personal voluntario para la administración de milicia, en otros las finanzas municipales se desestabilizaron debido a la falta de una planificación competente.

Como consecuencia de ello, se han fortalecido las administraciones con servicios profesionalizados. Pero eso tiene su precio político. En los municipios fusionados, la participación política ha ido disminuyendo, como muestran los estudios.

Los parlamentos locales no son ninguna solución

Las ciudades más grandes disponen de parlamentos municipales. Sobre todo se han establecido en la parte francófona de la Suiza occidental y en el cantón del Tesino (de habla italiana). En 2017 había 475 parlamentos municipales con un total de 17 339 miembros elegidos. 

Este artículo forma parte de #DearDemocracy, la plataforma para la democracia directa de swissinfo.ch. Aquí se expresan autores externos. Sus opiniones no se corresponden necesariamente con las de swissinfo.ch.

Pero aquí también han surgido problemas, sobre todo porque la fluctuación de los representantes electos es muy alta.

Pero hay alternativas

En el cantón de Lucerna sobre todo los municipios más pequeños han emprendido un nuevo camino: permiten a los vecinos votar sobre todos los temas. Cuando se somete a votación todo –hasta los asuntos más pequeños–, el número de personas que participa en las asambleas municipales aumenta entre cinco y seis veces.

Baja representación de jóvenes y mujeres

Muchos politólogos critican además la composición de las asambleas municipales. En el 86% de estas asambleas los jóvenes, por ejemplo, están subrepresentados. El blog DeFacto informó que en 2016 las personas mayores de 65 años estuvieron sobre representadas en el 32% de las asambleas.

Las mujeres y los recién llegados tienen también una menor conexión con su municipio. En cambio, la industria local se encuentra ampliamente representada en las asambleas municipales.

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La calidad sigue siendo adecuada

El politólogo Philipp Rochart, quien ha elaborado para el Centro para la Democracia de Aarau (ZDA) una tesis doctoral sobre las asambleas municipales del cantón de ArgoviaEnlace externo, defiende las bajas tasas de participación.

Rochart sostiene que las decisiones legítimas de las asambleas municipales son ampliamente aceptadas y que una baja participación no significa automáticamente una democracia de baja calidad.

La desaparición de los diarios locales agrava la situación

Daniel Kübler, codirector del Centro para la Democracia de Aarau (ZDA), cree que se producirán aun más inconvenientes en la política municipal. En un estudio ha demostrado la relación entre la prensa local y la participación políticaEnlace externo.

“Cuanta más presencia hay de los periódicos locales y más informan estos sobre la política local, mayor es la participación de los vecinos”, asegura Kübler.

En sentido contrario, y a la vista de la evolución actual del problema, esto quiere decir que cuantos más medios locales desaparecen e informan menos sobre la política local, menor es la participación de los vecinos en los municipios.

La participación popular significa control

Por lo tanto, hay motivos para preocuparse. Como faltan medios locales, hay falta de participación pública. Y una política local sin participación de los vecinos –es decir, sin control– abre la puerta a diversos agentes que hacen valer sus propios intereses.

¿Qué se puede hacer entonces? Al menos para el problema de los medios locales existe una solución. Otfried Jarren, presidente de la Comisión Federal de Medios de ComunicaciónEnlace externo, aboga por propuestas de información y plataformas de discusión en internetEnlace externo, que deberán ser financiadas por fundaciones y los propios municipios.

Una democracia que funcione necesita participación política y la democracia asamblearia se construye sobre los lazos locales. La erosión de este vínculo ha cambiado a Suiza en el espacio de una sola generación.

En la actualidad hay a la vista numerosos problemas para la asamblea municipal, célula primordial de la democracia directa. Soluciones hay menos.

Traducción del alemán: José M. Wolff

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